La historia oficial habla de “Conquista del Desierto”, pero la verdad es que no había ningún “desierto” en la Patagonia argentina, un territorio poblado por diversas comunidades, en particular la comunidad mapuche, que hoy, siguiendo las huellas de su propio pasado, encara un lento pero continuo proceso de recuperación de su idioma originario, el mapuzungun. A través de cursos y otras instancias educativas de acceso público y gratuito, la lengua mapuche vuelve a tener vigencia entre las nuevas generaciones.
Marisa Malvestitti, doctora en Letras de la UBA y especialista en lenguas originarias, se relacionó como vecina con una comunidad mapuche de la provincia de Río Negro. Esa experiencia directa y otras investigaciones que realizó le permitieron observar desde adentro cómo, a pesar del paso del tiempo, de las variaciones regionales y otros tantos problemas por los que ha atravesado el mapuzungun, sigue conservando su cohesión. Hablantes de distintas regiones pueden entenderse entre sí, sin que los dialectos locales sean un obstáculo.
“A mediados del siglo pasado, los jóvenes no hablaban mapuzungun –explica Malvestitti–. Los mapuches de entre 30 y 50 años lo entendían pero no lo utilizaban, porque en sus casas, sus padres les pedían que no lo hablaran ni lo aprendieran, por un tema de discriminación ante los ‘winkas’ (blancos), por lo que se cambiaban hasta el apellido para poder trabajar”.
“Hace más de 40 años, el mapuzungun no se transmitía por ningún medio formal o informal, ni existía la educación intercultural. En Ingeniero Jacobacci, una región rural de Río Negro, nadie quería decir ‘soy mapuche’, porque había una sensación terrible de discriminación social. Su dinamización vino después, hace poco menos de 20 años, principalmente por las organizaciones mapuches urbanas y los chicos jóvenes que decidieron retomar su idioma original. Son ellos los que realmente crearon la situación actual, que es muy promisoria. Hablan el mapuzungun y están tratando de revitalizarlo y funcionalizarlo”.
En febrero de 2020, Malvestitti y un equipo de investigadores presentarán una muestra museística inédita sobre el estudio de las lenguas selknam, tehuelche, teushen, günün a iajüch, haush, alakaluf y mapuzungun, que fueron analizadas y publicadas a través de diferentes esquemas estables de vocabularios bilingües y comparativos a partir de la llegada de los jesuitas a la Patagonia. Respecto del material de la muestra, la especialista asegura: “La documentación de nóminas léxicas o ‘vocabularios’ realizada entre 1860 y 1930 constituye el dispositivo más difundido en el proceso de construcción de conocimiento sobre las lenguas originarias de la Patagonia, impulsada por jesuitas que comenzaron a idear sistemas de escritura con el objetivo de entender el idioma en sus procesos misioneros”.
“Los intentos más conocidos por codificar la lengua que integra el corpus aún inédito, fueron la obra de la ingeniería jesuita impulsada por el padre Luis de Valdivia (1606) y el padre Andrés Ferber (1765); ampliadas luego por las investigaciones del médico y etnólogo alemán Roberto Lehmann Nitsche (1890), quien, como director de Antropología del Museo de la Plata, realizó numerosas exploraciones y acopió gran cantidad de información sobre la lengua mapuzungun; y por las del lingüista mapuche Anselmo Raguileo Lincopil, que desarrolló el Grafemario Ranguileo Lincopi, pensado desde el punto de vista de un hablante del idioma en función de las características de la propia lengua, lo que lo hace la obra más destacada del corpus”, agrega Malvestitti.
Marta Beretta es una investigadora mapuche de la comunidad bonaerense de Los Toldos, profesora de mapuzungun y creadora de un diccionario virtual mapuche/castellano. “Al idioma del territorio mapuche –explica– se lo denomina mapuzungun (idioma de la tierra); para la oralidad mapuche se lo denomina mapuchezungun (idioma del hombre). Ambos están despertando gracias al impulso de las organizaciones jóvenes urbanas de toda la región desde hace más de dos décadas”.
Para Mauro Millán, lonko mapuche de la comunidad Pillan Mawiza, en la provincia de Chubut, autor del libro Las huellas del Puma y profesor de mapuzungun en la Escuela N°82 de Sarmiento, “la posibilidad de que los jóvenes mapuches se plantearan recuperar su idioma se remonta al regreso de la democracia en la Argentina. Nos permitió pensar: ¿qué es la educación para nosotros?, y comenzamos a preguntarles a nuestros padres y abuelos, que tuvieron una educación primaria muy traumática, porque si alguno de ellos mencionaba una palabra en mapuchezungun, era castigado físicamente”.
“La recuperación del idioma no sólo se enfocó en el bilingüismo, sino en la educación intercultural. Estamos en una etapa inicial de la recuperación”, concluye Millán.
Malvestitti precisa que “en Bariloche, una ordenanza de 1990, en respuesta al pedido de los mapuches, inauguró el primer curso de mapuzungun habilitado por la Municipalidad. Luego se creó un espacio público para que lo enseñaran a los chicos los mismos miembros de la comunidad que lo habían impulsado”. “Recientemente –agrega la especialista– comenzaron a surgir instancias de enseñanza más institucionales. Desde 2018, una nueva ordenanza permite a los miembros de las comunidades mapuche inscriptos en la Municipalidad de Bariloche pedir la enseñanza del mapuzungun en las escuelas a las que asisten sus hijos”.
“El mapuzungun es milenario, pero a diferencia de otras lenguas no es una lengua muerta –señala Marta Beretta–. Actualmente existen herramientas públicas y gratuitas: cursos y diccionarios pero también cuadernillos en pdf y videos en YouTube.”
“Fruto de esta experiencia revitalizadora del mapuzungun, actualmente se enseña en escuelas secundarias que tienen la modalidad de Lengua, en primarias rurales, y además muchas universidades lo incorporaron en sus carreras de licenciatura en Letras. A su vez, el Centro Universitario de Idiomas (CUI) de la UBA tiene un curso en su Programa de Lenguas Originarias. Todos estos procesos educativos señalan que actualmente el mapuzungun se habla en ciertos lugares de la provincia de Buenos Aires y en parte del sur de Argentina y Chile”, puntualiza Malvestitti.
Se puede confirmar que el mapuzungun está en los inicios de un promisorio proceso de revitalización, de un nuevo despertar, dado que aún se habla y se transmite por varias modalidades tanto formales como informales, por herederos, hijos y continuadores del pueblo mapuche, enriqueciendo así todo su legado cultural y su cosmovisión.