Los especialistas del sector aseguran que las diferentes ramas del arte como propuesta educativa en los primeros años de las infancias ayudan a niños y niñas a desarrollar su creatividad y su capacidad de expresión. Estas son consideradas actividades esenciales para que las infancias desarrollen su sistema sensorial, motor, cognitivo y emocional: son acciones que les permite a los niños y niñas aprender a aprender. Al parecer, quienes manejan la educación en la Ciudad de Buenos Aires desconocen las bondades que el arte genera en los más pequeños o, lo que es peor, saben ciertamente que son necesarias y decidieron quitarlo de los planes de estudio. Los trabajadores del Teatro Colón señalan que firmaban contratos precarizados y denuncian despidos.
Los programas educativos del Teatro Colón, que funcionaban desde el 2016, surgen después de mucho esfuerzo y planificación, bajo el nombre de “Vamos al Colón”. Hasta hace poco, se realizaban funciones didácticas gratuitas para escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires, con una importante capacidad de asistencia. Hubo años que llegó a los 40.000 chicos, siempre sosteniendo la premisa de que el programa sea de carácter universal; es decir, que abarque a todas las escuelas de la ciudad y que esté destinado para los quintos grados.
En 2022, asumió Jorge Telerman como titular del Teatro Colón y comenzó a vaciar los programas y a despedir trabajadores y trabajadoras del sector: “No diseñó acciones que tengan que ver con la programación educativa y con funciones específicamente para niños y niñas y no hubo una explicación seria de por qué se realizan los despidos, tanto míos como de mi compañera de trabajo Rosario Villagra, del área que ya funcionaba con un criterio de precarización con contratos anuales que se renovaban en enero y sin notificación alguna, ni razón justificada por parte del teatro, si lo rescindían”, cuenta a Tiempo Eugenia Schvartzman, docente, artista, gestora cultural especializada en infancias y ex coordinadora general y pedagógica del Área Educativa del Teatro Colón.
“Previo a la asistencia de los chicos y de las chicas, se invitaba a docentes y equipos educativos de las escuelas a una instancia que incluía una visita guiada al teatro y un trabajo lúdico, corporal y pedagógico en relación a la obra que iban a ver, sea de ópera, ballet o conciertos”, agrega Schvartzman.
En esta previa, se les entregaba material de trabajo didáctico para que se pudiera desarrollar en clase. Luego, los chicos asistían a las funciones, con una capacidad de sala reducida, y, por último, se recibían las instancias de trabajo posterior en clase, que cada docente podía realizar con los chicos y las chicas. El programa incluía una formación integral: no era la mera asistencia al teatro, sino todo un trabajo a nivel educativo, de acercamiento al arte de las infancias y también de la comunidad educativa, que la mayoría de las veces asistió por primera vez al Teatro Colón.
“Este área de trabajo en un primer momento no solamente tenía funciones de creación de contenidos y materiales educativos para escuelas primarias, sino para escuelas secundarias de todo el país a los ensayos de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires”, agrega la docente y artista. “La realidad es que el teatro no emitió una respuesta fehaciente de por qué razón cerraron estos programas, ni por qué despidieron al equipo de trabajo. Sabemos que por las cifras que se manejan en el presupuesto del teatro, no es una cuestión claramente de dinero. De hecho, las funciones que se realizan para chicos no generan un gasto extraordinario en el teatro. Uno podría suponer que cada gestión tiene sus miradas al respecto de las infancias, de las juventudes, de los públicos”, suma y concluye: “Dejar por fuera a las infancias, de poder ser parte del arte, de la música, de la ópera, sobre todo de estos tipos de producciones es una política que achica, que deja a las infancias por fuera, que impide la apertura de un teatro y que responde obviamente a miradas y a decisiones políticas”.
Un vaciamiento paulatino del programa educativo del Teatro Colón
El programa Vamos al Colón, que implicaba una profunda cosmovisión pedagógica y artística fue degradado, denostado y finalmente clausurado por esta gestión. Para graficar la envergadura del programa, en 2016 asistieron 26.330 participantes, en 2017 38.262 participantes, en 2018 26.259 participantes, en 2019 27.703 y en 2022 7.778 participantes. “Independientemente de la posible continuidad de la asistencia de escuelas al Teatro Colón -que deseamos sea continua, sistemática y fructífera-, como responsables históricas del área sentimos la necesidad de exponer que se trata de una fuerte reducción por parte del Teatro Colón de áreas y personal calificado para tareas específicas, que atañen a las infancias y juventudes cuya mirada y objetivos se han fijado siempre en las experiencias reales y simbólicas de cada una de las y los participantes, atendiendo a un objetivo fundamental que implica la garantía de accesibilidad a los bienes culturales por parte de la institución pública, en este caso el Teatro Colón”, finaliza Schvartzman.