La Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que el cierre por tiempo prolongado de las escuelas como medida para frenar el avance del coronavirus afecta cerca de 156 millones de niños y niñas, que corren peligro de formar parte de una «catástrofe generacional». El organismo difundió hoy un comunicado en conjunto con Unicef y Unesco en el que señaló que en al menos 19 países «los gobiernos han cerrado las escuelas con demasiada frecuencia y períodos muy largos, inclusive en momentos en que la situación epidemiológica no lo justificaba».
En este sentido, los organismos aconsejaron que «las escuelas sean las últimas en cerrar y las primeras en ser reabiertas», puesto que los efectos de las clausuras van desde un «bajo rendimiento educativo hasta problemas de salud mental, pasando por un aumento de la desnutrición». «Instamos a aquellos responsables de tomar las decisiones ya los gobiernos a priorizar la reapertura segura de las escuelas para evitar una catástrofe generacional», expresaron las secretarias generales de Unicef, Henrietta Fore, y de Unesco, Audrey Azoulay en el documento.
Asimismo, advirtieron que «cerrar escuelas arriesga nuestro futuro, con beneficios muy poco claros para nuestro presente. Debemos priorizar mejor las cosas. Podemos y debemos reabrir escuelas de manera segura». El comunicado agrega que no se puede esperar “a que el número de casos sea cero” y que “los datos muestran claramente que las escuelas primarias y secundarias no se encuentran entre las principales fuentes de transmisión del virus.” “El riesgo de transmisión de la COVID-19 en las escuelas se puede controlar en la mayoría de los casos si se adoptan las medidas de mitigación adecuadas. La decisión de abrir o cerrar escuelas debe basarse en el análisis de los riesgos y en consideraciones epidemiológicas específicas de las comunidades en las que se encuentran las escuelas”.