La distinción fue entregada por el defensor del Pueblo porteño, Alejandro Amor, y la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela De Carlotto.
En 2016, el Defensor del Pueblo porteño Alejandro Amor lanzó en el ámbito del Consejo de Derechos Humanos de la institución el premio “Alicia Oliveira” en honor a la doctora Alicia Beatriz Oliveira, quien en 1998 fue designada como primera Defensora del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y como reconocimiento a su lucha y sus aportes en la promoción y tutela de los derechos humanos.
En su tercera edición, en 2018, los premiados fueron Taty Almeida (integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora) y el cantautor Víctor Heredia, en reconocimiento por su compromiso permanente con la defensa de los derechos humanos, y la búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia.
Junto a Amor y De Carlotto, el acto fue encabezado por Lita Boitano (presidenta de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas), la actriz y directora Cristina Banegas, los Defensores Adjuntos María América González, Arturo Pozzali y Gabriel Fuks, y Silvina Pennella (secretaria general y titular del Consejo de Derechos Humanos de la casa).
A cargo de las palabras inaugurales, Silvina Pennella señaló que el premio “pretende reconocer el trabajo de aquellas personas que abrazan la defensa de los derechos humanos”.
Además se refirió a la Resolución 956 del Ministerio de Justicia de la Nación: “Quiebra el paradigma del uso de armas de fuego como última instancia y legitima el gatillo fácil. Ese es el país al cual le dijimos nunca más hace mucho tiempo y al cual no queremos volver”.
“Este premio es una apuesta por la esperanza. Queremos recordar que la historia de los derechos humanos es una historia de lucha, con avances y retrocesos. Y si bien las conquistas no siempre se cristalizan, hay que recordar que los retrocesos no dejan tierra arrasada, queda conciencia de derechos. Esa es la mayor riqueza que tenemos, y esa también es nuestra esperanza. Son ellos los que nos impulsan a seguir adelante, no nos dejan bajar los brazos, y nos muestran el camino, para que podamos seguir luchando por una Argentina donde la Memoria, la Verdad y la Justicia sean definitivamente sean una realidad concreta y tangible”, cerró Pennella.
A continuación, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, destacó que se trata de un “momento de verdad, compañerismo, y memoria. Nuestra consigna es no bajar los brazos, nuestra lucha es un compromiso de por vida. Nos impulsa el amor por nuestros hijos, los 30 mil desaparecidos. Este premio nos ayuda, nos nutre, nos hace sentir acompañadas. La lucha no es individual, es grupal. Así fuimos pudiendo caminar. Nos unimos por un amor y un dolor. Estamos premiando a dos queridos amigos, a dos vidas importantes”.
El defensor del Pueblo porteño Alejandro Amor reafirmó que “la definición central, la esencia de este organismo es la defensa de derechos y garantías, en especial los derechos humanos, tal como nos marca la ley. Para nosotros, desde el principio, la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia es un compromiso”.
Además se refirió al proceso de digitalización de los archivos históricos de los organismos de derechos humanos, llevado a cabo desde 2015 por la Defensoría, “para que las pruebas no se pierdan y queden conservadas hasta que el último de los responsables sea llevado ante la Justicia y condenado como corresponde. Ese es el compromiso que asumimos”.
Por último, sostuvo que “este es un reconocimiento a quienes han dado todo por una lucha. Todo lo que hicieron es el ejemplo que nosotros tomamos. Es el momento de que, junto a ellas, todos demos un paso adelante. Fueron 30 mil, y esa es nuestra lucha”, concluyó Amor.
Luego de recibir el premio, Taty Almeida reconoció que “en los días que estamos viviendo, este reconocimiento es una caricia para el alma, y lo comparto con todas mis compañeras lucha de las Madres Línea Fundadora. Yo me siento parida por mi hijo Alejandro. Lo mejor que pude hacer fue juntarme con las Madres, y compartir alegrías, tristezas y lucha. Esa lucha inclaudicable que llevamos por años. Este premio, con el nombre de esta estupenda mujer, es un aliciente para seguir en esta lucha”.
Víctor Heredia, por su parte, afirmó que se trata de “un orgullo y un halago muy grande, quizás inmerecido frente a las personas que lo entregan, porque han sido ejemplo durante tantos años. Mi humilde aporte como artista es que la esperanza vence al miedo. La lucha por la esperanza nos ha hecho mejores”.