La cabeza de Ariel, de 22 años, está en otra parte. Su cuerpo, que está detrás de la bandera que pide justicia por Sandra Daiana Constante, de 19, es abrazado constantemente por allegados, amigos, familiares pero también por desconocidos que buscan contener su dolor ante la intempestiva pérdida.

Una multitud acompañó este viernes el pedido de justicia por Daiana, que iba en moto, con Ariel, por Camargo al 1000, en Villa Crespo, y fue atropellada por un patrullero el domingo por la tarde.

La Murga El rechifle de Palermo, donde bailaban las víctimas, y otras agrupaciones de Villa Crespo, como Los Movedizos, Los dichosos y Destacados por la Alegría, amenizaron la interrupción del tránsito sobre las avenidas Corrientes y Scalabrini Ortiz que se extendió por unas dos horas.

Ariel brindó algunas declaraciones a la prensa pero sin responder preguntas. Expresó que estaba allí en nombre de su mujer, a quien consideró el amor de su vida, y que quería justicia para que “estos hijos de puta paguen lo que hicieron”. El joven se refería a los agentes que iban en el móvil policial y que en vez de asistir a la pareja, “se encargaron de tapar sus identificaciones” y montar una escena para eludir sus responsabilidades.

Tiempo pudo saber que en un primer momento, los agentes indicaron a sus superiores que la culpa había sido de los chicos. De hecho, la justicia se movió en ese sentido y mantuvo demorado al muchacho, mientras su pareja perdía la vida en el Hospital Pirovano esa misma medianoche.

Ariel precisó que Sandra “no se tuvo que ir como se fue. Tenía toda una vida por delante. Veníamos de pasear por parque Centenario, tomamos un helado, estábamos llegando a mi casa viniendo por Camargo. Veníamos despacio, los dos con casco, todo en regla. Hay testigos de todos lados y la policía venía a toda velocidad, a 90 kilómetros por hora, venían sin sirena y fue un impacto de un segundo”.

El joven agregó que el patrullero venía así desde Warnes y que sus dichos incluso se constatan con la versión que habrían aportado los detenidos que eran trasladados en el móvil hacia la alcaidía de la Comuna 15. Por si quedaba alguna duda, Ariel insistió: “El semáforo estaba en verde, si hubiera venido con sirena yo hubiera frenado. Pero no. Venía a una velocidad que ni lo pude ver al móvil, venía a una velocidad que yo quedé en el piso. Apenas me levanté y fui directo a ella”.

Tras la declaración de Ariel, un amigo suyo tomó la posta y describió el comportamiento que tuvieron los policías luego del impacto: “En el momento del choque los dejaron tirados. Hay testigos que lo dicen bien clarito, quisieron ayudar primero a sus propios compañeros y a Sandra la dejaron tirada. Los mismos vecinos tuvieron que decir que había una persona más grave”.

En ese instante, este joven comentó que los agentes que llegaron al lugar “les sacaron las chapitas, les sacaron el nombre, sacaron cosas de un móvil a otro, está todo aclarado, la gente vio todo eso, entonces pedimos justicia para que no quede impune, porque si no esto queda impune y a los dos días se olvidan de todo y esto no se tiene que olvidar, porque Sandra podría haber sido cualquiera”.

Ahora, la oficial Silvina Beñacar, quien conducía el patrullero, fue pasada a disponibilidad y se le abrió un sumario interno. La mujer está acusada de homicidio culposo y permanece detenida en la Alcaldía de la Unidad 28 del Servicio Penitenciario Federal por orden del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 56, a cargo del juez Alejandro Litzvak.