Un llamado anónimo alertó a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Cuando el personal de la Dirección General de los Recursos de la Seguridad Social (DGRSS) llegó al lugar, la narración que habían hecho por teléfono se condecía con la realidad. O peor.
Cuatro trabajadores que habían arribado desde Santiago del Estero para realizar tareas en la tala de árboles en un predio de exploración forestal en Junín eran víctimas de explotación y trata laboral. Así lo denunció la AFIP. Sostuvieron que el operativo permitió «desactivar los delitos y las graves irregularidades».
¿Cuáles eran? Por ejemplo, los cuatro realizaban extensas jornadas de trabajo de lunes a sábados, con una alta demanda física propia de la actividad de tala. Sin embargo, habían sido contratados sin tener un salario preestablecido. Quedaban sujetos a la cantidad de toneladas de madera cortada por ellos y encima sin poder controlar los volúmenes trabajados ya que la comercialización estaba exclusivamente a cargo del empleador.
Los trabajadores cobrarán su salario al finalizar la campaña, luego de tres meses de labor y sin ningún tipo de transparencia en la relación laboral «y en marco de una situación de extrema vulnerabilidad en la que se hallaban inmersos los trabajadores», acotaron desde la AFIP.
Eso no es todo. Además, se les descontaba dinero en concepto de alimentos que eran provistos tres veces por semana por el empleador sin que se les permitiese comprarlos por sus propios medios. Y si alguna de las herramientas utilizadas para cumplir su labor se rompía o sufría un desperfecto, el costo del arreglo también era descontado de sus salarios.
«Con relación a las condiciones habitacionales, se corroboró que los cuatro trabajadores vivían en un micro ómnibus y en una casilla en pésimas condiciones de salud e higiene», mencionaron. No contaban con baño, heladera ni cocina y debían higienizarse con baldes en un sector improvisado fuera del micro, compuesto por lonas y sostenido por ramas. No tenían luz eléctrica y se les proveía agua que debían utilizar para beber, cocinar, asearse y limpiar los elementos de cocina.
Los inspectores estuvieron acompañados por personal de la División Fiscalización de Seguridad Social perteneciente a la Dirección Regional Junín. Ahora, tras la denuncia, se abren dos caminos: por un lado, la libertad de los trabajadores (y que además accedan a cobrar lo que trabajaron en este tiempo). Por el otro, la situación del empleador, de Junín. Algo que ya dependerá de la Justicia. Mientras tanto, como muchas veces estos casos se resuelven por llamados anónimos (a pesar de que sean campos con situaciones visibles al público) y que a veces son situaciones conocidas por el público de la comunidad, difundieron el número para hacer denuncias: 0800-999-3368 (opción 3) o también el correo [email protected].