El Indio Solari habló sobre las dos trágicas muertes que sucedieron hace dos años en su último recital, en Olavarría, y se refirió en especial a la irresponsabilidad periodística. En particular, a la cobertura de la agencia Télam que informó, erróneamente y sin fuente, sobre la existencia de siete muertos.
“Yo estaba hecho mierda, no quería salir de la habitación. Pero Virginia me convenció. Los músicos necesitan estar con vos, me decía y tenía razón. Igual fue medio un velorio, inevitablemente. Dos tipos que te habían ido a ver se habían muerto. Ahora, esa señora que se mató en la ruta porque salió a los pedos al escuchar que Télam hablaba de avalanchas y apuñalados múltiples… esa muerte es responsabilidad de los capos de Télam. Que ni siquiera habían enviado un cronista a ver cómo salía la cosa”, escribió, a casi dos años de los hechos, Solari en su libro Memorias en conversaciones con Marcelo Figueras, que acaba de ser publicado por Randon House.
En los días previos al recital que el Indio Solari ofreció en Olavarría, provincia de Buenos Aires, la noche del sábado 11 de marzo de 2017, la conducción de Télam había prohibido la cobertura de todo hecho noticioso fuera de la Ciudad de Buenos Aires. Era una sobreactuación que pretendía señalar la supuesta irracionalidad del cuerpo de delegados gremiales que se resistía a firmar un convenio con el Directorio para que las horas extras -habituales en esas salidas- no se pagaran ni se compensaran con otras de descanso.
Por razones de calendario, la cobertura del recital del Indio Solari fue la primera víctima. Ausente en el lugar de los hechos, la Gerencia Periodística ensayó, hacia fuera, un servicio informativo con apariencia de inmediatez. Pero no había periodista, ni fuente. Tampoco información. Así, a la 1:23 de la madrugada del domingo publicó un “anticipo” a los medios de todo el país: “Hay siete muertos y decenas de heridos por una avalancha en el recital del Indio Solari en Olavarría”. Sin fuente. Era la recirculación de un tuit sin verificar. La negación misma de la naturaleza de una agencia de noticias.
Esa noche murieron dos personas. No siete. Télam, previsiblemente, se convirtió en el centro del escarnio público. Decenas de publicaciones de medios privados replicaron la noticia falsa bajo la presunción de que la agencia pública no difundía rumores, sino información de fuente oficial. En ese contexto, ocurrió la muerte de la mujer de la que habla ahora Solari.
La agencia reaccionó con un comunicado, donde se refirió a “posibles errores”. Los trabajadores de Télam, en la mañana del domingo, lanzaron un documento público titulado: “Repudiamos a nuestra conducción periodística”.
“Télam cuenta con extraordinarios periodistas y administrativos para garantizar las mejores coberturas. Sólo se trata de que la empresa les permita trabajar en condiciones dignas. Los trabajadores queremos medios públicos plurales, rigurosos, democráticos, profesionales, que le den voz a los actores no que tienen lugar en los medios privados. Hay un impedimento para lograrlo: las actuales políticas de la gerencia periodística”, afirmó la Comisión Gremial Interna en el documento.
La información errónea la publicó el personal jerárquico de la empresa. La CGI de Télam identificó entonces a Daniel Capalbo, Luis Sartori y Marcos Caruso como los responsables directos de la emisión material del cable y a Maximiliano Tomas, coordinador de la sección Espectáculos, como el responsable de que no hubiera un periodista en el lugar de los hechos.
Los «responsables» periodísticos de aquel entonces hoy continúan al frente de la agencia.