Quienes circulan a diario con su vehículo por el distrito porteño, más de una vez habrán comprobado que un problema que debería ser menor, a la hora de estacionar el automóvil, se convierte en un gran dolor de cabeza. Aunque muchos edificios históricos de la Ciudad fueron demolidos y otros acondicionados para levantar un estacionamiento privado, la cantidad de comercios dedicados al rubro no alcanzan y la Ciudad tampoco cuenta con estacionamientos públicos administrados por el municipio. Esta situación se da, incluso fuera del microcentro porteño, la instalación desproporcionada de ciclovías y bicisendas, impide que miles de vecinos y vecinas que viven en esos barrios, tampoco puedan estacionar su vehículo en la puerta o en las inmediaciones de sus hogares. Pese a la carencia de espacios de estacionamiento, un informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires, dejó en evidencia varias irregularidades originadas en la Dirección General de Fiscalización y Control de la Ciudad (DGFyC), respecto de las inspecciones que debe hacer regularmente sobre los estacionamientos y garajes. El período analizado durante 2019, exhibe varias inconsistencias en la documentación de las inspecciones, carencia de personal para las tareas de fiscalización y falta de seguimiento de los casos que debían ser visitados nuevamente.
El objetivo de relevamiento realizado en esta ocasión fue “evaluar la adecuación de los recursos al cumplimiento de los objetivos institucionales y operativos en términos de eficiencia, eficacia y economía; y el cumplimiento de la normativa vigente en relación al trámite de fiscalización de los garajes”, señala el informe del Proyecto Nº 5.20.06 publicado por la auditoría porteña.
Lo primero que evidenció el organismo de control es que, la DGFyC, inspecciona distintos tipos de estacionamientos de manera desordenada, sin rigurosidad ni segmentados en los diferentes rubros existentes. En concreto: falta de clasificación y organización de los documentos. Al solicitar la base de datos de los operativos realizados, la auditoría determinó que hay varias inconsistencias en los archivos analizados. Entre otros puntos, no contenían detalle del rubro fiscalizado ni el código de la actividad, dificultando las tareas de auditoría e impidiendo confeccionar estadísticas anuales por rubro. De 8.579 inspecciones realizadas, solo 961 pudieron analizarse correctamente. Es decir, apenas el 11% de toda la documentación contaba con los datos necesarios para poder ser relevada adecuadamente.
Además, destaca la auditoría en su relevamiento, del total de inspecciones realizadas (8.579) “3.415 carecen de información, encontrándose ‘vacías’ las celdas respectivas. Ello conlleva que en el 39,80% de los registros informados no es posible determinar la activad que se desarrolla en el domicilio inspeccionado”.
La falta de controles y la pésima rigurosidad en la documentación, no permite alcanzar las metas establecidas por la Dirección General de Fiscalización y Control de la Ciudad, durante el período relevado. El organismo de control, detalló en su informe que esta situación generó una “limitación al alcance” de la tarea de auditoría: No fue posible determinar la cantidad mensual/anual de inspecciones a garajes comerciales y playas de estacionamiento prevista para la DGFyC, (…) para el área interviniente en dicho proceso sin discriminación de actividad o rubro”, detalla el relevamiento.
Otra de las “irregularidades” encontradas, fueron las diferencias entre la cantidad de fiscalizaciones realizadas por la DGFyC y las declaradas en las bases del Sistema de Gestión de Obras (SGO). En ese sentido, la auditoría exhortó la implementación de una ‘check list’ específica para la generación de informes de inspección y para la realización de las fiscalizaciones con parámetros estandarizados, ajustados a la normativa correspondiente. “Para el desarrollo de sus tareas, el cuerpo inspectivo de la SGO Grandes Superficies no cuenta con un check list específico que estandarice los aspectos a fiscalizar, siendo utilizado un informe de inspección común que es cargado en forma digital en las tablets proporcionadas a los inspectores”, puntualiza el informe de la auditoría.
Falta de inspectores
Con respecto a la cantidad de personal especializado en la inspección de estacionamientos porteños, la auditoría afirmó que el número es “insuficiente”. Señala que el personal debe fiscalizar, además de los estacionamientos que se identifican a simple viste, galerías comerciales, supermercados, talleres, depósitos industriales, y espacios de exposición y venta de automotores, de toda la Ciudad, con una dotación de apenas 24 trabajadores. Esa cifra deja al descubierto que, de las 8.579 inspecciones realizadas por la dirección de fiscalización porteña, deberían haberse ejecutado muchas más, dado que, el 36% de los estacionamientos cuyo resultado de fiscalización fue “local cerrado” o con irregularidades, no recibió una nueva visita para llevar a cabo finalmente la inspección, o la verificación de las faltas señaladas.
Falta de registro de estacionamientos y garajes
Uno de los puntos en los cuales la auditoría porteña hizo foco, fue en la pésima comunicación existente entre la Dirección General de Fiscalización y Control de la Ciudad (DGFyC) y la Dirección General de Habilitaciones y Permisos (DGHyP). Por ejemplo, en los informes en los que el personal de la DGHyP inspeccionó a diferentes comercios, y los define como “inexistencia de actividad”, al no ser informada a la DGHyP, ocasionó que la base de datos del organismo se encuentre desactualizada, una situación que arrastra desde hace años. Esta falta de comunicación, no sólo provoca varios errores en el registro de los locales que se encuentran en actividad, además impide al Organismo fiscalizador contar con el total de garajes comerciales y playas de estacionamiento a fiscalizar, incluyendo aquellos que funcionan con solicitud en trámite y cuya existencia recién es detectada mediante relevamientos o denuncias.