El viernes, en un peritaje con perros, se encontró un objeto de Facundo Astudillo Castro en un calabozo usado como basurero en destacamento policial de Teniente Origone. Se trata de una sandía de madera, que Cristina, madre del joven desaparecido hace más de tres meses, reconoció. “Era un regalo de su abuela que llevaba siempre con él y mi otro hijo tiene uno igual. También hallaron manchas de sangre que serán analizadas”, dijo en declaraciones radiales a La Retaguardia.
Fue Yatel, el perro adiestrado del perito de la querella Marcos Herrero, el que hizo este descubrimiento. “El perro lo buscó tres veces”, dijo Cristina, quien agregó que Facundo siempre andaba con ese regalo encima: “Cuando vi el regalo de mi mamá ahí, casi me muero. ¿Y esta gente me dijo que Facundo no había estado allí y que lo dejaron seguir?”.
Además, la madre contó que la sandía de madera, de alrededor de cinco centímetros de diámetro con una vaquita de San Antonio en su interior, fue llevada a Buenos Aires, junto con la bolsa de basura en la que fue encontrado, para que sea peritada por la Policía Federal.
“Los tiempos de las justicia no son los tiempos nuestros, yo lo entiendo, pero me hubiera gustado que ese mismo día se hubieran levantado estas muestras. Yo sé que estamos cerca de saber qué hicieron con mi hijo. Son ellos (por la policía bonaerense Villarino) los que me tienen que devolver a mi hijo”, cerró Cristina.
La mujer afirmó además que «todas las pericias que están surgiendo nos llevan de cabeza a la Policía de Villarino», al agregar que «quiero que me devuelvan a mi hijo, el 23 de agosto cumple 23 años, lo quiero tener conmigo, lo quiero tener acá, pertenece a la madre y a la familia».
Por su parte Leandro Aparicio, uno de los abogados de la mujer, anunció hoy a Télam que mañana a las 11, junto a Cristina Castro y su colega Luciano Peretto, ofrecerán una conferencia de prensa para dar a conocer los últimos avances de la pesquisa, la cual se realizará en el estudio ubicado en Alsina al 100, de Bahía Blanca.
Facundo fue detenido a las 10 del 30 de abril pasado en un retén policial cuando abandonó Pedro Luro y fue llevado a la comisaría de Mayor Buratovich, de donde salió unas horas después.
Según la pista que sigue su madre, entre las 15.30 y 16 de ese mismo día, el joven fue nuevamente interceptado por efectivos que lo introdujeron en una patrulla y, desde ese momento, nada más se supo de él.
El expediente está a cargo de la Justicia Federal ante la sospecha de que pudo haberse tratado de una desaparición forzada de persona, tal como denuncia la familia de la víctima.