La impronta de la Educación Sexual Integral (ESI) en tiempos de Javier Milei se plasmó en una capacitación con equipos técnicos de educación de la Ciudad realizado en la sede del ex Ministerio de Educación, hoy secretaría al mando de Carlos Torrendell, dependiente de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. Allí se llevó a cabo esta semana el “Encuentro Afectividad y Sexualidad-ESI”, orquestado desde la Coordinación de Fortalecimiento para la Educación Integral y la Alfabetización Emocional. En lugar de ESI, podría llamarse ASI: Abstinencia Sexual Irreal.

“Durante la jornada, autoridades y equipos técnicos de nuestra jurisdicción recibieron una capacitación tendiente a generar lineamientos E.S.I. holísticos y plurales basados en evidencia científica”, destacó a través de su cuenta de Instagram Valeria Casero, directora de Escuelas Normales Superiores del Ministerio de Educación de la Ciudad. Contó que expusieron en el encuentro “el especialista Miguel del Río, quien se refirió a los enfoques educativos centrados en el individuo, mientras que la profesora María Marta Rodríguez se focalizó en los cambios fisiológicos que ocurren durante la adolescencia e influyen en el aprendizaje”.

Miguel del Río -como reveló la periodista especializada en temas de género Mariana Carbajal- es un ingeniero en administración de empresas y director ejecutivo de la ONG Teen Star. En inglés, la sigla significa Educación Sexual en el contexto de la Responsabilidad Adulta. Un programa que promueve la abstinencia sexual para prevenir embarazos adolescentes. Con obvio apego a la Iglesia Católica. Por estos días, de hecho, las mismas jornadas se están realizando en España, pero bajo la órbita del Arzobispado de Granada.

La abstinencia y el Opus Dei

El jueves último, al exponer en Diputados, Torrendell admitió que hubo capacitaciones de Teen STAR pero negó que se haya contratado a la ONG: “No estamos tercerizando la educación sexual integral”. El vínculo del Gobierno con este tipo de entidades, sin embargo, ya es conocido. Entre ellas la Fundación CONIN, de Abel Albino, que descree de la efectividad del preservativo.

“Nosotros no creemos que desde el Gobierno nacional deba imponerse una visión de la ESI”, sostuvo Torrendell en el Congreso, y apuntó a respetar cada “ideario de las escuelas, pero también a la visión de las familias y de cada sociedad local”. Aunque negó la contratación de la ONG pro abstinencia, dijo que “sí se va invitando a distintos expositores a tratar temas como por ejemplo a quien se invitó últimamente”.

Y defendió que “la visión de este gobierno es una ESI que se tiene que basar fundamentalmente en lo científico, en un sentido amplio, porque la ESI también se plantea en la ley que tiene que contemplar distintas dimensiones: lo biológico, lo social, obviamente lo cultural, lo afectivo y también lo espiritual”.

«Acá vienen a dar discursos contra el ‘adoctrinamiento’ pero nos traen ONG’s vinculadas con el Opus para bajar línea contra la anticoncepción y el cuidado. No sólo tenemos un problema de plata, sino un problema de orientación”, denunció la diputada nacional Vanina Biasi (FIT).

Este medio consultó a Educación si había más encuentros pautados con Teen Star, pero no hubo precisiones.

ESI en tiempos de Milei y los retrocesos

“El programa estaba en un silencio preocupante. Pero era anticipable que hubiera un cambio de enfoque”, plantea Graciela Mordage, doctora en Educación, vicedecana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y referente del Movimiento Federal por más ESI. “Desde la sanción de la ley sabemos que fue producto de una cantidad de negociaciones políticas y que incluye un artículo (el 5°) que dice que las instituciones pueden adaptar el enfoque a su ideario. Siempre fui muy clara en cómo creo que hay que entenderlo: es el enfoque de una política pública y tiene que incluir todas las formas de vida, dentro de un gran consenso común que son los derechos humanos”.

Para ir al grano: “Una familia o una comunidad tiene derecho a sostener que el modo en que va a prevenir embarazos es la abstinencia. El problema es que ese principio particular se transforme en el principio organizador de una política pública”.

Para Morgade, la postura planteada en ese encuentro “es un retroceso” y –en línea con otras propuestas de la actual gestión- “hay poca inclusión de las evidencias científicas en este enfoque. Lo que muestran los estudios en sociología, antropología, sobre todo en juventudes, es que lo que termina pasando es que las juventudes siguen teniendo relaciones coitales pero con menos recursos, menos crítica de las relaciones abusivas o violentas, menos información”.

