La idea de Larreta apunta a un viejo anhelo del PRO: la prohibición para trapitos y limpiavidrios, además de agravar las penas sobre «ruidos molestos» en la vía pública, extendiendo peligrosamente la normativa a los artistas que hacen música en la calle. En concreto, la iniciativa 1664-J-18 le permite a la Policía de la Ciudad detener a artistas callejeros y decomisar sus instrumentos alegando la figura de «ruidos molestos provenientes de la vía pública» que excedan «la normal tolerancia».
En ese sentido, el proyecto propone, entre otras modificaciones, que la acción de la Policía deje de ser «dependiente de una denuncia privada» para que directamente pueda intervenir sin denuncia (en la actualidad alguien debe denunciar con su nombre y apellido para que las fuerzas de seguridad puedan proceder).
La propuesta del oficialismo porteño prohíbe limpiar vidrios sin autorización, a la vez que agrava las penas cuando las contravenciones se realicen en perjuicio de mujeres, tanto en el caso de quienes ofrezcan el servicio de limpiar vidrios como de cuidar coches sin autorización, o cuando esos servicios sean ofrecidos por dos o más personas. Actualmente, los «trapitos» son sancionados sólo si se confirma la contravención. Para ello, el perjudicado debe realizar la denuncia, presentar pruebas y testigos. Ante eso, la mayoría de los casos no prospera. Tras la sanción de esta ley, el solo hecho de ofrecer el cuidado del auto será suficiente para una sanción y la Policía de la Ciudad podrá actuar con el labrado de actas. Las penas serían de entre uno y dos días de trabajo comunitario o multas de hasta $ 400 para quien exija retribución por el estacionamiento o cuidado de vehículos en la vía pública.