A raíz del ‘Ciclo de charlas: Covid, aislamiento y violencia de género’, que se realizó por UNQTV por videoconferencia, en un dialogo, entre la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza y la referenta del feminismo Dora Barrancos hubo un punto de reflexión sobre la militancia en base al impuesto a la riqueza para enfrentar al coronavirus en Argentina. De allí surgieron una serie de planteos y conclusiones. 

¿Por qué los feminismos de Argentina deben militar el impuesto a la riqueza?

Cuando hablamos de impuestos, las mujeres y diversidades nos asustamos. Mucho. Nosotras, somos las que hacemos malabares para pagar de alguna forma los impuestos que nos llegan a cada hogar. Y se van deslizando por debajo de la puerta, uno a uno, y la billetera ahí arriba de la mesa, ya casi sin un peso.

Pero el colectivo aprendió a nunca rendirse, y a ser creativas, solidarias y siempre juntas, pasando por distintas crisis, y hoy atravesando una pandemia que debemos afrontar. Y ahí estamos, en ollas populares, acompañando en casos de violencia de género, siendo cuidadoras, siendo la primera línea de contención del virus, exponiéndonos al contagio, todo por salarios precarizados.

El objetivo es analizar estas medidas desde la perspectiva de género y desde el feminismo y analizar qué propuestas se consideran válidas para conseguir la efectiva igualdad de género y cómo debería estructurarse un impuesto a la riqueza que persiga ese objetivo. Apartando el sesgo machista, que durante años, castigo los presupuestos.

Redistribución feminista

En el mundo, estamos viviendo una crisis de desigualdad. La brecha entre la élite económica y todos los demás está aumentando. En América Latina y el Caribe, el 10% más rico de la población concentra el 68% de la riqueza total, mientras el 50% más pobre solo accede al 3.5% de los recursos, según mostró recientemente OXFAM (Organización no gubernamental de confederación internacional).

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(Foto: Prensa)

Daniela Vilar, diputada Nacional por el Frente de Todxs explicó de qué se trata el proyecto de Ley: “El impuesto a las grandes fortunas es un impuesto sumamente progresivo, es decir, que redistribuye la riqueza concentrada de los que más tienen entre los que menos tienen. En nuestro país la pobreza está sumamente feminizada, los estratos de ingresos más bajos están compuestos mayoritariamente por mujeres. La tasa de desocupación es más alta y además el salario promedio es 27% menor”.

La diputada feminista detalló a dónde irá el dinero de los ricos de la Argentina: “Por otra parte, el dinero que se recaude será́ destinado a las medidas que se tomen durante la emergencia sanitaria y una de las más importantes es el IFE, que es un beneficio que impacta más en las mujeres: sus principales beneficiarios son quienes cobran AUH que son en su mayoría mujeres, personas desocupadas o con trabajos informales y trabajadoras domésticas, un trabajo casi totalmente feminizado donde el salario promedio es de $8.167. Medidas como la IFE vienen a romper un poco con esa desigualdad”.

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Por su parte, Lucia García, Directora de Planificación y Gestión comunicacional del Ministerio de las Mujeres, Políticas y Diversidad Sexual manifestó la importancia de militar dicho proyecto: “El impuesto a la riqueza es una política redistributiva de recursos. Las mujeres y LGTB+ somos en mayor proporción precarizadas en lo laboral. Tenemos menores ingresos y estas situaciones se agravan en contextos de caída económica como el actual».

En ese sentido detalló la importancia de la transversalidad de las políticas de género: “Todas las políticas que tiendan a la igualdad son para nosotras. Para las que trabajamos en tareas no valorizadas y muchas veces no remuneradas. Para las travestís y trans que en muchos casos no acceden a trabajo digno. Siempre las políticas de igualdad son una buena noticia para nosotras”.

Pobreza feminizada

“Desde el feminismo nacional y popular, abrazamos las tres banderas históricas de una nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana”. Así comienza su entrevista Claudia Lazzaro, secretaria de Género y Derechos Humanos del sindicato de Obrerxs Curtidorxs, resaltando la importancia de que los proyectos económicos estén realizados no solo desde la visión masculina, sino con una perspectiva de género: “Estoy completamente convencida que en este contexto de pandemia nosotras las feministas tenemos una oportunidad histórica de poder plantear la autonomía real de las mujeres sabiendo que somos nosotras las que más estamos sufriendo esta pandemia. Los sectores feminizadas como la salud y la educación, son los que tienen salarios más bajos”.


