Los rastros de semen hallados en el cadáver de Anahí Benítez, pertenecen a Marcelo Villalba, uno de los dos detenidos por el caso, informaron hoy fuentes de la investigación. La identificación la lograron los peritos de la Policía Científica que cotejaron las muestras halladas en los hisopados practicados en la zona anal de la víctima con el ADN de Villalba, quien hasta el momento está imputado del «encubrimiento agravado» del crimen.
En tanto, las mismas fuentes que confirmaron el resultado positivo de esta prueba en el caso de Villalba no dieron precisiones sobre la posible conclusión en el cotejo de las muestras de los hisopados con la sangre de Bazán.
Por otro lado, los investigadores aguardaban los resultados finales de los exámenes toxicológicos practicados a la víctima que en una etapa preliminar revelaron que no había consumido bebidas alcohólicas pero no dieron precisiones sobre estupefacientes ya que esa partes del estudio demora más tiempo.
Este dato es de interés para la causa debido a que en la descripción que la fiscal Pérez hizo del hecho estableció que Anahí fue abusada sexualmente a pesar de que no presentaba lesiones compatibles con una violación ya que se encontraba «bajo amenazas o medios narcóticos a determinar» que vulneraron su capacidad para defenderse.
Para la fiscalía, Bazán, «coactuando con al menos una persona más» privó de su libertad a Anahí en su casa de la mencionada reserva natural y que durante el cautiverio, por lo menos uno de los captores cometió un «abuso sexual con acceso carnal al menos una vez».
Sin embargo, a Bazán no le imputaron el delito de abuso sexual -sí la privación ilegal de la libertad y el homicidio- ya que aun restan conocerse los resultados del cotejo de ADN entre los rastros de semen y la sangre de éste.
Por su parte, Bazán amplió el lunes pasado su indagatoria ante la fiscal Pérez y reiteró ser inocente, al tiempo negó conocer al acusado Villalba.