Los efectos de la pandemia de coronavirus exceden el plano sanitario y afectan todos los indicadores sociales. En la Ciudad de Buenos Aires, su impacto refleja la desigualdad norte-sur y se percibe con más intensidad en los barrios más vulnerables. Así lo refleja un informe elaborado por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Observatorio de Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA).
“Efectos sociales del escenario Covid-19 en las comunas y villas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires” se titula el informe realizado a partir de datos de la Encuesta de la Deuda Social del Observatorio de la Deuda Social Argentina, que analiza el impacto de la pandemia sobre la calidad de vida de los hogares, los déficits en el ámbito de la salud, el endeudamiento, la valoración de la democracia, la conectividad de los hogares y su inclusión financiera.
En cuanto a la calidad de vida autopercibida de los hogares frente al escenario Covid-19 en la Ciudad, en el estudio se analizaron tres indicadores: tener efectos negativos en la situación laboral personal, la disminución de los ingresos del hogar y el uso de los ahorros para cubrir gastos habituales. La caída de los ingresos del hogar es el indicador con mayor incidencia: casi 6 de cada 10 hogares a nivel nacional y 5 de cada 10 hogares en CABA. En cuanto a los efectos negativos en la situación laboral personal, se ven afectados 3 de cada 10 hogares en ambas jurisdicciones, mientras que el indicador con menor déficit es el uso de los ahorros para cubrir gastos habituales: afecta a casi 2 de cada 10 hogares en el total urbano nacional y a 1 de cada 10 en CABA. Pero, en el mapa porteño, la incidencia no es homogénea. “En el impacto referido a la disminución de los ingresos del hogar, claramente se ven más afectados quienes residen en las Villas CABA, en donde casi se duplica esta incidencia, afectando a casi la totalidad de sus residentes”, advierte el informe.
En relación al acceso digital de los hogares en tiempos pandémicos, se contrasta su evolución temporal entre 2017-2019 con lo ocurrido en 2020, en el escenario COVID-19. En este punto, el relevamiento muestra que “en 2020 los déficits son reducidos en ambos indicadores, pero con marcadas desigualdades entre los residentes en las Villas CABA y la Zona Sur, quienes están notoriamente más afectados por estos déficits”. Así, casi 5 de cada 10 hogares presentan ambos déficits en las Villas CABA, y casi 3 de cada 10 hogares en la Zona Sur; frente a los reducidos déficits observados en Zona Norte y Zona Centro.
En el caso de no contar con computadora en el hogar, el déficit es de casi 3% en los hogares cuyos jefes tienen nivel educativo alto, mientras que es del 39% si el nivel educativo del jefe es bajo (hasta secundario incompleto o menos). Igual brecha digital existe con relación a contar con servicio de internet en la vivienda: la falta es casi inexistente en los hogares con nivel educativo del jefe alto y del 40% en los hogares cuyos jefes tienen el menor nivel educativo de la escala considerada. En el mismo sentido se analizaron la bancarización y endeudamiento de los hogares en el contexto de pandemia, teniendo en cuenta que la falta de bancarización financiera, la ausencia de crédito bancario y el endeudamiento no bancario se constituyen en indicadores de baja o débil autonomía y capacidad económica de los hogares.
El informe concluye que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, “si bien es uno de los centros urbanos que registra los niveles más altos de desarrollo humano, también expresa importantes desigualdades y se encuentra aún lejos de garantizar condiciones de vida óptimas para todos sus habitantes”.