Observadores del cielo de todo el planeta y la propia NASA, predijeron que el próximo jueves 21 de julio, una fuerte llamarada solar impactará la Tierra. Se esperan interrupciones en las señales de radio y GPS en algunas áreas puntuales. Afortunadamente, no reviste ningún riesgo para la salud.

Según se estableció, el pasado 15 de julio, el Sol emitió una eyección de una intensidad espectacular provocando un efecto magnético en ciertos lugares del planeta. Este tipo de llamaradas, pero de menor intensidad, se vienen produciendo desde hace días, pero ninguna con la profundidad de la que llegará el jueves.

De hecho, este fenómeno se repite aproximadamente cada 11 años, cuando el Sol experimenta períodos de alta actividad magnética. De todas maneras, se espera que el máximo esplendor de este ciclo se produzca en 2024.

En estas circunstancias, una de las regiones de la atmósfera solar que actualmente exhibe las denominadas manchas solares, atrajo la atención de los observatorios debido a un repentino incremento de su brillo en ultravioleta y rayos X. Según trascendió, por esos días los radioaficionados que se encuentran a ambos lados del Océano Pacífico, notaron interrupciones en sus comunicaciones.

Este tipo de fulguraciones producen una intempestiva emisión de radiación electromagnética y partículas energéticas en una región muy particular de la atmósfera solar, donde el campo magnético es especialmente fuerte y complejo.

Luego de esto, suceden eventos mucho más impactantes que son acompañados de enormes cantidades de plasma solar que se disparan fuera de la superficie, como si fuera una especie de cañón. La magnetósfera de la Tierra interactúa con este tipo de eyecciones, comprimiéndose, y provocando rápidas variaciones del campo magnético terrestre.

Todo este fenómeno es llamado tormenta geomagnética y en ocasiones puede interrumpir las comunicaciones por radio, satélite y hasta en algunos casos más extremos, generar cortes de luz.

Por ahora, la eyección solar que prontamente llegará a la Tierra correspondería, de acuerdo a los parámetros de distintos servicios de observación y predicción del clima espacial, con un tipo de Alerta G1, es decir tormentas geomagnéticas menores. De igual modo, puede provocar fluctuaciones en la red eléctrica y cierto impacto en los satélites.