«Debemos recuperar a los chicos sin conectividad», expresó la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, el jueves pasado, tras la negativa de Nación a la propuesta de la Ciudad de Buenos Aires de abrir las escuelas para los 6500 chicos que perdieron el vínculo con sus colegios. Mientras desde el Ministerio nacional avanzan en la idea de discutir la «continuidad pedagógica» en todo el AMBA como conjunto, la gestión de Horacio Rodríguez Larreta continúa con el propósito de adecuar el protocolo para una relación presencial; pero en ningún momento menciona la posibilidad de darle conectividad a ese alumnado, a pesar de que CABA cuenta con el dinero: en los primeros seis meses de la pandemia, apenas utilizó un tercio del presupuesto disponible para «coordinación pedagógica y equidad educativa».
Acuña aseguró que están «dispuestos a adecuar lo que haya que adecuar en el protocolo», y añadió: «No vamos a resignarnos a no ponernos de acuerdo en un tema tan prioritario como es la educación. Tanto Nicolás (Trotta, titular de la cartera educativa nacional) como yo tenemos que hablar de pedagogía y no de epidemiología». Sin embargo, como le endilgan desde la oposición y los gremios docentes, se podría haber evitado llegar a este punto, en pleno pico de casos, habiéndoles dado las herramientas tecnológicas y pedagógicas a los alumnos y alumnas con menos recursos.
El Ministerio de Educación de la Ciudad cuenta con un área clave en la pandemia: la Subsecretaría de Coordinación Pedagógica y Equidad Educativa, que tiene entre sus metas «diseñar, promover, implementar y evaluar las políticas de inclusión escolar; y brindar condiciones de calidad en el acceso, permanencia y egreso en el sistema educativo». Sin embargo, en los primeros seis meses del año apenas ejecutó 1151 millones sobre los 3.332.022.552 que tenía presupuestados para 2020. De hecho, fue una constante del gobierno porteño en estos seis meses la de no utilizar todo el dinero disponible, apoyado en los recursos nacionales como el IFE, los ATP e incluso el Plan DetectAR del Ministerio de Salud de Nación. En la sesión del último jueves, en la que el oficialismo porteño pidió la eximición de Ingresos Brutos al sector gastronómico, a seis meses de iniciada la crisis, el diputado Matías Barroetaveña (FdT) resaltó: «Tenemos una desocupación en el segundo trimestre en CABA que ha llegado al 14,7%, superando el 21% en el sur de la Ciudad. Es inconcebible que digan que no hay recursos cuando el Gobierno de la Ciudad ejecutó solo el 43,4% del presupuesto 2020 al terminar el primer semestre, con la penosa anécdota de que el único rubro donde se superó el 50% de ejecución fue el de Publicidad». Tampoco bajó demasiado la recaudación del distrito. En el primer semestre llegaron a cubrir casi la totalidad de lo pautado en el presupuesto, pero poco se usó. A pesar, incluso, de un nuevo pedido de deuda que la Legislatura le aprobó a Larreta el 7 de abril, por 150 millones de dólares.
El legislador Santiago Roberto (FdT) presentó un proyecto de ley en el que obliga al gobierno porteño a entregarles a los alumnos y alumnas de escuelas públicas que no dispongan de computadoras, el equipamiento necesario para poder continuar con la educación a distancia. Para financiar la compra de los dispositivos tecnológicos propuso que se utilicen los recursos que el Ejecutivo porteño tenía previsto erogar este año por 379 millones de pesos en concepto de pagos de intereses por títulos propios: “En este contexto, la denominada brecha digital se ha ensanchado y ha dejado al descubierto la falta de equipos y de conectividad que afecta a muchos alumnos y alumnas, principalmente a quienes viven en los barrios vulnerables», remarcó.
«El Gobierno de la Ciudad quería convertir las escuelas en un cyber en lugar de darles notebooks a los chicos», agregó Eduardo López, secretario del gremio UTE–CTERA, y reclamó por la decisión del Ejecutivo porteño de apelar el fallo de la Justicia que lo obliga a darle conectividad a toda la población de la Capital Federal. Algo que el macrismo, a seis meses de iniciado el aislamiento, recién está empezando a discutir. «