Navila Garay tenía 15 años, estaba desaparecida desde el 10 de septiembre pasado: el domingo fue encontrada asesinada, enterrada en una quinta de la localidad bonaerense de Chascomús, con 17 mazazos en la cabeza. Para hoy a la tarde se convocó a una marcha en repudio por ese femicidio y para reclamar justicia. El llamado fue para las 16, frente a la comisaría central de la localidad. Y a esa hora una importante cantidad de vecinos se concentraron en un clima de gran enojo.
Pero esa tensión creciente desencadenó en serios incidentes cuando la Policía recurrió a gases lacrimógenos para tratar de dispersar a los manifestantes, con la excusa, según manifestaron las autoridades policiales, de que alguno de ellos arrojaron piedras contra la sede policial. Luego la situación se calmó y el grupo de manifestantes volvió a reclamar sin que se repitiera la acción represora.
Los vecinos denunciaron que existe una antigua red de trata de menores y pedofilia en la zona, que es conocida y que, según se presume, tiene implicancias en la muerte de Navila. La fiscal de la causa sostuvo que «está acreditado» que la chica llegó en un remís a la casa del único detenido por el caso, Néstor Garay, de 51 años, en la noche de su desaparición, y aseguró que el hombre «es primo lejano» de la madre de Navila. La chica fue hallada en la quinta una quinta ubicada en la calle Mercedes 707, donde Garay trabaja como parquista y jardinero.