La recepcionista de un hotel de Villa Gesell, que está ubicado en la misma cuadra del bolich «Le Brique, en cuya puerta mataron a golpes a Fernando Báez Sosa en enero de 2020, declaró que escuchó a uno de los agresores decir «le rompí toda la jeta, viste» y «le llené la jeta de sangre», mientras pasaban frente a ella «riendo, festejando entre ellos, todos».
«Todos se sentían partícipes de ese festejo», dijo Andrea Ranno al declarar ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores, quien añadió que los rugbiers «venían muy exaltados, muy contentos, contentísimos y felices».
En tanto, Graciela Sosa Osorio, la madre de Báez Sosa, dijo que pareciera que los ocho rugbiers que están siendo enjuiciados por el crimen de su hijo «no siente culpabilidad» por lo que hicieron, le pidió a los padres de los imputados que no se le acerquen y volvió a pedir «Justicia» para que “no haya otro Fernando”.
“Yo como madre siento que no sienten culpabilidad. Pareciera que están en su mundo. Uno los mira y no lo puede creer porque son chicos de la edad de Fer que tendrían que estar disfrutando con sus familias», dijo a la prensa al llegar a los tribunales de Dolores.
«Ya estaría en tercer año de abogacía, ya estaría trabajando y siendo feliz con nosotros. El día a día es muy difícil porque sentimos que tenemos esa necesidad de estar con Fer abrazándolo, compartir un domingo de familia. No tuvimos más Navidad, Año Nuevo, Día de la Madre, Día del Padre, nada», remarcó.
Consultada sobre los papás de los acusados, Graciela pidió que no se le acerquen: prefiere mantener la distancia. «Como yo no los conozco a ellos, espero que no se me acerquen porque por ahí se me acercan y me dan un abrazo sin saberlo. A esta altura yo ya no espero nada. Estoy tranquila y cuanto más lejos, mucho mejor», dijo.