En su discurso de apertura en la 73º Asamblea Anual, a la que asistieron en forma virtual los representantes de unos 200 países, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió a los gobiernos del mundo que sean cautelosos a la hora de implementar medidas que permitan flexibilizar las cuarentenas y comenzar a retomar las actividades habituales. Señaló como riesgo principal el hecho de que la mayor parte de la población mundial continúa siendo susceptible a contraer el coronavirus SARS CoV-2, causante de la actual pandemia de Covid-19. Según el organismo que encabeza Ghebreyesus, en las regiones más afectadas no más del 20% de la población logró desarrollar algún tipo de inmunidad a la enfermedad, aunque calculan que el promedio de inmunidad se encuentra incluso debajo del 10%.
El pedido a las naciones llega justo en el momento en el que varias de las más afectadas comienzan a aflojar las medidas más estrictas en torno al confinamiento, mientras que otras continúan en estado crítico. Es el caso de Bélgica, donde durante el fin de semana el personal sanitario llevó adelante un potente reclamo para expresar su rechazo al decreto oficial que prevé reclutar personal no calificado para cumplir tareas de enfermería, y en pedido de un mayor reconocimiento a su labor. Se trata de la protesta silenciosa que realizaron médicos y enfermeros de un hospital de Bruselas, quienes recibieron a la primera ministra de ese país, Sophie Wilmès, dándole la espalda a la caravana de autos oficiales en el que ella se encontraba. La situación en Bélgica es complicada y sus números nada alentadores: actualmente es el país con la tasa de mortalidad por covid-19 más alta del mundo y el tercero en lo que se refiere a letalidad.
En otros países la cosa parece haber mejorado un poco. En en las ciudades de España más golpeadas por el coronavirus, como Madrid y Barcelona, hoy los comercios por primera vez abrieron sus puertas al público sin necesidad de cita previa. Sin embargo los dueños de muchos locales de ropa todavía no se atreven a permitir que los clientes toquen o se prueben las prendas. Una prueba de que no será tan fácil desarraigar el temor al contacto social. Hoy en España se registraron apenas 59 muertes, el número diario más bajo en los últimos dos meses, tendencia que también se reflejó en otros países donde la situación es crítica.
En Italia también se produjeron movimientos de apertura. Tras más de dos meses de cierre por la cuarentena, que en el país mediterráneo comenzó el 10 de marzo, los bares, restaurantes y negocios minoristas de casi todo el territorio reabrieron sus puertas. Pero lo hicieron en medio de estrictas medidas de seguridad e higiene. El gobierno italiano también anunció que hoy murieron solamente 99 personas por coronavirus, cifra que representa el número más bajo de todo el aislamiento. En Roma, cerca del 70% de los negocios abrió sus puertas el día de hoy, aunque unos 83.000 comerciantes aún no pudieron adecuarse a las normas de seguridad decretadas por el gobierno del premier Giuseppe Conte.
La que también abrió sus puertas después de mantenerlas cerradas durante 71 días fue la Basílica de San Pedro, en la capital italiana. Con estrictas medidas de seguridad, que incluyen el distanciamiento social de un metro y el uso obligatorio de barbijo, la sede de la Iglesia Católica retomó sus actividades. Además, se dispuso un nuevo sistema de ingreso y salida de la Basílica, que evita las habituales largas filas sobre la Plaza San Pedro, al tiempo que la guardia Suiza del Vaticano y los voluntarios de la Orden de Malta son los encargados de regular los accesos.
Mientras tanto, el gobernador Andrew Cuomo del estado Nueva York, epicentro de la pandemia en Estados Unidos, también anunció hoy su cifra de muertos más baja desde el comienzo del brote, un total de 106. De ese modo se volvió a ubicar en el mismo punto que estaba el 20 de marzo, antes de alcanzar su pico en la primera semana de abril. Según la agencia de noticias EFE, el estado ya contabiliza 28.232 fallecidos. Por su parte, el alcalde de la ciudad homónima, Bill de Blasio, comunicó que se propone comenzar la reapertura de las actividades en la primera quincena de junio. Es decir, dentro de dos semanas.
Los que siguen en la misma sintonía son Donald Trump y Jair Bolsonaro. El presidente estadounidense afirmó hoy que desde «hace semanas» toma «de forma preventiva» hidrocloroquina, un medicamento contra la malaria que el propio Estado norteamericano ha contraindicado para evitar el contagio de coronavirus y que según expertos de fama mundial puede tener peligrosos efectos secundarios. A pesar de dichas recomendaciones, el mandatario afirmó: «de todas maneras creo que la gente debería estar autorizada a tomarlo». Por su parte y en el mismo sentido, su par brasileño impulsa un protocolo para que los médicos receten la pastilla de cloroquina a enfermos con la Covid-19, pese a que en el mundo se demostró que puede tener efectos letales. Mientras tanto, Brasil sigue sin tener Ministro de Salud desde el jueves, tras la renuncia de Nelson Teich, y ya acumula más de 16 mil muertos en dos meses.
Por último, el famoso “Modelo sueco”, alabado por los partidarios de la liberalización de la cuarentena, ya suma un total de 3684 muertos. El número no parece alto si se lo compara con el de Brasil. Claro que en el gigante sudamericano la población ronda los 210 millones de habitantes, mientras que en Suecia apenas viven un poco más de 10 millones: ahí la cifra cobra otra dimensión. Para ponerlo en el contexto de su propia región, el resto de los países nórdicos (Noruega, Dinamarca y Finlandia), cuyos gobiernos han optado por medidas de aislamiento mucho más estrictas, suman entre sí apenas 1073 muertos en el mismo período, para una población total de 15 millones de habitantes. Con estos números sobre la mesa se hace difícil defender al “Modelo sueco”, aunque sus impulsores y promotores siguen sosteniendo que se trata de un plan cuyos resultados se verán a largo plazo. Mientras la tasa de letalidad sueca es una de las 10 más altas del mundo.