De acuerdo con el informe de la UFEM durante 2017 se produjeron en la ciudad de Buenos Aires 27 homicidios dolosos de mujeres, de los cuales 14 fueron femicidios. Ese número representa el 52% en CABA para 2017, y evidencia una disminución porcentual respecto del año anterior, teniendo en cuenta que en el 2016 los casos de violencia de género representaron el 72% del total de homicidios de mujeres. En líneas generales, el femicidio aparece con cifras relativamente estables.
El estudio también demostró que los homicidios dolosos se sitúan con mayor concentración en el sur de la ciudad en las comunas 4 y 7, correspondiente a La Boca y Flores, mientras que los femicidios no se explican por locación geográfica, donde se evidenció un descenso de los hechos cometidos en asentamientos urbanos y villas de emergencia: sólo dos corresponden a esta zona, mostrando un descenso en comparación con los años anteriores.
Con respecto a esto, Mariela Labozzetta titular de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres confirmó este dato: “No existe una relación territorial en los casos de femicidios, como si en los homicidios dolosos. La violencia de género es heterogénea en cuanto a las zonas geográficas en donde suceden.”
Además, la titular de UFEM explicó que “es notable el impacto del movimiento feminista para la prevención de los casos de violencia de género aunque para medirlo es necesario esperar unos años”, y resaltó lo positivo e importante de la desnaturalización de estos casos.
En el informe también se detalla la zona de ocurrencia de los femicidios, donde el 79% de los casos sucedieron en espacios privados, mientras que el 14% ocurrió en el espacio público y en un caso (7%) se desconoce el lugar del hecho.
Otro dato de relevancia es que en el 33% de los casos existió algún un antecedente de violencia, más allá de haber tenido o no una denuncia por parte de la victima la cual ya había sufrido agresiones físicas y/o psicológicas.
También se registró un travesticidio/ transfemicidio, en el que fue asesinada una mujer trans migrante que se encontraba en situación de prostitución. Hubo un femicidio en contexto de criminalidad organizada. Por último, hubo un único femicidio de una niña que fue asesinada en el mismo hecho en que fue víctima su madre.
El documento agrega que la mitad de las víctimas murieron por la utilización de las manos, por parte de su agresor, para causar la muerte: cuatro estranguladas, dos golpeadas y una sofocada.
Con relación a años anteriores descendió sensiblemente la incidencia de armas blancas y la causal de apuñalamiento: para 2017 fue el 21% de los casos. En 2015 se habían registrado ocho víctimas (42%), mientras que en 2016 este porcentaje trepó al 69%, con nueve víctimas
La Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres realiza estos informes desde 2014 con el objetivo de identificar las causas. Según su titular, leen caso por caso con la idea de sostenerlos en el tiempo para compararlos a nivel nacional.