Falta de calefacción, techos que se caen a pedazos y alumnos sentados en el piso o parados son algunas de la situaciones que se viven en las escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires. Pero lo paradójico es que se han registrado gastos millonarios destinados al acondicionamiento de los establecimientos: el Gobierno de la Ciudad tiene contratos por un total de 1.700 millones de pesos con empresas de mantenimiento que deberían ser destinados a garantizar los servicios esenciales que hoy faltan.
Según publicó el portal web Nueva Ciudad, docentes y padres de los establecimientos públicos hicieron un relevamiento de los colegios que no están calefaccionados, y resulta que son más de 45, entre ellos dos jardines de infantes. Además, se supo que muchas no tienen gas por falta de obras o por demoras en los arreglos. Por otra parte, los caloventores que reciben para paliar el frío dañan las instalaciones eléctricas que no están preparadas para soportar el consumo eléctrico.
Mejoramiento Hospitalario, Riva, Mantelectric, SES, Planobra, son algunas de las empresas encargadas del mantenimiento y entre ellas se reparten los 1.700 millones de pesos en 15 comunas. Lo que deben garantizar estas empresas es la calefacción de las escuelas (ya sea con calderas o estufas a gas), de los cerramientos, de la carpintería, la herrería y la colocación de vidrios, con una frecuencia mensual. Pero esto no ocurre en la mayoría de los casos.
Últimamente se registraron graves accidentes en distintos establecimientos por la falta de control sobre estas empresas, como el caso del desprendimiento del techo de la escuela Casto Munita del barrio de Belgrano; o la la muerte de dos operarios al caer de los techos que estaban arreglando, uno en una escuela de Caballito y el otro en Villa Crespo, en 2016. Además, el mes pasado, un operario quedó en coma tras caer de un cuarto piso en un establecimiento educativo de Pompeya.
Ante esta desidia, los integrantes de la comunidad educativa de diferentes colegios se manifestaron de diferentes formas para visibilizar la problemática que los angustia. Los alumnos de la escuela secundaria Nicolás Avellaneda, por ejemplo, hicieron un video que se viralizó en las redes sociales para dar cuenta de la situación que atraviesan, mientras que el viernes pasado la escuela N°4 de 2 Amadeo Jaques, realizó un abrazo simbólico para reclamar por la falta de recursos y la necesidad de mejoras en infraestructura.
Los estudiantes del Avellaneda le sacan la careta a los arreglos en las escuelas. Mirá hasta el final esta edición de una propaganda del gob pic.twitter.com/Zr3upsex8R
Chango Kárdenas (@changokardenas) 1 de junio de 2017
La situación particular de esta última escuela es que, especializada en educación física, en los últimos años vio recortadas a la mitad las horas de natación que tienen los chicos y suspendidos varios de los campamentos que se desarrollan anualmente como parte de la currícula escolar. Además, las obras prometidas por el Gobierno de la Ciudad no se están realizando, el colegio no tiene cocina y el comedor es al mismo tiempo el patio del recreo, no alcanzan las aulas y no existen rampas para el ingreso de personas con movilidad reducida.
El miembro de la Junta Comunal de Palermo, Diego Sokolowicz del FpV, afirmó: Este caso se suma a los problemas edilicios que tienen otros colegios de la Comuna 14, como el Nicolás Avellaneda. El Gobierno de la Ciudad gasta millones en campañas publicitarias hablando de educación, pero en los hechos sigue castigando a la escuela pública recortándole presupuesto y expulsando a sus alumnos.
Además, existen diferencias entre las escuelas de norte y del sur de la Ciudad. La comunera Julieta Costa Díaz del FpV, explicó a Nueva Ciudad que en la Comuna 8 el promedio mensual es de $ 70.000 y en la Comuna 13 el promedio es de $ 90.000 por escuela. Si esta misma plata se la dieran a las cooperadoras otra sería la historia.
Las cooperadoras escolares reciben por año un subsidio llamado Fondo Único Descentralizado de Educación (FUDE), por donde se les otorga hasta $ 20.000 como máximo. Con esa plata se deben pagar diversas cuestiones como pequeños arreglos y hasta los elementos de limpieza.