Para contrastar el constante ataque del gobierno neoliberal de Javier Milei hacia las universidades públicas y el desarrollo científico nacional, este viernes se llevó adelante la denominada “Cienciapalooza: Feria en Defensa de la Ciencia y la Universidad” en la Plaza Houssay. Tiempo recorrió las decenas de stands que alumnos, docentes e investigadores desplegaron frente a la Facultad de Medicina de la UBA por donde desfilaron chicos de las escuelas de la zona y familias, además de dirigentes de los gremios del sector que protagonizaron una radio abierta y diferentes charlas.
Poco antes del mediodía, la secretaria general adjunta de ATE Nacional, María Mercedes Cabezas, explicó, micrófono en mano, que “esta feria, este encuentro, es una medida de lucha donde todos y todas nos reconocemos, nos visibilizamos, pero además donde ponemos en valor el trabajo estatal de nuestros compañeros”.
La referente sindical añadió que “además de estar en las calles y en las luchas, hoy salimos a interpelar a la sociedad para mostrarle que el Estado produce ese conocimiento, que ese conocimiento es modelo en la región, en el mundo, y que somos nosotros y nosotras quienes estamos produciendo el conocimiento que necesitamos para salir adelante”.
Victoria García, secretaria general de ATE Conicet Capital, a su turno, advirtió sobre la “persecución ideológica” que se vive en el interior de los organismos y las casas de altos estudios que emana desde el propio gobierno. “Orgullosamente sostenemos este espacio que demandó un esfuerzo organizativo enorme, trayendo equipos desde los lugares más diversos para mostrar lo que se hace cotidianamente en los organismos de ciencia y tecnología y en nuestras universidades”, puntualizó.
El pez cebra
Leandro Rocco, becario doctoral de la Facultad de Medicina, es uno de los expositores del stand que el Departamento de Fisiología de esa facultad montó en la Cienciapalooza. Sobre la mesa, tiene una simulación de cómo serían las hebras de ADN, representadas con telgopor, alambre y goma espuma. Entusiasmado, el muchacho cuenta las «ventajas de trabajar” con el pez cebra: “Tiene comportamientos muy estereotipados, es muy fácil de mantener, podemos hacer muchas manipulaciones, no solamente genéticas, sino también comportamentales”. Inmediatamente después, precisa que “en particular, nosotros, trabajamos con un modelo de adicciones y respuestas a estas drogas de abuso. Hemos hecho trabajos con cocaína y ahora particularmente nos estamos abocando a la nicotina y a los factores epigenéticos, que facilitan la transcripción de ciertas proteínas y la modificación de ciertos genes”.
El docente de la UBA e investigador del Conicet, Ramón Bernabeú, también del Departamento de Fisiología, señala: “Estamos acá porque la situación de la Ciencia y la Técnica es terrible. Por ejemplo, este mes cobré un salario más bajo que el mes pasado. Pero más allá de eso, no están dando becas, no permiten el ingreso de los estudiantes para que puedan formarse en ciencias; está congelada la entrada en la carrera, es un récord histórico, a pesar que ya fueron aprobadas”. El docente también indica que no están recibiendo fondos. “Nuestra mayor preocupación es que los doctorandos puedan llegar a publicar sus trabajos porque esa será su carta de presentación”.
Energía Atómica
Otro de los sectores representados en la feria fue la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). Daniel Sánchez es delegado de ATE y trabaja “en combustibles nucleares, en el desarrollo de un área muy importante para la Argentina que es el insumo que abastece a nuestras centrales nucleares que generan entre el 6% y 8% de energía de nuestro país”, señala. El dirigente gremial sentencia que el gobierno busca “destruir cualquier cosa que aporte a nuestra soberanía energética y economía tecnológica. En nuestro sector es un desastre lo que pasa en materia salarial. Hubo un recorte presupuestario impresionante. Muchos están eligiendo irse de la CNEA, además no hay nuevos ingresos y los proyectos están parados. Faltan insumos básicos en un área tan sensible como la nuclear”.
“La idea es poder continuar con los proyectos y frenar con la avanzada privatizadora que es la principal iniciativa del gobierno: tratar de robarnos la experiencia acumulada en el sector nuclear, para transferirla a las empresas privadas”, analiza Sánchez.
Estudios de los efectos de los herbicidas
Cecilia es becaria y no sabe si el año que viene seguirá su investigación en el laboratorio de biología celular del Centro de Investigaciones Endocrinológicas del Hospital Gutiérrez. “Una de las líneas de investigación que tenemos en el laboratorio es estudiar los efectos de los herbicidas en los testículos, especialmente en este período de niñez y juventud. Estamos sumando información sobre el uso de los distintos herbicidas para ver cómo impacta en la salud humana”, resume la especialista, quien explica al detalle los pormenores de sus labores cotidianas a los visitante de la feria.
Comunidades indígenas
Lucía y Florencia pertenecen al Centro de Estudios del Lenguaje en Sociedad de la Universidad Nacional de San Martín (UNSaM) y están en la feria para «divulgar la diversidad lingüística. Esa es una de las líneas de estudio que tenemos y también abordamos la presencia de las lenguas originarias tanto en el Campus de la UNSaM, como en la provincia de Buenos Aires. Además tenemos proyectos de revitalización lingüística con las comunidades originarias del Chaco: Wichi, Quom y Moqoit», detallan.
“Buscamos generar el debate sobre ese discurso que está cada vez más presente sobre la utilidad de la ciencia y no tanto la necesidad. Por la falta de financiamiento, la ciencia deja de ser un trabajo, pareciera que se vuelve algo que pueden hacer quienes tienen todo asegurado y eso modifica la agenda de la ciencia”, esgrimen.
La docente e investigadora Diana Lenton forma parte de uno de los equipos de UBACyT que investiga el “genocidio en las políticas estatales respecto a los pueblos indígenas”. “Caracterizamos y estudiamos científicamente la aplicabilidad de la categoría genocidio a las políticas de los pueblos originarios. Analizamos archivos privados, del Estado, de la iglesia, hacemos estudios comparativos, estudiamos el contexto, la jurisprudencia y damos cuenta si hubo un plan de exterminio sistematizado”, explica la mujer, cuyo equipo de trabajo aportó pruebas fundamentales en el juicio por la verdad vinculado a la Masacre de Napalpí, en Chaco, cometida hace 100 años, que concluyó que se trató de un crimen de Lesa Humanidad.
Más allá de los salarios atrasados, Lenton describe que no cuentan con subsidios para trasladarse a los diferentes territorios para realizar los trabajos de campo. “Todo esto termina siendo irracional para todo el pueblo argentino que se perjudica si las investigaciones no se hacen”, continúa la investigadora, quien recuerda que “más allá de todos los contextos desfavorables que hubo, porque esta no es la primera vez que pasa que intentan destruir a la investigación científica nacional, siempre apostamos a la continuidad. En esta ocasión es particularmente grave por la recesión económica, la indiferencia del estado por el sostenimiento de la actividad científica y todo el discurso de desprecio y de persecución que se está llevando adelante, pero no dejaremos de hacer lo que hacemos”.