Dos jóvenes fueron detenidos esta madrugada en la localidad bonaerense de Isidro Casanova, acusados de integrar la banda que el jueves secuestró y mató al taxista Alberto Sarubbi en Ciudad Evita.
Las capturas se produjeron esta madrugada en el marco de tres operativos realizados a pedido del fiscal del caso, Carlos Stornelli, en la mencionada localidad del partido de La Matanza, en el oeste del conurbano.
Uno de los allanamientos fue realizado por personal de Gendarmerí¬a, con colaboración de la Policí¬a Federal (PFA) y la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), en una casa de Turín al 4600, donde en la vereda se halló documentación del taxista.
También fue secuestrada un arma que, se cree, pudo haber sido la utilizada para concretar el asesinato de Sarubbi (63), entre otros elementos de importancia para la causa.
Durante los procedimientos, además fueron apresadas otras dos personas sospechosas de integrar la misma banda, entre ellos una chica, aunque se presume que no tuvieron participación directa en el crimen del taxista, aclaró un vocero.
Las detenciones generaron la protesta de los familiares de los jóvenes, ya que los efectivos no les dieron ninguna explicación acerca del lugar adonde eran trasladados, dijeron ante la prensa.
Una mujer que dijo ser la madre de uno de los sospechosos, junto a la esposa de éste, afirmó que dentro del domicilio «no encontraron nada» y que el DNI del taxista estaba «en el césped» de la vereda.
Además, las mujeres señalaron que todos podían acreditar que el jueves a la tarde se encontraban trabajando, uno de ellos en el Gobierno porteño, y presentar testigos de esto.
También indicaron que en el barrio «todos le tienen miedo» a la familia del adolescente de 16 años detenido el jueves en el marco de la misma causa, quien está acusado de ser quien fue a cobrar el dinero del rescate de secuestro.
La captura de estos hombres se produjo horas después de que el juez federal Daniel Rafecas decidiera liberar a los cuatro efectivos de la PFA que participaron en el operativo montado por esa fuerza a raí¬z del secuestro del taxista, quienes habí¬an sido detenidos el jueves por la noche mientras se los investigaba por «desobediencia».
Los policí¬as, que son investigados en una causa paralela a la del secuestro, fueron acusados de ese delito porque intervinieron en el pago del rescate del secuestrado, aún cuando Stornelli habí¬a dado la orden de no interceder y permitir que se concretara la entrega del dinero.
Rafecas resolvió liberarlos sin tomarles declaración indagatoria, al considerar que sólo fueron imputados de un delito excarcelable.
El hecho comenzó cerca de las 15 del pasado jueves, cuando los hijos de Sarubbi recibieron una llamada extorsiva de un hombre que decí¬a tener secuestrado a su padre y les exigí¬¬a unos 200.000 pesos como rescate.
Tras una serie de comunicaciones telefónicas, los secuestradores pactaron el pago de unos 3.000 dólares y 20.000 pesos, y obligaron a los hijos del hombre a llevar el dinero a General Paz y Crovara, en Villa Madero, y desde allí¬¬ los hicieron circular hacia Ciudad Evita.
Uno de los hijos del taxista declaró ayer que cuando un joven se acercó al auto para retirar el rescate, también le arrebató el teléfono celular con el que estaba negociando con el jefe de banda y un anillo.
Posteriormente, ese joven salió corriendo y entonces los policías que estaban monitoreando el pago, lo detuvieron y hallaron en su poder las llaves del taxi.
Casi en paralelo, el chófer fue asesinado a siete cuadras de allí de tres tiros por la espalda y rematado de un cuarto cuando corría herido por un pasillo, aseguró anoche la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
La funcionaria aseguró que la Policí¬a Federal se enteró del secuestro de Sarubbi a través de un secretario del presidente Mauricio Macri, que tiene amistad con uno de sus hijos, pero dijo que los policí¬as cuestionados no tení¬an ese dato.
Añadió que estos efectivos «en minutos se reunieron con los hijos (del taxista) y estaban haciendo el seguimiento del auto cuando de golpe aparece esta situación totalmente fuera de todas las pautas de un pago de un secuestro, con una persona que se mete en una ventanilla y genera una confusión que la Policí¬a no sabí¬a si eran los cobradores o delincuentes que los iban a matar».
Sostuvo que «la brigada antisecuestros, que es un cuerpo muy profesional de la PFA, tuvo una situación totalmente inusual cuando estaba muy cerca de donde debí¬a hacerse el pago uno de los delincuentes».