¿Son hechos aislados o hay responsabilidad del gobierno porteño por falta de seguridad en las escuelas? La comunidad educativa está en alerta por dos situaciones que ocurrieron en menos de tres semanas. Sobre finales de octubre, este medio dio a conocer el robo de 45 computadoras en la Escuela Normal Superior en Lenguas Vivas, Sofía Esther Broquen de Spangenberg, que al comenzar la jornada lectiva amaneció con la triste noticia que sus estudiantes ya no tenían los dispositivos informáticos utilizados para las diferentes actividades mediante el campus virtual.
En las últimas horas, volvió a repetirse la misma situación, pero en el barrio de San Cristóbal, en la Escuela Normal Superior N°8 «Julio A. Roca». Es el tercer robo que sufrieron este año y el séptimo desde el 2017. «Antes, cuando había casero en la escuela, estos hechos no pasaban. Desde ese año que no tenemos una persona que cuide el lugar cuando el edificio queda solo y esto es zona de nadie», afirma a Tiempo Andrea Gassi, docente del Normal 8. «Siempre solemos encontrarnos los días lunes con algunos destrozos y robos de recursos que el Gobierno de la Ciudad después no vuelve a reponer. Esta vez, se llevaron computadoras y varios dispositivos digitales como parlantes, que tiene el nivel inicial. Por suerte, tenemos una cooperadora muy fuerte en la escuela, que se encarga de comprar las cosas que nos roban porque el ministerio de Educación nunca lo hace», agrega.
Las autoridades de la escuela realizaron la denuncia inmediatamente, pero estiman que la misma quedará en la nada como en las otras oportunidades. «Parece que nos tomaron de punto y entran a robar a la escuela cuando quieren. Es por eso que le seguimos exigiendo al ministerio de Educación de la Ciudad que nos designe un casero». El Normal 8 se encuentra en Carlos Calvo 3150, entre 24 de noviembre y Urquiza, a dos cuadras de Av. San Juan y a otras tres cuadras de Av. Boedo. «Supuestamente, nuestra escuela está dentro de Senderos Seguros, pero la verdad es que de seguro no tiene nada. Ni siquiera nos mandan personal de seguridad para cuidar a la escuela los fines de semana», remata la docente.
La Unión de trabajadores de la Educación UTE-CTERA emitió un fuerte comunicado sobre este hecho: «Lamentablemente, las consecuencias de la política de desinversión en materia educativa de la alianza Juntos por el Cambio se transparentan cuando vemos que es política de gobierno dejar caer los puestos de trabajo como lo es el de casero de la escuela», comienza.
«No hay seguridad privada, solicitada oportunamente, como tampoco cámaras de seguridad. Lo único que se produjo fue el ahorro del pago de ese salario. Es lamentable que esta institución, con gran incidencia y presencia en el barrio de San Cristóbal, sea destinataria del vandalismo a la que ya fue sometida. Exigimos a las autoridades porteñas que tomen efectivamente cartas en el asunto», termina.
Falta de caseros en las escuelas
En junio de este año, Tiempo daba a conocer otro robo en la Escuela Nº8 DE 10º «Alte. Ramón González Fernández», que tampoco tiene casero. El gobierno porteño viene implementando la misma modalidad en casi todas las escuelas porteñas: portero que se jubila o fallece no es reemplazado por otro. Esto trae varias complicaciones en los edificios escolares, más allá de los cuidados constantes que requieren los grandes establecimientos. Las escuelas quedan vacías ante cualquier emergencia cuando no rige la jornada educativa. Como en el Normal 8, hace aproximadamente seis años, la casera de la Escuela «Alte. Ramón González Fernández» se jubiló y el ministerio de Educación de la Ciudad se niega a designar su reemplazo, ante el reclamo de la comunidad educativa.
Hace cinco meses, las personas que entraron a este lugar se encontraron con la zona liberada, se adueñaron del tablero de llaves de la dirección, accedieron a la biblioteca donde se robaron varios elementos; y a la sala de la cooperadora escolar, donde también sustrajeron varias cosas de valor, llevándose todo el dinero de la caja chica y los sobres con aportes económicos que las familias realizan durante las semanas. Los armarios de las salas de música, el salón de docentes, el sector de educación física, las aulas y los del laboratorio estaban todos revueltos. Del hecho, fue víctima también el jardín de infantes que se encuentra en la misma escuela, donde se robaron todas las computadoras que utilizaban los chicos.