Cuando en octubre pasado el gobierno porteño desalojó violentamente una toma de mujeres que reclamaban vivienda digna en un sector del barrio Padre Mugica llamado La Containera, la comunidad educativa de la escuela Indira Gandhi presintió lo peor. Lo que hace tres décadas las distintas gestiones que administraron la Ciudad de Buenos Aires intentaron y no llegaron a concretar: mudar el establecimiento, ubicado en una zona de lujo apreciada por el sector inmobiliario, en Costanera Norte, con un enorme espacio verde para disfrute de las niñas y los niños de la comunidad educativa.
Los temores se cristalizaron en las últimas horas con la publicación del llamado a licitación pública para construir un edificio escolar en el predio en el que funcionó la toma de mujeres, en la villa 31. Ahí mudarán a la Indira Gandhi. Un espacio mucho más chico y sin las comodidades ni el verde que gozan hoy, y que pronto será el disfrute de emprendimientos privados.
La Resolución de la Dirección General de Administración de Recursos aprueba la Licitación Pública N° 558-0013-LPA22 para la realización de “Trabajos de Obra nueva para la nueva Escuela primaria común N° 11 y Jardín de infantes D.E N° 1 a emplazar en el Barrio 31 de la Ciudad”, para el 8 de abril, con presupuesto de $ 638.976.997. Se trata, justamente, del mismo número de escuela que la Indira Gandhi, que pasará de estar ubicada en una de las zonas de la Ciudad de Buenos Aires con el precio más alto de metro cuadrado, a un sector marginado y conflictivo de la villa 31.
Distrito Joven, disputas viejas
“Salió la licitación para construir la nueva escuela Indira Gandhi en terrenos de la villa 31 donde hace un tiempo estuvo la toma Fuerza de Mujeres. La educación pública debe ser prioridad frente a los negocios inmobiliarios que se siguen haciendo en CABA en contra del bien común –planteó la legisladora porteña del FdT, Laura Velasco–. Hoy en la Comisión de Educación frente a la ministra Soledad Acuña planteamos la necesidad de escuchar y dar respuesta a la comunidad de la Indira Gandhi a la que quieren desalojar de unos hermosos predios en Costanera Norte para llevarla a un lugar donde había un basural”.
Para entender el futuro de la escuela hay que entrecruzarlo con dos palabras que ya forman parte de la cosmovisión de la gestión de Horacio Rodríguez Larreta: Distrito Joven. Con la supuesta intención de promover un polo de entretenimiento y gastronomía para el público juvenil, el gobierno de Juntos por el Cambio plantea reconcesionar los espacios que dan al río en el tramo que va desde Punta Salguero hacia el norte, pasando Aeroparque. Fueron privatizados en los ’90 durante los gobiernos de Carlos Menem en Nación y Carlos Grosso en Capital. Con un asterisco que tuvieron esas concesiones: se debían mantener Puerto Pibes y la Escuela Indira Gandhi, ubicados en medio de todo el corredor.
Eso fue así hasta que en los últimos meses, conforme al avance del Distrito Joven (aprobado en la Legislatura y que tuvo audiencias públicas no vinculantes con más del 90% de las y los oradores en contra del proyecto oficial), el gobierno porteño empezó a impulsar versiones de traslado del establecimiento, con reuniones de arquitectos del Ministerio de Educación y supervisoras distritales. El objetivo: llevarla al Barrio Carlos Mugica, de donde es gran parte de la matrícula actual de la Indira. La diferencia no será solo geográfica: el lugar será mucho más chico y perderá sus hectáreas de espacio verde. Esas mismas que apetece el sector inmobiliario que en CABA ya es casi un depredador de barrios a fuerza de torres de lujo.
Un oasis educativo en peligro
El colegio funciona hace más de 50 años detrás de Tierra Santa, lindero a Parque Norte. A diferencia de casi todos los otros establecimientos educativos porteños, tiene un gran parque en el que aprovechan a hacer deportes, campamentos, huerta, plaza de juegos y actividades recreativas. “Cuenta con más de dos hectáreas de espacios verdes, huerta, atelier de artes plásticas, un comedor muy amplio. Son ocho horas diarias que pasan los chicos acá. Diez años de la infancia de un niño o niña dentro de la Indira Gandhi disfrutando de ese espacio”, describió a Tiempo la presidenta de la cooperadora, Paola Rocha.
“Estamos peleando por la Indira Gandhi, desde que fui alumna que están estas intenciones de sacarnos del predio. Buscaron vaciar la matrícula, en su momento nos sacaron del sistema de inscripción online, la comunidad es la que se moviliza para conseguir alumnos, mantener la matrícula con las vacantes ocupadas, porque el Ministerio no lo hace”, relata Rocha.
Comenta que el 80% de las chicas y los chicos “vienen del barrio 31”, en alusión al barrio Padre Mugica, donde ella misma vive: “acá en la villa vivimos hacinados, no tenemos espacios ni para las macetas entonces los chicos ahí en la escuela disfrutan de los espacios verdes, los que nos hicieron en la villa son color verde pero son de cemento. En la escuela hay naturaleza, es un oasis dentro de la ciudad, y un cable a tierra para los chicos de nuestro barrio que asisten a la Indira”.
“El año pasado empezó este rumor de traslado de la escuela, a raíz del desalojo de las mujeres que estaban tomando las tierras en un sector del barrio donde no es fácil llegar. Escuelas en la ciudad hacen falta, abrir una lo festejamos, pero que no nos cierren la que ya funciona, y no nos quiten la posibilidad de que como padres podamos elegir a qué escuela mandar a nuestros hijos, que están aprendiendo en un ambiente que no es el tradicional de la escuela de la ciudad, es una de las pocas con espacios verdes”, destaca Rocha. Y concluye: “La nueva escuela la quieren hacer en un lugar que es del tamaño de la huerta que tenemos en la Indira, dicen que va a tener mucha tecnología, pero no se compara con el contacto con la naturaleza que no se lo puedo dar ni en el hogar ni en el barrio donde vivimos”.