Más de un año tuvo que pasar para que la justicia le diera la razón a una madre que se animó a denunciar lo que el resto calló. La fiscal especializada en delitos sexuales de Bahía Blanca, Marina Lara, ordenó la detención del ex técnico de infantiles Héctor «Patilla» Kruber, acusado de los delitos de abuso sexual y corrupción de menores del Club Deportivo Mac Allister de Santa Rosa, en La Pampa. Este jueves por la noche la jueza bonaerense María Promé aceptó el pedido de la fiscal ordenó la detención de Kruber, que al momento de ser apresado llevaba puesta una campera del Club Mac Allister.
Tal como reveló Tiempo Argentino en marzo del año pasado, un mes antes, luego de los feriados por carnaval, la madre de un jugador de 13 años había hecho públicas las prácticas aberrantes del entrenador. El escándalo estalló durante un viaje del equipo juvenil de Mac Allister un club fundado en 1998 por el ex jugador y actual secretario de Deportes, Carlos Mac Allister, y presidido por su hermano Patricio Mac Allister a Médanos, una localidad cercana a Bahía Blanca, para disputar un torneo.
Según la denuncia realizada en la justicia pampeana y que luego pasó a la jurisdicción de Bahía Blanca, Kruber solía sugerirles a los chicos dormir desnudos porque «para el deportista era mejor». También los invitaba a tomar siestas en su habitación y les daba «masajes de relajación», que incluían el roce de sus partes íntimas, entre otros vejámenes.
«Aguanté una semana para hacer la denuncia esperando que el club actuara o que otro padre me acompañara. En esos días no comí, no dormí, iba a trabajar como zombi. Esa semana hubo dos reuniones con Patricio y los papás de esa categoría. Se pidió silencio. El presidente nos dijo que no nos convenía hacer lío. Por la sociedad, por Santa Rosa. ¡Qué me importa a mí todo eso! De los 19 papás que éramos, convenció a 18. Y tuve que ir sola. Yo nunca dudé en ir a hacer la denuncia. Y mi hijo estaba seguro de denunciarlo. De hecho, hubo una segunda reunión con la psicóloga deportiva, que era de otro club pero la trajeron para tranquilizarnos. Y nos dijo lo mismo. Que no hablemos. Que lo íbamos a exponer, que era contar y revivir sus momentos. Busqué a una psicóloga para mi hijo en Santa Rosa, y ella me dijo lo contrario», le contó entonces a Tiempo Julieta, la mujer que se animó a denunciar a Kruber.
El caso había quedado originalmente en manos del fiscal de La Pampa Marcos Sacco, quien ordenó un allanamiento en la casa del acusado, una restricción de acercamiento a la madre denunciante y una notificación al Estado para que Kruber no desarrolle actividades en instituciones deportivas donde concurran niños, niñas y adolescentes.
En medio del escándalo, el club apartó a Kruber de su cargo, pero no lo denunció penalmente.
Ante la amenaza de encubrimiento, Julieta decidió grabar las reuniones con el resto de los padres y el presidente del club. En uno de esos audios, difundidos por El Diario de la Pampa, se puede oír con claridad la voz de Patricio Mac Allister: «Estoy en el ambiente del fútbol y esto pasa en todos lados. Aunque me duela, lo vi en cinco clubes. Este (por Kruber) no es un monstruo».
Recién en septiembre del año pasado, y por la exposición que habían generado las declaraciones de Julieta, varios padres testimoniaron en la denuncia en sede judicial.
«Quedamos muy conformes con mi abogado, sobre todo porque el resto de los padres decidió contar las cosas tal cual como lo denunciamos nosotros. Es más, hasta mencionaron con nombre y apellido el caso de otro nene abusado», contó a la salida de aquella audiencia Julieta, quien con el permiso del fiscal y la jueza había presenciado las declaraciones.
Fuentes de la investigación le confirmaron a este diario que es «inminente» que en las próximas horas la justicia haga efectiva la detención del entrenador.
«Ojalá que esta historia concluye Julieta sirva para que la gente que se ha callado, hablé; que no tengan miedo. Todo lo que les pasa a los chicos es por culpa de los grandes que se callan. Yo decidí hablar porque de corazón deseo que nadie pase por lo mismo que yo. El abuso a un hijo es lo peor que puede pasar».