«La actualidad nos pone en una situación de vulnerabilidad epidemiológica grave», advirtieron en una carta los jefes de los Programas Provinciales de Inmunizaciones a sus respectivos ministros, y alertaron por un desabastecimiento de vacunas arrastrado de 2017. Sólo una provincia no adhirió: la de Buenos Aires, a pesar de que también sufrió escasez. El Ministerio de Salud de la Nación, responsable de los envíos, admitió a Tiempo que «hubo faltante» el año pasado pero están «haciendo todo para poder compensar el atraso».
«Durante TODO el 2017 NO contamos con las dosis planificadas para cumplir con la vacunación antimeningocócica cuadrivalente (Menveo®) de los niños de 3 y 5 meses y de los adolescentes de 11 años; incluso en muchas provincias la vacunación en este grupo etario directamente NO SE REALIZÓ», enfatizaron en el texto, con las mayúsculas incluidas. «Ya nos comunicaron que NO RECIBIREMOS las dosis adeudadas de 2017, lo que hace que la situación se plantee como crítica, sabiendo que existen dosis en Aduana desde hace casi un año, que son, además, insuficientes para cubrir a la población objetivo.»
La vacuna contra el meningococo fue oficialmente incorporada al Calendario Nacional de Vacunación, gratuito y obligatorio, en octubre de 2015. La Argentina fue el primer país de Latinoamérica en hacerlo. Pero en la práctica, la nueva gestión no agilizó su puesta en marcha. A comienzos de 2017, Córdoba requería 42 mil dosis por trimestre, y sólo recibió 17 mil. Así lo destaca un informe de la Fundación Soberanía Sanitaria, titulado «El recorte en la vacunación como política de Estado», donde acotan que por 2 millones de dosis de vacunas antigripales que no se utilizaron durante la campaña anterior «se está pagando almacenamiento y se deberá pagar un costo altísimo por su destrucción». En el caso de la vacuna contra el VPH (papiloma humano), otra cuya faltante se denunció, el problema fue «que se aceptaron vencimientos a corto plazo al momento de la adquisición de 800 mil dosis que se vencieron y se interrumpió la reposición de nuevas dosis».
«En Mendoza hemos tenido discontinuidad en la entrega de vacunas en 2017, así como en años anteriores. Con la meningocócica veíamos discontinuidad para hacer frente no a la dosis de los más pequeños, pero sí para los de los once años. Luego del comunicado nos llegó la partida de este año», remarcó Iris Aguilar, jefa del PAI (Programa Ampliado de Inmunizaciones) en la provincia cuyana. Las dosis que llegaron a Mendoza corresponden a 2018. Qué sucederá con quienes quedaron sin vacunar en 2017 es aún una incógnita.
Sólo la provincia de Buenos Aires no adhirió al comunicado de los jefes de inmunización de todo el país, lo que parece ser más una decisión política que sanitaria, teniendo en cuenta que también el territorio bonaerense sufrió retraso en la entrega de vacunas. Uno de los distritos que más lo padece es La Matanza. El doctor Luis Crovetto, subsecretario de Atención Primaria local, aseguró a este diario: «A lo largo de 2017 tuvimos discontinuidades, atrasos en las entregas que generan baches y pérdida de oportunidades de vacunación, con el rotavirus y el neumococo. También nos generó problemas con la población diabética, por las tiras reactivas y las insulinas análogas, que no llegan. Debían mandar 300 por mes y envían entre 5 y 20. El resto tenés que salir a cubrirlo con recursos propios».
El funcionario alertó por el retraso en la aplicación de la antigripal: «Usualmente las dosis llegan a fines de febrero y ya en marzo, con los primeros fríos, tenés a más de la mitad vacunados. Este año la recibimos el miércoles anterior y recién mañana empezaremos a vacunar».
Según el documento de los jefes de inmunología, otras vacunas que tuvieron retraso en sus entregas son la triple viral (sarampión, rubéola y paperas), la triple bacteriana (diftería, tétanos y tos convulsa), contra la hepatitis B, la antirrábica y la Sabin bivalente, contra la polio. Y añaden «la discontinuidad en la entrega de agujas y jeringas durante 2017».
Mientras tanto, los casos de meningitis se multiplican en el país, si bien, como aclaró Iris Aguilar, no tienen relación con el faltante de vacunas, «así como tampoco hay una reemergencia de enfermedades por esa causa. Hay sumas de factores como papás que optan por no vacunar a sus hijos o importación de gérmenes». Hubo casos de meningitis bacteriana en Entre Ríos y San Luis. En Salta ya hablan de «brote» de meningitis: según declaró Roque Mascarello, ministro de Salud Pública de esa provincia norteña, llevan registrados 90 casos en 2018, cuando en todo 2017 fueron 140. Casi todos de origen viral.
La falta de entrega de vacunas por parte del Estado también genera una desigualdad social en el acceso a la prevención. Al no encontrarla en centros públicos, una persona puede adquirirla en el sector privado. Pero si no cuenta con el descuento de una prepaga, puede llegar a pagar hasta 2491 pesos por la dosis. Casi $ 900 más respecto a un año atrás.
La subejecución fue una constante de la gestión del ministro Jorge Lemus. Su sucesor, Adolfo Rubinstein, llegó con un currículum más técnico y especializado. Pero los números siguen lejos de normalizarse. Completados los primeros tres meses del año, el programa Prevención y Control de Enfermedades Inmunoprevenibles gastó apenas el 10% de los 5068 millones presupuestados. «Atención Sanitaria en el Territorio» (clave para las regiones más vulnerables), 11,8%; y «Fortalecimiento de la Capacidad del Sistema Público de Salud», lleva sólo el 2% de ejecución.
«Hubo faltantes pero ahora no pasa»
«Quiero llevar tranquilidad de que no va a haber faltantes de vacunas. Esto pasó en 2017 y no queremos que pase en 2018», señala a Tiempo Mario Kaler, secretario de Promoción de la Salud, Prevención y Control de Riesgo del Ministerio de Salud de la Nación. «No hemos dejado de comprar vacunas ni restringimos dosis. Hubo una dificultad en 2017, pero no es lo que pasa ahora.»
Consultado por el motivo del faltante, reconoce un «problema de logística en la Aduana que ya se subsanó». Desde la Fundación Soberanía Sanitaria señalan que habría depositadas allí 8 millones de distintas vacunas, pagando costos incrementales por no retirarlos. Pero Kaler, sin detallar los números, asegura que «se sacaron todas las vacunas de acuerdo al cronograma que estamos entregando. Están hoy en nuestras cámaras de frío».
«Son más de 50 millones de vacunas de todo tipo y el presupuesto está planificado. Hubo retraso en 2017 y está siendo subsanado ahora. Las vacunas las tenemos todas», insiste Kaler, contrario a lo que afirma la carta de los responsables de inmunizaciones.
«Hay que tener en cuenta una cuestión logística de que todas las vacunas llevan cadena de frío agrega. Ahora estamos entregando la campaña de antigripales, neumococo, y hay veces que nos piden que entreguemos eso y que para otras entregas más regulares, esperemos. A veces no hay espacio en algunas provincias y distribuimos después. Pero las vacunas están y estamos haciendo todo para poder compensar el atraso.» «