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Maru Bielli, legisladora porteña por el Frente de Todxs, enfatiza con la premisa de discutir todo con lentes violetas, y resalta: “Generalmente se suele asociar a las políticas feministas solo con aquellas políticas específicas para mujeres o disidencias -lo que llamamos focalizadas-. Sin embargo cuando desde el feminismo afirmamos que necesitamos una perspectiva feminista integral y transversal de la política hablamos justamente de poder discutir todo, por eso me parece interesante la pregunta. Se trata de pensar la política bajo la lupa feminista”

A su vez, analiza el impuesto con una iniciativa lineal que nos propuso el presidente sobre la solidaridad social, “-empezar por los últimos-, para llegar a todxs” y se auto pregunta: “ ¿Quiénes poseen esas riquezas? ¿Cuántos son? Digo cuantos con “O” porque si miramos el porcentaje de las personas a quienes se les aplicaría este impuesto son en su inmensa mayoría varones. Según datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH de INDEC 2019) del 10% de las personas que más ganan en nuestro país el 63% son varones. Y si vemos el último decil, es decir la base de la pirámide, que son quienes menos ganan, el 70% son mujeres. Esto no es casual ni es una excepcionalidad de nuestro país. Cuando hablamos de “feminización de la pobreza” nos referimos a esto”.

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Natalia Zaracho, Trabajadora de la economía popular y referente del frente Patria Grande, hizo hincapié en la importancia de empezar a discutir la riqueza para que la pobreza, en los barrios populares, deje de tener cara de mujer. “Solo el 30% de la totalidad de las mujeres que viven en los barrios populares tienen un ingreso, y en cambio este número es del 70% si hablamos de varones. Cuando hablamos de desigualdad, hablo de esta desigualdad, somos las que nos hacemos cargos de los cuidados, las que se ocupan y preocupan por el otro. Tenemos que empezar a discutir no solamente la falta de alimentos e insumos en las salitas, sino también las políticas públicas. Tenemos que discutir la riqueza.”

Natalia afirmó convencida y defendiendo con uñas y dientes, la idea de que “los que más tienen, que empiecen a pagar”. Y finalizó: “Apoyamos el impuesto a la riqueza, estamos en una situación muy crítica, y ya bastante esfuerzo pusimos desde nuestro lugar. Necesitamos que el presidente Alberto Fernández reafirme esto para que podamos urbanizar nuestros barrios y podamos asistir a todas las compañeras, porque nos seguimos haciendo cargo de que hay voluntad, pero no hay plata. La única forma de garantizar esto, es que se cobre el impuesto a la riqueza y se distribuya”.

Un impuesto feminista en medio del COVID19

El proyecto de ley del impuesto a las riquezas busca invertir en servicios de salud y cuidados, lo que genera un impacto positivo directo en las mujeres. Debido a las normas sociales, la carga del cuidado no remunerado recae desproporcionadamente sobre las mujeres, quienes en promedio destinan 3,3 veces más tiempo que los hombres en estos trabajos.

Victoria Tesoriero, Subsecretaria de Asuntos Políticos de la Nación y activista feminista, resaltó: “Las mujeres se encuentran en los sectores con mayores dificultades para enfrentar la crisis del COVID, por diversos motivos, especialmente, porque somos las más afectadas por los índices de subocupación y trabajo sin registrar. Por lo tanto, el avance del proyecto de ley de impuestos sobre las riquezas es fundamental para impulsar políticas de redistribución sobre los sectores que más lo necesitan”.

Soledad Alonso, diputada provincial por el Frente de Todos, explicó que el impuesto para quienes más lo necesitan, es justicia social, que no existe, sin el enfoque feminista. “A nivel mundial solo el 1% concentra la riqueza en detrimento al 99%. Argentina es espejo de lo que sucede en el mundo, entonces, todo lo que signifique ingreso directo e indirecto hacia mujeres y género que fueron golpeados históricamente por capitalismo y patriarcado es un paso más para concretar la igualdad de derechos. No existirá justicia social, sin igualdad de género”.

En conclusión, el desafío de todas, es militar el impuesto a la riqueza, tanto y aun mas, como la ola verde. Porque este proyecto de ley, es la siembra que cosecha mujeres y diversidades libres y desendeudadas. Porque nosotras somos quienes aportamos el mayor capital que es la fuerza de trabajo. Porque la evasión y elusión fiscal contribuyen en gran medida a la desigualdad de género. Porque nosotras, somos esa plaga rara que no para de crecer.

(*) El artículo fue publicado originalmente en la revista feminista digital Combativas y cedido a Tiempo Argentino para su publicación.