Los cinco policías de la Bonaerense condenados a penas de hasta doce años de prisión por el denominado Caso Gorosito permanecen prófugos desde hace casi una semana, cuando el jueves pasado no se presentaron ante el Tribunal Oral en lo Criminal 5 de Morón para escuchar la lectura de la sentencia.
Si bien los sentados en el banquillo de los acusados por el crimen de Fabián Gorosito eran doce personas: once policías y la mujer de uno de ellos, los fiscales del juicio resolvieron alegar sólo por siete y por un episodio anterior; y levantaron los cargos por el asesinato.
Los jueces Marcos Lisa, Agustín Gossn y Julia de La Llana hicieron caso parcial a la solicitud de la fiscalía y condenaron a cinco policías: Adrián Agustín Giménez a doce años de prisión; Marcos Di Pierro a diez años; Pablo Luis Nieva a nueve años; Hernán Horacio Oviedo a ocho años; y Gonzalo Cuelli a cinco años. Todos fueron encontrados autores de la privación ilegítima de la libertad agravada y apremios ilegales contra Maximiliano Silva y los hermanos José y Daniel Mancini.
Los imputados llegaron al juicio en libertad y en funciones. “Por eso, al momento de los alegatos le pedimos al tribunal la detención inmediata de los imputados por las altas penas que tenían por delante. Si eran condenados había un peligro de fuga concreto”, explicó el fiscal Antonio Ferreras al portal No Ficción Web.
Sin embargo, “el tribunal resolvió tratar este punto en la lectura del fallo. Pero ninguno de los sospechosos estuvo presente en la sentencia. Inmediatamente después se hicieron los allanamientos y no fueron encontrados. Los jueces libraron las órdenes de captura nacional e internacional. Si se fugaran y no llegaran a ser detenidos, ciertamente sería un escándalo”, se lamentó el funcionario judicial.
Este fue el debate oral que se realiza por el caso. El primero fue en 2013 y el mismo tribunal, pero con otros integrantes, absolvió de todas las acusaciones en un escandaloso fallo a los doce imputados. Ese debate oral “fue un punto de inflexión porque a nuestro entender consagró la impunidad y afectó de manera definitiva algunas fuentes de pruebas”, continuó el fiscal. Finalmente, Casación bonaerense dio vuelta aquella sentencia y ordenó un nuevo juicio.
Más allá de la pérdida de tiempo y de que algunos testigos cambiaran su testimonio, Ferreras detalló que se logró desandar “lo que había ocurrido en la comisaría y en la localidad de Mariano Acosta entre la madrugada del 12 y el 15 de agosto de 2010 cuando apareció el cuerpo de Gorosito en un descampado a un kilómetro de la comisaría”.
El funcionario judicial se refiere al episodio en el que supuestamente un grupo de delincuentes se hizo de las pistolas reglamentarias de dos policías de esa seccional. Entonces, una patota de agentes salió a la caza de manera ilegal de los sospechosos. Así dieron con Silva y los hermanos Mancini a quienes interceptaron en la calle y luego les revolvieron la casa. De la misma forma, los mantuvieron cautivos durante siete días en la comisaría, mientras los torturaban para conocer el paradero de Gorosito.
Esa primera secuencia quedó reconstruida en el debate oral, esa primera secuencia quedó acreditada. Pero los detalles del secuestro, la paliza y la muerte del joven de 22 años no se habría podido precisar. “Para nosotros hay vasos comunicantes entre estas detenciones arbitrarias y el crimen. Como Ministerio Público abrigamos la convicción de que son los mismos autores de toda la saga, pero en un juicio democrático y con todas las garantías eso no alcanza, teníamos que acusar con pruebas y en el camino entre el primer juicio y el segundo, se cayeron”, concluyó el fiscal.
Consultada por Tiempo, la madre de Gorosito, María Teresa Viera, se mostró indignada con la fuga de los policías condenados: «Me da miedo que ellos estén libres. Es horrible que la justicia nos dé vuelta la cara con cada acción. El tribunal es responsable de que se fugaran. Si hubiesen sido civiles ya estarían presos».
«La condena me da un poco de alivio, pero hubiese esperado algo más por el caso de Fabián. Por suerte, tuvimos condenas por los chicos. Aunque fue muy poco, pero algo es algo», se conformó Viera.