Como agudo analista de la realidad laboral, hace rato que Alejandro Melamed analizaba y presagiaba la forma en que la tecnología modificaría el empleo y el mundo del trabajo. Ya lo había dicho en su libro de “El futuro del trabajo y el trabajo del futuro” que editó Editorial Planeta en 2017. Ni él (ni nadie) hubiera imaginado que llegaría una pandemia y que eso aceleraría de tal manera el desarrollo y la forma de trabajar en todo el mundo. Ahora, con su nueva obra (que acaba de editar Paidós), Melamed elabora una serie de semblanzas, tips y consejos en los que orienta al lector para no quedar afuera y sobre todo, para encontrarnos preparados ante este nuevo desafío.
En su reciente libro “El futuro del trabajo ya llegó, y el trabajo del futuro también”, pone el foco en las transformaciones que atraviesan todos los integrantes del mundo del trabajo; empleos, personas, espacios y modelos de liderazgo.
La pandemia, según dice, nos puso en un lugar diferente al que teníamos tres años atrás y eso obliga a reinventar nuestras trayectorias de vida y profesionales. La llegada de la robotización y la angustia que eso genera también está en el tapete. En charla con Tiempo Argentino, Alejandro Melamed reveló algunos puntos, con una mirada profunda y humana.
-Ya habías adelantado que iba a darse un cambio en el ámbito laboral por la tecnología, algo que se adelantó por la pandemia. Todos tuvimos que adaptarnos. Pero, ¿hubo algún sector etario o profesional que supo manejarlo mejor que otros? ¿Por qué?
-Cuando tratamos de distinguir entre los diferentes grupos etarios o profesionales, creo que tenemos que entender que todos aquellos que venían trabajando en temas de tecnología, tanto personas jóvenes o de mediana edad, tuvieron una rapidísima adaptación a todas las nuevas demandas. Sin embargo, algunos sectores que tradicionalmente hubieran sido muy difíciles de pensar que se iban adaptar rápido como la educación o la medicina tuvieron un crecimiento exponencial llamativo.
Inclusive también en el ámbito de las compras digitales, por ejemplo, que ya se hacen habitualmente, las personas de edad más avanzada son las que más han crecido como segmentos. Esto demuestra que, cuando la tecnología se hace accesible, la capacidad de poder abrazar las nuevas tecnologías se incrementa.
-Tras la pandemia hubo trabajos o formas de trabajo que dejaron de existir. Con miras al futuro que ya llegó ¿en qué áreas sugerís capacitarse ante esta nueva realidad?
-Cuando uno trata de ver las áreas para capacitarse, todos los estudios sobre el tema determinan que las profesiones con mayores perspectivas de crecimiento son las vinculadas a la inteligencia artificial y la ciencia de datos; son las disciplinas que lideran porque hay una oportunidad enorme. Por otro lado, el cuidado de medio ambiente y remediación de los daños que se le están generando al medio ambiente, son áreas en las que también hay crecimiento. Todo lo vinculado a tecnología, ciencia, ingeniería y matemática, es otro de los puntos posibles. Del mismo modo, lo relacionado con la Cultura Organizacional y las Personas – lo que tradicionalmente se llama Recursos Humanos- también, porque todos se han dado cuenta que, en momentos críticos, las personas son clave para asegurar la continuidad. Hay que tener en cuenta que “la mejor estrategia sin las personas adecuadas es solo una expresión de deseo”. Finalmente, el desarrollo de nuevos productos y servicios, como así la generación de contenidos, marketing y ventas a nivel digital son de los más requeridos.
-¿Cuáles son las ventajas y desventajas del trabajo a distancia, tanto para los empleados como para los empleadores? ¿Estamos a la altura de las circunstancias?
-Hoy muchos evaluamos el trabajo a distancia por sus ventajas: nos ahorramos tiempo de viaje, se eliminan los costos de traslado, también las personas que tienen discapacidad pueden trabajar mejor. Desde el lado empresarial, las empresas disminuyen sus costos de infraestructura. En cuanto a la productividad, hay ganancia porque en el trabajo a distancia cada uno se focaliza en su trabajo y no hay tiempo para perder.
Pero no todo es beneficioso. Se visualiza una gran dificultad para generar una cultura de manera virtual, por la distancia que tiene la gente, se requiere una inversión en tecnología importante para que cada persona tenga la disponibilidad. En lo psicológico y emocional, podemos decir que al trabajar en el hogar la distinción de los planos personal, familiar y laboral se desdibujan y, en muchos casos, terminan por dedicar más tiempo de trabajo en su casa.
Creo que teniendo en cuenta las ventajas y desventajas, estamos atravesando el camino para llegar a la modalidad híbrida. La pregunta no es si híbrido o no, sino qué tipo de hibridez.
-Algunos le temen al avance de la robotización como un paisaje en el que podría correr riesgo el empleo. ¿Es tan así?
-El fenómeno de sentir miedo a que los robots sustituyan a las tareas humanas es habitual y es lo que se llama “angustia de los robots”. Considero que por bastante tiempo no hay riesgo de que eso suceda porque hay actividades que nunca podrían hacer los robots ya que no tienen conciencia, no tienen ética, no tienen empatía, no tienen sentido común. Los robots se podrán usar, fundamentalmente, para las actividades que son repetitivas y de bajo valor agregado. También para las pesadas, las poco higiénicas y las que requieran extrema precisión repetitiva.
-En este nuevo escenario que se presenta tras la pandemia, ¿qué lugar ocupa el tema del cooperativismo?
-El cooperativismo es un modelo que tiene un montón de ventajas, que tiene un sentido de la solidaridad muy importante y que nos muestra un camino donde la distribución de los resultados se pude hacer de manera más ecuánime y donde la gestión puede ser de modo más democrático. Estamos en un momento de la historia en la cual hay que pensar en diferentes modalidades de los jugadores claves. El cooperativismo es uno de los modelos más sanos y saludables que existen. Es un modelo de solidaridad absoluta que nos marca un camino, que si bien no es el único, deberíamos pensar cómo expandirlo potenciarlo. Todavía no está claro cuál es la forma que tomará el nuevo capitalismo pero el concepto de solidaridad y de responsabilidad social va a estar cada vez más presente. Por lo que sería beneficioso que el cooperativismo siga progresando