La Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) de Argentina, reportó casi 50 casos de violencia por parte de las fuerzas de seguridad durante el actual período de aislamiento social a causa del coronavirus. Señalan que, a pesar de las dificultades para recoger datos, son más de una docena los casos de muertes por armas efectuados por agentes de la policía que verificaron desde el 20 de marzo.
“A tres meses de cuarentena hemos publicado casi 50 reportes con denuncias sobre todo tipo de violencia policial y de otras fuerzas a lo largo y ancho del país: golpizas, torturas, asesinatos, violaciones y desaparición forzada, hechos en los que han participado policías federales, provinciales, municipales, gendarmería, prefectura y servicios penitenciarios”, dice el informe del organismo.
En el escrito la coordinadora deja en claro que no cuestiona las medidas de cuidado sanitario ordenadas por el presidente Alberto Fernández, que en las próximas horas anunciará una nueva extensión del aislamiento, donde se esperan nuevas medidas.
“Lo que sí nos toca decir, es que cuestionamos profundamente que se haya puesto en manos de las fuerzas de seguridad la función de garantizar que estas medidas de aislamiento se cumplan”, argumenta la organización. “Las mismas que hacen a diario festivales de detenciones arbitrarias, que torturan sistemáticamente en cárceles y comisarías, que reprimen a los trabajadores que se organizan para defender sus derechos y que desaparecieron a Luciano Arruga, Santiago Maldonado y ahora a Luis Espinoza, entre otros casi 200 desaparecidos en democracia”, continua.
El relevamiento realizado por el organismo cita algunos casos que tuvieron repercusión, como los fusilamientos de Nahuel Gómez el 28 de marzo; Rubén Sarso el 27 de abril; Alan Maidana el 24 de mayo; Lucas Barrios el 30 de mayo; Augusto Itaurralde el 14 de junio, y su amigo Diego Insaurralde 48 horas después más reciente de Facundo Escalso.