Morgade señala que “la primera alerta roja sobre el tema fue con los preservativos”. El Estado Nacional dejó el tema en manos de las provincias, igual que con los insumos para garantizar abortos. “Durante todo el año no se inició ningún expediente de compra de preservativos. Se entregaron dos millones de remanentes cuando en general se venían comprando 40 millones. Es terrible el panorama”, advierte José María Di Bello, de la Fundación Grupo Efecto Positivo (GEP).

Desde Fundación Huésped, al analizar el Presupuesto 2025, observaron que “para preservativos se proyecta la compra de 21 millones, mientras que lo proyectado para 2023 fue de 55.300 millones”.

Costumbre de derecha

El documento de “ideas centrales” del encuentro propuesto por Teen Star, al que tuvo acceso Tiempo, lleva el encabezado de la Subsecretaría de Políticas e Innovación Educativa de la secretaría que conduce Torrendell. Allí se propone “mejorar y profundizar el Programa Nacional de ESI asegurando el aprendizaje de saberes actualizados, basados en evidencia científica y acordes al desarrollo madurativo de los estudiantes (…) desde una perspectiva holística centrada en la persona”.

En las referencias bibliográficas citadas hay varios textos de Pilar Vigil, ginecóloga chilena al frente de Teen Star. Sus propuestas fueron tenidas en cuenta entre otros por el expresidente brasileño Jair Bolsonaro para impulsar la abstinencia como medida de prevención del embarazo adolescente.

“Es una característica en común que tienen los gobiernos de extrema derecha de nuestro tiempo. Esta cosa pro-natalista sin tener para nada políticas que promuevan maternidades más seguras o políticas sociales para acompañar el crecimiento y la educación”, afirma Edurne Cárdenas, coordinadora de Alianzas de la red IPAS para Latinoamérica y el Caribe. Puso como ejemplos las ideas en esa línea de Donald Trump en Estados Unidos y de Viktor Orban en Hungría.

En Argentina, dice Cárdenas a Tiempo, la postura del gobierno de Milei se plasmó ya en marzo, cuando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) convocó a una audiencia temática sobre la situación de los derechos humanos de las personas mayores y la subsecretaria de Políticas Familiares del Ministerio de Capital Humano, Ana Belén Marmora, planteó su preocupación sobre el envejecimiento poblacional local. Algo que vinculó con la marea feminista de 2018, aunque los datos muestran que la baja de natalidad comenzó antes. La obsesión con el tema es compartida por la vicejefa de Gobierno porteño, Clara Muzzio, quien suele postear al respecto.

“Esto se da junto con la destrucción del Estado, la tercerización de todas las políticas con ONG que tienen sesgo profundamente antiderechos y el ataque a las políticas de género. Apoyan que la gente tenga más hijos, ¿pero en qué condiciones? Sin salud pública, sin jardines, sin vacunas. Esa es la gran contradicción”.

Para Milei, la ESI “destruye el núcleo familiar”

Para el presidente argentino, la Educación Sexual Integral “es parte de la agenda postmarxista, y es parte de esa agenda que tiene que ver con la destrucción del núcleo social más importante dentro de la sociedad, que es la familiar«. Así lo dijo en mayo de 2023, aún en rol de candidato. Nadie puede decir que no avisó.

Cambiar la ESI de raíz como se pretende no será tarea sencilla. “Hay provincias con equipos técnicos muy consolidados y en 18 años se hicieron muchos avances. No van a poder (cambiar su esencia) obviamente en Provincia de Buenos Aires. Pero tampoco en Neuquén, ni creo que entre en Santa Fe por ejemplo –enumera Graciela Morgade, especialista en el tema- El sistema educativo tiene ciertas reglas que van mucho más lentas que la política educativa de un gobierno que tiene cuatro años. Por eso es tan importante la ESI, porque a pesar del desfinanciamiento del macrismo se sostuvo desde distintos lugares. Cumplió 18 años y está viva, el estudiantado la reconoce, está en la formación docente, va a ser una lucha”.

La evidencia sobre su importancia abunda. Según cifras oficiales de la Ciudad de Buenos Aires, en el año 2020 el 80% de los niños, niñas y adolescentes que denunciaron abuso sexual lo hicieron después de tener una clase de ESI en la escuela. Y los ejemplos se renuevan: hace pocas semanas el Ministerio Público de Río Negro difundió el inicio de dos causas penales por abuso sexual, cuyas denuncias fueron realizadas luego de que dos niñas pudieran hablar en el marco de clases de ESI sobre abusos perpetrados por personas de su entorno.

Nación se desentiende de las enfermedades de transmisión sexual

Que el Estado Nacional reduzca la compra y entrega de preservativos va en línea con lo que se plantea en el Presupuesto 2025 para el abordaje de VIH, hepatitis, tuberculosis y otras enfermedades de transmisión sexual, con un recorte del 76% según difundió Fundación GEP.

