En julio se cumplieron doce años del histórico fallo de la Corte Suprema de Justicia que condenó a la Nación, la Provincia de Buenos Aires y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por el estado de Riachuelo. Fue el puntapié inicial para darle jerarquía a la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) y a la vez, hacerla responsable por el saneamiento del complejo sistema de la cuenca. Si bien durante la gestión pasada se desarticularon algunas políticas, las nuevas autoridades del organismo argumentaron que el futuro es promisorio.
En respuesta a un reclamo presentado en 2004 por los vecinos de la región, la Corte Suprema resolvió el 8 de julio de 2008 no solo condenar a los gobiernos de las tres jurisdicciones, sino que también dispuso cumplir con la Ley 26.168 que en 2006 había creado la Acumar, que debía mejorar la calidad de vida de los habitantes de la cuenca: es decir, sanear el agua, el aire y los suelos de la zona de influencia (14 municipios bonaerenses y gran parte de la Ciudad), para lo cual la facultó de herramientas de control y regulación de las actividades industriales, los servicios públicos y cualquier acción que incida ambientalmente.
“Al asumir nos encontramos con un escenario parecido al que se encontró en el resto de la función pública tras el paso de Cambiemos en la gestión: una desarticulación total del Estado por parte de un gobierno cuyas autoridades no creían en el rol del propio Estado”, describió a Tiempo Daniel Larrache, el director Ejecutivo de Gestión de la Acumar, ente presidido hoy por Martín Sabbatella.
Según Larrache, la política del macrismo en el organismo quedó en evidencia en plena pandemia “a través del desguace de todo el sistema de abordaje sanitario en el territorio, donde las 12 unidades móviles estaban totalmente paradas”, las cuáles “fueron reacondicionadas y vueltas a poner operativas”, resumió el dirigente que acompaña políticamente a Sabbatella desde su paso por la intendencia de Morón y el AFSCA.
En los últimos meses la prioridad del organismo estuvo puesta “en la aplicación de las políticas activas en salud preventiva en los barrios linderos a la cuenca, donde estamos trabajando codo a codo con los gobiernos de Nación, Provincia y los municipios para abordar la pandemia”, explicó el funcionario. En este sentido, se realizaron operativos de testeos masivos con promotores de salud casa por casa en la Villa 21-24, en la ciudad de Buenos Aires; y en distintas localidades de los partidos bonaerenses de Avellaneda, Lomas de Zamora, Lanús, San Vicente, Presidente Perón, Morón, La Matanza y Almirante Brown.
Por otro lado, Larrache indicó que “no se descuidaron las políticas públicas en materia de saneamiento y la limpieza del curso de agua principal ni de los arroyos. No se dejó de trabajar ni un solo día” a pesar de la rotación de personal –debido a las licencias y aislamiento por casos sospechosos- en las cooperativas y empresas privadas que se encargan de la tarea.
Obras pendientes
Respecto a las obras en desarrollo, el director Ejecutivo de Gestión de la Acumar, dijo: “Aceleramos los trabajos de agua, cloacas y desagües en la villa 21-24, donde estamos por terminar de liberar el Camino de Sirga, al costado río. Esta obra está en permanente ejecución y se le dio continuidad al Sistema Riachuelo, que no se paró en ningún momento”. Se prevé que el Sistema Riachuelo resuelva en un 80% la contaminación de la cuenca, al canalizar los desagües cloacales de todas las jurisdicciones implicadas. Esta mega obra finalizaría en 2022.
Otro de los puntos pendientes es la reubicación de las familias a la vera del Riachuelo y sus arroyos. “La manda original de la corte habla de 17.000 soluciones habitacionales lo cual no significa que haya que relocalizar a todas esas familias. Es un trabajo permanente porque los barrios tienen un movimiento constante”, graficó Larrache.
Estos trabajos a su vez darán pie a “uno de los grandes objetivos de esta gestión: que se deje de inundar la cuenca. Ya estamos hablando con funcionarios nacionales y provinciales para encarar una serie de obras”, señaló Larrache quien precisó que se trata “de un sistema de 11 reservorios en la cuenca media y alta del río que incluyen una serie de terraplenes y desviaciones programadas para encauzar las aguas en el momento de mayor crecida para retener momentáneamente las enormes lluvias”.
Control de vertidos
Para el funcionario, la problemática de las industrias debe abordarse bajo dos grandes estrategias: por un lado, se controla que los vuelcos estén dentro de los parámetros establecidos; y por el otro, se acompaña sobre todo a las pequeñas y medianas empresas para que pueden reconvertirse y cumplir con las normas ambientales. “Caso contrario uno tendría que salir a clausurar empresas y eso significa dejar sin trabajo a la gente”, expresó. De acuerdo a los datos que maneja el organismo, unas 5000 industrias están en condiciones de ser fiscalizadas de las cuales poco más de 800 están en proceso de reconversión.
“Estamos construyendo un sistema de monitoreo online que nos va a permitir de manera sistémica y permanente controlar los vuelcos de aquellas industrias que catalogamos como agentes contaminantes o que tienen que ser controladas”, argumentó Larrache, y concluyó: “Falta muchísimo pero no estamos estancados en una situación de polución imposible vamos camino a resolver este problema histórico”.
Trabajo interdisciplinario
Acumar no solo coordina el trabajo entre varias jurisdicciones administrativas, también aborda el saneamiento ambiental de manera interdisciplinaria junto a otras instituciones. “Acumar acude a muchos organismos auxiliares como las universidades con las cuales se cayeron un montón de convenios y los estamos levantando. Era una práctica habitual del gobierno anterior desconocer la utilidad de la universidad como recurso estratégico para la gestión pública y nosotros por el contrario nos parece imprescindible su intervención”, describió a Tiempo el director de Ambiente de Acumar, Bruno De Alto.
En ese sentido, el especialista en Gestión de la Tecnología, a cargo de 180 profesionales y técnicos en materia ambiental, creó la Red de Adecuación Ambiental de la Cuenca Matanza Riachuelo (RAAC) en donde diferentes especialistas intercambian opiniones y analizan la manera de acompañar a las empresas a reconvertirse. De estos encuentros, por ahora virtuales, participaron referentes de universidades públicas y organismos especializados en el desarrollo y la aplicación de la tecnología en la sustentabilidad del medioambiente. Además, estuvieron presentes representantes de Industria Sostenible Ministerio de Desarrollo Productivo y de la Asociación de Empresarios nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC), entre otras instituciones.