Cuando arranque la madrugada del miércoles estará arribando al aeropuerto de El Palomar un avión Hércules de la Fuerza Aérea Argentina con 70 connacionales que habían quedado varados en Ecuador, especialmente en la ciudad de Guayaquil, epicentro de la epidemia de coronavirus en ese país.
“Hay algo de ansiedad entre los pasajeros, pero mucho de expectativa con el vuelo a la Argentina”, le dijo a Tiempo desde la ciudad portuaria ecuatoriana Martín Torres, miembro de Cascos Blancos y coordinador logístico de este operativo, quien junto con tres médicos, participa del operativo.
Torres indicó que el grupo que vuelve a la Argentina en las próximas horas es diverso. “Hay personas en situación de vulnerabilidad, que venían con problemas de salud de antes. Para algunos de ellos tenemos un sector especial del avión con presencia médica ininterrumpida”, detalló.
Otra parte del grupo está formado por personas más jóvenes, algunos de ellos con estadía en Ecuador desde hace algunos meses y que vivían de changas. “Al paralizarse la actividad económica por la pandemia, se quedaron sin medios de subsistencia, por eso regresan”, agregó.
Torres refirió que no vio señales de angustia en el grupo. Pero sí hay signos de alivio por volver, no sólo por el alivio que significa ante las dificultades económicas. En Guayaquil está el principal foco de infección del coronavirus. Según reportes del Ministerio de Salud de Ecuador, al lunes último, la ciudad acumulaba casi 10 mil casos de personas contagiadas y 1500 fallecidos. Con todo, la cifra está en cuestionamiento ya que otras fuentes hablan de hasta 8000 muertos en la provincia de Guayas, de la que Guayaquil es la capital.
La urbe portuaria fue, además, la puerta de ingreso del virus en Ecuador, ya que es el punto de entrada y salida al exterior –especialmente Florida, en Estados Unidos, y Madrid, en España- de muchos ecuatorianos.
Para realizar este operativo, Torres y los tres médicos que conforman el grupo, establecieron contacto previo con el consulado argentino en Guayaquil, a cargo de María Paula Casado. El consulado armó las listas de pasajeros, que en este caso incluía una veintena provenientes de Quito, y le transmitió los detalles médicos al equipo argentino, así éste llegó Ecuador con un conocimiento detallado de la situación de salud de cada uno de ellos.
El vuelo salió a media tarde de la Argentina desde un aeropuerto cerrado para vuelos comerciales. “Por eso se usa un avión militar”, explicó Torres. Al no haber personal aeroportuario, los coordinadores y los pasajeros debieron hacerse cargo de todo el movimiento de equipaje hasta el propio avión.
“Esto forma parte del dispositivo de vuelos armado por el gobierno argentino para repatriar a los argentinos que quedaron varados en el exterior. Esta vez nos tocó uno de los destinos más complicados por la circulación del virus”, concluyó Torres.