Un sábado por la tarde y con lluvia, no resistí la tentación tan extendida de “conversar” con Chat GPT4. El tema que elegí para intercambiar con este producto estelar de la Inteligencia Artificial, fue el de las Industrias Culturales y los monopolios. Tuve la grata sorpresa de que se produjo un “intercambio” con muchos puntos de acuerdo.
Consultado sobre su “opinión” acerca de la influencia de la concentración en las Industrias Culturales, su respuesta fue contundente:
El monopolio en las industrias culturales puede tener un impacto negativo en la diversidad y la innovación en la producción de contenidos culturales. Cuando una empresa o un pequeño grupo de empresas tienen un control dominante en la producción, distribución y promoción de los productos culturales, esto puede limitar la variedad de opciones disponibles para la audiencia y controlar la entrada de nuevos actores en el mercado.
Siguiendo con el intercambio, el Chat introdujo el tema de los precios:
Si la empresa dominante tiene el control del mercado, puede establecer precios más altos sin temor a la competencia, lo que puede limitar el acceso de los consumidores a los productos culturales.
La cuestión se iba poniendo interesante. Quise sondear sobre un actor específico del entramado comunicacional, el Grupo Clarín, sin pestañar me contestó:
El Grupo Clarín es una de las empresas de medios de comunicación más grandes de Argentina y ha sido objeto de controversias debido a su control dominante en el mercado de medios del país. El grupo posee una variedad de medios, incluyendo periódicos, canales de televisión, estaciones de radio y servicios de internet, lo que le ha permitido tener un gran poder en la industria de los medios de comunicación.
Era el momento de meter el tema político en la conversa y no podía faltar la pregunta clave: ¿Qué hacer?
En 2009, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual fue aprobada en Argentina con el objetivo de limitar el poder de los monopolios en los medios de comunicación y promover la diversidad y la pluralidad en la industria. Esta ley limita la cantidad de licencias que puede tener una empresa en un área geográfica determinada y establece un límite al porcentaje de la audiencia que una empresa puede alcanzar.
Sin embargo, desde su aprobación, la ley ha sido objeto de controversias y ha enfrentado varias demandas legales por parte del Grupo Clarín y otros medios de comunicación que se oponen a ella. En la actualidad, la ley sigue siendo objeto de debate y críticas, y algunos argumentan que no ha sido efectivo en limitar el poder del Grupo Clarín y otros monopolios en la industria de los medios de comunicación en Argentina.
A esta altura era una charla con muchos acuerdos, me interesó preguntarle por el gobierno de Macri:
De hecho, durante el gobierno de Macri, el Grupo Clarín aumentó su poder en la industria de los medios de comunicación con la adquisición de nuevos medios y empresas, lo que reforzó su posición dominante en el mercado. Además, algunos críticos acusaron al gobierno de Macri de utilizar el poder del Grupo Clarín y otros medios afines para influir en la opinión pública y limitar la libertad de prensa y el acceso a la información.
Por último, le pregunte qué acciones pueden, en su opinión, limitar los monopolios:
El gobierno de Argentina podría implementar políticas antimonopolio para limitar el poder del Grupo Clarín y otros monopolios en la industria de los medios de comunicación. Esto podría incluir límites a la cantidad de licencias que una empresa de medios puede poseer en un área geográfica determinada y establecer un límite al porcentaje de la audiencia que una empresa puede alcanzar.
También es importante promover la transparencia y la rendición de cuentas en la industria de los medios de comunicación. Esto podría incluir exigir a las empresas de medios que revelen sus fuentes de financiamiento y limitar la influencia de los grupos empresariales en la toma de decisiones editoriales.
Cerré mi compu y pensé en lo paradojal de este juego que acababa de hacer. La Inteligencia Artificial opera a partir de enormes bases de datos de las que extrae el promedio de denominadores comunes para elaborar sus respuestas. Son cientos de miles de archivos que consulta en microsegundos para darnos el veredicto. Sintetizan lo que el sentido común ha generalizado.
Entonces ¿por qué algo tan obvio estuvo fuera, salvo poquísimas excepciones, del debate público de los últimos tres años? Un tema tan central para la vida democrática fue silenciado por este gobierno desde su máximo responsable pasando por los ministerios y organismos ligados a la temática. Seguramente, no fue porque no pudieron consultar con Chat GPT, creado el año pasado. Sino por una matriz de “la no confrontación” con los factores de poder. Política que hizo que esos mismos poderes lo tengan acorralado y con sobrevida no garantizada.
En esta hora donde pensamos en programas para un futuro y aún probable gobierno popular, es imperioso reinstalar el tema de los medios de comunicación como un eje central de la reconstrucción democrática y popular de nuestro país.
No necesitaremos los consejos de ningún Chat. La experiencia acumulada en los foros que recorrieron todo nuestro territorio, y la inteligencia (nada artificial) de los compañeros y compañeras que impulsan una comunicación democrática son la base para retomar esa lucha.