Estudiantes y docentes de carreras de Economía y Administración –de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA- expresaron su rechazo a una reforma del plan de estudios que consideran «inconsulta y antidemocrática”. La aprobación parcial del nuevo plan se dio en medio de la lucha universitaria contra el desfinanciamiento por parte del gobierno de Javier Milei y los cambios impuestos van en línea con el clima de época: menos contenido social y más orientación al mercado.
“Durante todo el año estuvimos consultando, siempre nos decían ‘no sabemos, no hay nada’. De repente, nos enteramos que está la reforma en curso. Fue filtrándose, nunca tuvimos oficialmente la información. Fue un proceso inconsulto y antidemocrático”, cuestionó Lucía Ortega, de la Asociación Gremial Docente (AGD) en Económicas.
“El martes durante el paro abrieron la facultad para que voten las comisiones, después el Consejo Directivo. Faltaría la aprobación en Consejo Superior, no sabemos cuándo, pero están muy apurados. En ningún momento a los principales interesados, docentes y estudiantes, nos consultaron ni pasaron cuáles serían las reformas. Hay mucho malestar por abajo”, dijo a Tiempo.
Modernización de las carreras de Economía y Administración.
— Facultad de Cs. Económicas UBA (@UBAeconomicas) October 29, 2024
El Consejo Directivo de la facultad aprobó hoy la modificación de los planes de estudio de ambas carreras.
Con estos cambios se incluirán nuevas orientaciones y se podrá reducir hasta en un año los tiempos de cursada. pic.twitter.com/aiYsj3x5Yt
De 33 a 29
La modificación decidida por las autoridades implica pasar el plan de estudios de 33 a 29 materias. Recortar carreras es una tendencia que se viene concretando en los últimos años, incluso en carreras clásicas como Medicina e Ingeniería de la UBA.
“No hablamos de ‘recorte’, sino de cambios o reformas curriculares”, decía a este diario, a fines del año pasado, Catalina Nosiglia, secretaria académica de la Universidad de Buenos Aires, al describir el proceso de revisión de planes de estudio. La explicación por entonces era que los cambios apuntaban a “enfrentar la deserción estudiantil” y “actualizar la formación académica, sin perder calidad”.
“Los nuevos planes contemplarán una flexibilización de las cursadas, que les abre la posibilidad a los alumnos de recibirse en menor tiempo. Se implementarán nuevas orientaciones para que el estudiante pueda insertarse de una forma más rápida y sencilla en el mercado laboral”, destacó Ricardo Pahlen, decano de la Facultad de Económicas.
En la carrera de Economía habrá un rediseño de la currícula desde el primer año, con más contenidos que apunten “al mundo de la producción». Se introducirán asignaturas optativas relacionadas con el manejo de grandes volúmenes de datos, machine learning y contratos inteligentes. En Administración la nueva licenciatura también será más corta.
Según la información de la Facultad, los cambios van en línea con recomendaciones de organismos internacionales como ONU, OIT, UNESCO, PNUD y OCDE.
Una reforma con menos contenido social
Las críticas apuntan al carácter inconsulto de la decisión –casi entre gallos y medianoche- y también a la orientación de la reforma. “El cambio consiste en sacar un cuatrimestre, hay contenidos troncales que pasaron a optativos. Y las materias más humanísticas las unificaron o eliminaron. Va en sentido de la corriente neoliberal. Siempre quisieron hacer este cambio”, resumió Ortega.
“La lectura que estamos haciendo es que la tenían pensada hace mucho y se apuran ahora, de alguna manera como parte de la negociación con el Gobierno. Porque la reforma empalma con su línea política y al mismo tiempo es un recorte. De 33 materias a 29”, apuntó la docente. Y agregó: “Hay materias que al pasarlas a optativas no forman parte de lo troncal de cualquier economista. Como Cuentas Nacionales, una materia fundamental donde enseñan cómo es la contabilidad nacional, el consumo, la inversión. Es clave y la pasaron a una orientación. Si elegís las otras, no estás obligado a cursarla”.
Entre las y los estudiantes, según indicó la docente, el malestar también tiene que ver con que los cambios comenzarán a regir desde el año que viene, incluso para quienes ya están estudiando la carrera con el plan anterior.
“Las formas hacen a la calidad institucional, y la universidad pública es por definición un espacio participativo. Aprobar una reforma mayor de los planes de estudio de las carreras de la FCE-UBA cercenando expresamente la participación de los interesados es una vergüenza”, cuestionó el economista y politólogo Nicolás Dvoskin a través de su cuenta de X.
Si el tremendo laburo que implica una reforma del plan de estudios de una carrera tuvo que hacerse en secreto, y una vez público tuvo que aprobarse a las apuradas, sin la participación de los estudiantes, con consultas solo a algunos profesores del palo, es que algo no está bien.
— Nicolás Dvoskin (@ndvoskin) October 30, 2024
El investigador citó un estudio de la Sociedad de Economía Crítica que analizó, entre 2014 y 2015, las 32 currículas de economía de Argentina y Uruguay. “El resultado es que el programa de la UBA no solo tiene la virtud de poder ser más fácilmente pluralista que el resto, porque tiene margen para tener más cátedras por materia, sino que tiene (tenía) un gran perfil en humanidades, mucho mayor que el de otras universidades. El plan de la UBA se caracteriza(ba) por una sólida formación de reflexión teórica de carácter general, a lo que se suma(ba) en relación a otras carreras que comparten eso (como UNR, UNC, UNT, UDELAR, por citar a las más grandes) una mayor pluralidad dada por el tamaño”.
Y concluyó: “La formación de economistas en la UBA tenía una especificidad bien valorada: una formación amplia en Humanidades y la posibilidad de hacer una carrera plural. Ser una copia barata de UDESA y UTDT es una pésima idea”.