La noche del sábado 15 de enero del año 1944 un fuerte terremoto de 7,6 grados en la escala Richter sacudió la ciudad de San Juan. Su epicentro se ubicaba unos 20 kilómetros al norte, en la localidad de La Laja. Ocurrió cuando muchas personas se encontraban disfrutando de salidas a bares, cines, restaurantes. El saldo de víctimas llegó a casi diez mil muertos y doce mil heridos, sumados a la incalculable cantidad de destrozos. Viviendas, edificios públicos, lugares de trabajo y comercios en ruinas. Las construcciones realizadas mayormente con adobe y sin contemplar casos como terremotos explican el alto impacto del acontecimiento. Se trató de la mayor catástrofe natural ocurrida en la historia argentina. También del acontecimiento que conectaría a dos personajes que desde ese momento pasarían a estar unidos para siempre, para cambiar la historia argentina: Eva Duarte y Juan Domingo Perón.
El gobierno nacional, que desde el año anterior se hallaba a cargo de una dictadura militar, se abocó inmediatamente a realizar tareas de asistencia y reconstrucción de la ciudad cuyana. En ese contexto, sobresalió la figura del coronel Perón, secretario de Trabajo y Previsión y subsecretario de Guerra: rápidamente se puso a la cabeza de una campaña solidaria para reunir donaciones (medicamentos, vestimenta y comida). Para eso, convocó a un centenar de artistas.
Según recreó Enrique Pavón Pereyra en Vida íntima de Perón. La historia privada según su biógrafo personal, en la convocatoria habló primero Perón. Luego pidió la palabra una mujer de gran belleza, delgada y rubia, con vestido sencillo y un sombrero pequeño, que reclamaba ser oída: “¿Señor Coronel, ha terminado de hablarnos? ¿Le permitiría opinar a esta actriz de radio?”. Según Pereyra, Perón le contó: «Hasta ese instante yo no la había distinguido. Desde el estrado concretó su idea: ‘¿No les parece que la cuestión primordial es saber qué puertas y en qué lugar hemos de golpear? Adelanto mi parecer: el dinero habrá que buscarlo entre quienes lo tienen’. Repasé su figura. Se trataba de una actriz de radioteatro, que se asomaba apenas en un medio muy salvaje, muy competitivo». Eva tenía 24 años, hacía casi diez que había llegado desde Junín.
Ese día rechazó la idea de un espectáculo. Sostenía que lo que debían hacer era «patear» la calle: «Salgamos a pedir a los lugares públicos, pero también vayamos al hipódromo, al Jockey Club, a la Bolsa, a las Cámaras de Comercio, de la Industria, a los bancos…”.
Igual el sábado 22 de enero se llevó a cabo en el Luna Park el festival solidario que reunió a diversas estrellas de la música, el teatro y la radio. También asistieron los principales funcionarios del gobierno. En primera fila se encontraba el Coronel, y a su lado el vicepresidente, el general Edelmiro Farrell. Eva Duarte se las arregló junto a una amiga para ingresar al evento con la ayuda del compositor de tango Homero Manzi. Una vez adentro, el presentador Roberto Galán le avisó cuando Farrell dejó vacío su asiento. Así, logró llegar al lado de Perón.
Al momento de conocer a Eva tenía 48 años, era viudo y alrededor suyo empezaban a crecer las tensiones con otros sectores militares debido a su política social en favor de los trabajadores.
Diferentes testimonios dan cuenta de que algunos días después de haberse conocido en el Luna Park, Perón y Eva comenzaron una relación amorosa que se fue consolidando con el paso del tiempo. Coincidió con una época de mucho trabajo para ella y de crecientes turbulencias políticas para él. Evita participaba en un radioteatro sobre vidas de mujeres famosas en Radio Belgrano, y filmó dos películas unos meses después. Perón tomaba cada vez más protagonismo dentro del gobierno militar, en una coyuntura en que las presiones internas y externas para declarar la guerra a Alemania, Italia y Japón eran incontenibles. El 26 de enero de 1944 la ruptura de relaciones diplomáticas con el Eje derivó en cambios de gabinete. Perón pasó a estar a cargo del Ministerio de Guerra y de la Vicepresidencia de la Nación, además de su rol en la Secretaría de Trabajo y Previsión, en la que había dictaminado medidas como el Estatuto del Peón Rural, aumentos salariales, Tribunales de Trabajo, Seguro Social Obligatorio, indemnización por accidentes laborales; aguinaldo y vacaciones pagas.
A mediados de 1945, la conflictividad política se había agudizado. Las fuerzas opositoras reclamaban por el llamado a elecciones. En octubre, un sector de las Fuerzas Armadas intentó correr a Perón de la escena, obligándolo a renunciar. Y lo detuvieron. La crisis alcanzó su punto máximo el 17 de octubre, cuando una multitud fue a la Plaza de Mayo pidiendo por su liberación. Unos días después, el 21 de octubre, Perón y Evita contrajeron matrimonio. De allí en adelante la joven pasaría a ser conocida como Eva Perón. “La compañera Evita”. Quizás el vínculo amoroso y político más importante de la historia argentina del siglo XX.
De Los Toldos a Lobos, dos vidas entrecruzadas
Eva nació un 7 de mayo de 1919 en Los Toldos. Luego se mudó con su familia a Junín. En 1935, a los 15 años y con el sueño de convertirse en actriz, se decidió a probar suerte en la Capital. Su historia era una más dentro de la enorme cantidad de migrantes internos que se desplazaron hacia la Ciudad. Rápidamente, y con algunos golpes de suerte, encontró trabajo en compañías de teatro. A los pocos años se sumó al elenco de películas y radioteatros. A principios de los ’40, era una figura del espectáculo.
Perón nació en Lobos, el 8 de octubre de 1895. Su carrera lo llevó del Colegio Militar a la Escuela Superior de Guerra, a diferentes destinos en el país y el exterior, además de su labor docente en instituciones castrenses. Se destacó en actividades deportivas, así como por sus cualidades de liderazgo, inteligencia y oratoria. Pero el destino era la política.