“En 2024 ya enfrentamos faltantes debido a la paralización de compras públicas, y con este recorte las consecuencias podrían ser terribles. Exigimos que el Congreso rechace esta propuesta y aumente estas partidas para garantizar los recursos que salvan vidas”, plantearon.

Los efectos ya se palpan. Según indicó José María Di Bello, de GEP, “hay 2100 personas que en el sistema público dejaron de recibir la bi-terapia con Lamivudina y Dolutegravir. Les cambiaron el tratamiento y volvieron a esquemas anteriores”. Además, alertó sobre la falta de reactivos para VIH: “Ya no hay más en la mayoría de las provincias y Nación ya no tiene. Sabemos que varios de los procesos de compra se cayeron o quedaron demorados. Un horror. Estamos sin eso. Son los análisis que nos hacemos quienes tenemos VIH dos veces al año para saber si está haciendo efecto el tratamiento”.

“Hay una política general de que Nación no tiene por qué comprar medicamentos ni reactivos ni preservativos. Plantean que lo tienen que hacer las provincias. No es así. Tenemos nuestra ley nacional, tanto la nueva (27.675) como la que existía desde los 90. Plantean que quien tienen que garantizar la disponibilidad de tratamientos, insumos de prevención y demás es el Estado Nacional”, resaltó Di Bello.

Fundación Huésped también señaló que “el presupuesto 2025 proyecta 66.500 tratamientos para personas con VIH. ¿Alcanza? No”. Porque “se están proyectando 9150 tratamientos menos de los que efectivamente se brindaron en el último año que podemos ver completo (2023)” y “tampoco incluye los 5300 nuevos casos por año y a las personas que podrían pasar a depender del sistema público de salud por la crisis”.

Además, la entidad alertó que se planea reducir la compra de reactivos para carga viral, test rápidos de VIH y pruebas de sífilis. Todo esto, en un contexto de aumento de casos de esta enfermedad, no solo en Argentina. Según datos del Ministerio de Salud difundidos el mes pasado, en 2023 hubo un aumento del 42 % respecto a los casos de sífilis registrados cinco años antes.

Fundación Huésped: “La ESI tiene un papel fundamental en asegurar que chicos, chicas y familias accedan a información de calidad”

Desde Fundación Huésped entendemos que todo el marco normativo y las leyes vinculadas a los derechos sexuales y reproductivos logradas en los más de 40 años de democracia son una plataforma fundamental para garantizar la implementación de políticas públicas que mejoren el bienestar integral y la salud de las personas. Creemos que la ley de ESI (26150) es una herramienta orientada a alojar una demanda históricamente negada en los ámbitos educativos abriendo un espacio para abordar la planificación de la vida reproductiva y el cuidado de la salud con información basada en evidencia, pero además la ESI es importante porque abre un espacio formal para adquirir estos conocimientos desde un enfoque de equidad y valoración de la afectividad. Esto es importante porque si no parece que el mundo de las emociones no tiene nada que ver con la sexualidad y muy por el contrario la forma en la que experimentamos y expresamos nuestras emociones es parte de la sexualidad, por eso hacemos tanto énfasis en la palabra «Integral» que es la que nos muestra que las personas no somos fragmentos de cosas superpuestas sino que somos personas que sentimos, pensamos y hacemos.

La ESI trata de educar sobre los modos en los que podemos desarrollar y compartir nuestro mundo emocional sin dañar a otras personas, así como las formas de construir prácticas de cuidado del propio cuerpo y el de los demás respetando las diferencias y promoviendo la equidad. La ESI tiene un papel fundamental en asegurar que los chicos, chicas y sus familias accedan a información de calidad y aprendan a cuidar su salud. Muchas veces nos preguntamos ¿por qué las adolescencias no van al médico o los varones llegan tarde a sus diagnósticos? Y la respuesta es simple: no se los enseñamos a hacerlo o no lo hicimos bien. La ESI viene a responder a este problema entre muchos otros, a generar un nuevo registro de cuidado que contempla el bienestar del cuerpo, pero también el de las emociones y el de las relaciones con nuestra comunidad.

La ESI se hace con otros, se hace con los chicos, las chicas, pero también con sus familias, se hace con los servicios de salud para que puedan aprender también a atender de la forma adecuada las preocupaciones y necesidades que los chicos y chicas tienen así como orientar a las familias. Se trata de una tarea que desde las escuelas debe impactar en toda la comunidad y por eso su misión es tan potente y desafiante. Confiamos en que este marco normativo siga ordenando las prioridades y dando lugar al desarrollo de experiencias que protejan los derechos de los chicos y chicas de todo el país.

Por Cecilia Valeriano, Directora de programas de Fundación Huésped