Un joven en Salta denunció haber sido brutalmente golpeado y robado por la policía de esa provincia. El procedimiento de las fuerzas de emergencias del 911 se originó supuestamente por una denuncia sobre violencia familiar y de género en un domicilio del barrio Villa Juanita, ubicado al este de la capital salteña, que hasta el momento no fue probado.
De acuerdo a lo narrado por el diario El Tribuno, Miguel Agustín, estudiante del Bachillerato Salteño Para Adultos (B.S.P.A) Padre Martearena, sufrió la paliza sin justificación, ya que el joven es soltero, no tiene pareja y no se encontraba en el domicilio de donde surgió la denuncia.
En diálogo con el periódico salteño, acompañado por sus hermanas y sus padres, aseguró que el jueves a la madrugada estaba caminando junto a una amiga por una calle del barrio, cuando bajaron tres uniformados de un móvil del 911 que se encontraba estacionado delante de ellos.
«Ahora vamos a arreglar el asunto, me dijeron. Apartaron a mi amiga, me tiraron al piso y me esposaron. Después me subieron al móvil. Yo no entendía nada, me empezaron a insultar, a decirme de todo, que así le pegás a las mujeres y qué se yo y comenzaron entre todos a golpearme», denunció. Y agregó: «Me arrancaron el cabello y me hacían golpear el rostro contra el vidrio de la puerta. Comencé a gritar que me dejen pero seguían golpeándome. Arrancaron el móvil y salieron por la manzana 9, con mala suerte para ellos porque en la calle estaba mi tío, a quien grité que me llevaban para matarme. Estaba secuestrado por la fuerza pública, detenido por ningún delito y golpeado no sé por qué. Me llevaron a un callejón oscuro y de nuevo empezaron los golpes y las risas entre ellos».
Una vez en la comisaría de El Sol, el muchacho fue rechazado. Cuando estaba siendo trasladado a otro coche policial, escuchó la voz de su hermana: La encargada le negaba que yo estuviera allí, pero ellas entraron y me encontraron escondido, esposado y desfigurado. Ante el reclamo, lo derivan a la Alcaidía penitenciaria, donde lo ve un médico que pide tomografía y tratamiento especial, con urgente derivación al centro de salud San Bernardo, donde lo vieron por la mañana: ya estaba sin zapatillas, sin la campera, sin el dinero que portaba y sin el celular. Me dejaron sólo el documento y la tarjeta de estudiante, completó el joven que, junto a su familia, denunció a los efectivos de la policía salteña, sobre la que pesan acusaciones similares en el pasado reciente: en enero de este año, dos mujeres de 24 años de Cafayate, aseguraron haber sido víctimas de maltratos, golpes y robos por parte de los uniformados del 911.