Con el dengue hay un problema histórico: se lo suele atacar cuando el mosquito ya está en todos lados. Por eso los especialistas suelen remarcar la necesidad de campañas de concientización, descacharreo y prevención en invierno, cuando aún los huevos y larvas no explotaron. Aunque en la Argentina se agrega el problema de que casi todas las temporadas los mayores casos provienen de la región, sobre Brasil y Paraguay. Ahora, el país vive el pico de brote, duplicando los contagios por semana. En ese marco, el gobierno nacional anunció la creación de «brigadas territoriales de proximidad» que llevarán adelante acciones de prevención y concientización.

La medida se decidió tras una reunión entre diferentes Ministerios en la Casa Rosada «con el objetivo de acordar acciones para reforzar las que se llevan a cabo junto con las jurisdicciones, con vistas a contener el brote que en la última semana registró 9.388 casos«, según informaron.

Las brigadas territoriales de proximidad estarán integradas por agentes sanitarios, fuerzas operativas y organizaciones intermedias «para sensibilizar sobre prevención y acciones de cuidado, principalmente la eliminación de potenciales criaderos de Aedes aegypti«.

La cartera sanitaria se encargará de realizar las capacitaciones y cada ministerio organizará a sus agentes para poder desplegarlos en el territorio, en articulación con las jurisdicciones y los municipios. La cuestión, como siempre, es el tiempo. El pico es ahora, y se calcula mosquito permanecerá activo al menos por dos meses más. Por lo que se volverá urgente que se generen rápido los equipos y las coordinaciones y capacitaciones.

A su vez, la cartera sanitaria nacional ofrecerá a las ministras y los ministros provinciales articular más apoyo, «a través de jornadas de eliminación de potenciales criaderos junto con las fuerzas armadas. También se priorizarán las acciones de prevención y cuidado, teniendo en cuenta que durante los feriados de Semana Santa será más frecuente el movimiento de personas desde y hacia las jurisdicciones con brotes epidémicos, y se fortalecerá la comunicación con campañas masivas de concientización».

La investigadora del Conicet y coordinadora del Grupo de Estudio de Mosquitos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, Sylvia Fischer, contó a Tiempo que este aumento de infectados «era una posibilidad. Todo el año pasado hubo muchos casos por ejemplo en Brasil y gran parte de Latinoamérica. Acá no tenemos transmisión de dengue todo el año con lo cual el inicio de los primeros casos generalmente se produce por casos importados de personas que viajan a lugares donde hay transmisión y vienen infectadas con el virus. Luego, los mosquitos de acá pican, se contagian, lo transmiten y así comienza un ciclo de transmisión local. Eso ocurre todos los años. En algunas temporadas empieza más tempranamente y con un número mayor de casos. Eso está vinculado con la magnitud de las epidemias en los países limítrofes y con la cantidad de personas que están viajando hacia estos lugares, usualmente de vacaciones o a visitar familiares para las fiestas».

mosquito

¿Está fallando la lucha contra el mosquito? Fischer responde: «Es un problema extremadamente complicado que no tiene una única respuesta. Involucra a distintos actores sociales. Por ejemplo, el mosquito está en recipientes artificiales que están dentro de las casas de las personas. Gran parte de lo que se puede y debe hacer depende de que las personas sean responsables de su entorno inmediato. Necesitamos entender y ser conscientes del problema, saber qué hacer. Debe haber un aporte desde la educación, la difusión, la motivación y la movilización de las comunidades para hacer algo al respecto».

El dengue, presente en al menos 13 jurisdicciones

Al comienzo de la reunión, el subsecretario de Estrategias Sanitarias del Ministerio de Salud, Juan Manuel Castelli, presentó la situación epidemiológica: hasta la semana 11 de 2023, del 12 al 18 de marzo (en las próximas horas se sabrá el boletín de esta semana) se notificaron en el país 9.388 casos de dengue, de los cuales 8.504 adquirieron la infección en la Argentina.

Se identificó circulación en 13 jurisdicciones: Buenos Aires (3 localidades), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Catamarca (2 localidades), Chaco (2 localidades), Corrientes (2 localidades), Córdoba (1 localidad), Entre Ríos (1 localidad), Formosa (2 localidades), Jujuy (3 localidades), Salta (9 localidades), Santa Fe (16 localidades), Santiago del Estero (6 localidades) y Tucumán (15 localidades).

En las últimas cuatro semanas fueron confirmados 8.001 casos, con un promedio de 2.000 casos semanales. Es un 30% menos que el promedio registrado durante el mismo período de 2020 (año en que transitamos la epidemia de mayor magnitud de nuestro país desde la reemergencia de la enfermedad en 1998), aunque la curva viene en rápido aumento.

En tanto, respecto a la fiebre chikungunya, se han registrado hasta el momento 528 casos, de los cuales 166 adquirieron la infección en Argentina, 129 se encuentran en investigación y 233 adquirieron la infección fuera del país. Al momento, la circulación de este virus se ha confirmado en 5 jurisdicciones: Buenos Aires (4 localidades), Ciudad de Buenos Aires, Corrientes (1 localidad), Córdoba (1 localidad) y Formosa (3 localidades).

Desde recipientes hasta espirales, cómo podemos prevenir

El dengue es una enfermedad viral transmitida por la picadura del mosquito del género Aedes principalmente por Aedes aegypti. Cuando el mosquito se alimenta con sangre de una persona infectada por el virus dengue, adquiere el virus y luego de 8 a 12 días es capaz de transmitirlo a una persona sana a través de la picadura.

Desde Salud enfatizan que la principal forma de transmisión del dengue y chikungunya es por picaduras de mosquitos infectados. Es por ello que la medida más importante de prevención es la eliminación de todos los criaderos de mosquitos, es decir, de todos los recipientes que contengan agua, tanto en el interior de las viviendas como en sus alrededores.

Si los recipientes no pueden eliminarse porque se usan de modo frecuente, debe evitarse el acceso del mosquito a su interior (tapando tanques, aljibes y/o cisternas) o evitar que acumulen agua, dando vuelta (baldes, palanganas, tambores), vaciando y cepillando frecuentemente (portamacetas, bebederos), o poniendo los mismos al resguardo bajo techo (botellas retornables). También es recomendable colocar tela mosquitera en las rejillas.

Para evitar la picadura del mosquito se recomienda utilizar repelente, siguiendo siempre las indicaciones del envase. A su vez, se recomienda usar ropa de manga larga y colores claros. Para proteger a las y los bebés (que no pueden usar repelente), se debe colocar redes o tules sobre cunas y cochecitos. En relación al hogar, es importante colocar mosquiteros en puertas y ventanas, y usar repelentes ambientales como tabletas (interior) o espirales (exterior).

La aplicación de insecticida mediante fumigación está indicada sólo en situación de brote y bajo las indicaciones metodológicas de la normativa nacional vigente. El insecticida sólo sirve para eliminar mosquitos adultos que están transmitiendo la enfermedad, no elimina formas inmaduras del mosquito: huevos, larvas y pupas; por lo que no es suficiente para controlar estas enfermedades si no se controlan y eliminan los criaderos de nuevos mosquitos.