«La educación no está escindida del proyecto de país y del modo en cómo se piensa el sentido de lo educativo», advierte Adrián Cannellotto, rector de la Universidad Pedagógica Nacional (UNIPE). «Si uno restringe la educación a la empleabilidad, claramente va a ir en la misma línea de la aplicación de recetas del entrenamiento para el mercado de trabajo. Pero si uno lo piensa en términos políticos de construcción de una comunidad que transmite historias, culturas y lenguas, por ejemplo, lo que se está construyendo es primero un ciudadano, luego un trabajador y en última instancia un empleado o no del mercado de trabajo. Pero en la Argentina hay una discusión muy profunda sobre cuál es el modelo de país y en esa fluctuación la educación queda atrapada y tensada».
La frase de Cannellotto resume los problemas habituales de los cambios de gobierno y pone en valor la garantía que permite la autonomía de una universidad como la que dirige. «Es una buena noticia que haya una universidad pública que esté estrictamente dedicada a la formación pedagógica. Aunque aún no sea muy conocida, es una apuesta del Estado destinar fondos para la construcción de conocimiento y de formaciones para los docentes en ejercicio y para los nóveles. Eso hay que remarcarlo porque sin importar quién esté en el gobierno esta universidad va a continuar su tarea», remarca.
La UNIPE se creó en 2006 por medio de la Ley 13.511 de la Provincia de Buenos Aires orientada principalmente a la investigación pedagógica y a la formación continua de docentes, directivos y funcionarios del sistema educativo, y ante la evidencia de que la mayoría de los 330 mil docentes bonaerenses no alcanzaba la titulación universitaria. Pero el diagnóstico no se restringía a esa jurisdicción y tenía una explicación histórica. «La carrera docente está estructurada sobre el dictado de cursos de capacitación más que sobre posgrados universitarios, que tienen su reconocimiento pero que aún no es equivalente al esfuerzo que implican», explica Cannellotto. Por eso se decidió darle alcance nacional a la UNIPE y se avanzó hacia una transferencia que concluyó en marzo de 2017 previa aprobación de la CONEAU, del Consejo Interuniversitario Nacional y de los diputados y senadores nacionales.
La UNIPE viene creciendo de manera sostenida desde su fundación, pero en las últimas semanas su nombre sonó con más fuerza a partir de la confusión que generó el anuncio del jefe de Gobierno, Horacio Rodriguez Larreta, de que crearía una universidad docente en la Ciudad que reemplazaría a los institutos de formación.
«A diferencia de lo que se conoció del proyecto de UniCABA, nuestra universidad se creó en paralelo a los institutos. Nunca se pensó para suplantarlos, sino para complementarlos», explica Cannellotto. Por eso, añade, «en la primera etapa la universidad creció al revés que el resto, que empiezan creando el grado y luego suman el posgrado. Nosotros nos iniciamos por el posgrado justamente para complementar la formación de los docentes. Hicimos maestrías, especializaciones, y el Ciclo de Complementación Curricular, que son formaciones de tres años para maestros de grado que tuvieron tres años de estudio y ahora pueden acceder a un título universitario».
La Universidad tiene un triple objetivo, explica, «trazar un puente entre la investigación y la enseñanza, concentrar la investigación pedagógica y abrir las puertas de la universidad a los docentes. Porque la UNIPE se piensa dentro de las últimas universidades que promovieron el acceso a la educación superior». La mayoría de los estudiantes, detalla, forma parte de una primera generación de universitarios en su familia. Y este espacio, entiende, es ideal para sembrar la semilla de la transformación educativa.
«Si hay un tema pendiente de la Argentina para pensar la escuela y la formación de los chicos y docentes es transformar la relación con el conocimiento», sostiene. ¿Qué significa eso? «En primera instancia, no aceptar formas instrumentales de la formación, porque lo que van a enfrentar en el aula no se resuelve con un tablero DE comando presionando un botón. Hay que potenciar la mediación docente. Para eso hay que pensar de otro modo la docencia. Vincularla más a los proyectos institucionales pero también hay que pensar en espacios para la investigación, la producción de materiales, para procesos de reflexión sobre lo que está pasando en las aulas y eso tiene que estar pensado dentro de la carrera docente. Pero todo esto supone una discusión más amplia sobre qué es la docencia hoy, cómo está pensada y qué márgenes deja el actual modo de la docencia. Y eso no se puede hacer unilateralmente. Hay que convocar a todos los actores, empezando por los docentes, pasando por los gremios para poder hacer una discusión profunda. Y se requiere además una mayor inversión». «
La necesidad de proyectar a largo plazo
«El proyecto de UniCABA o Secundaria del Futuro lo enmarco dentro de una lógica que aplican casi todos los gobiernos y es la de plantear un programa que viene a resolver todos los problemas. Hay una suerte de esperanza de empezar de cero atada a los plazos cortos de la política. Pero creo que hay temas como el educativo, o como la seguridad, que merecen otra discusión abierta, pluripartidaria y con un compromiso a más largo plazo», analiza Adrián Cannellotto, rector de la UNIPE.
Consultado por Tiempo sobre el uso de los resultados de las pruebas internacionales como argumento para las reformas, Cannelloto explica que no está en contra: «La evaluación está en el ADN de la pedagogía». Pero, aclara, «creo que hay que plantear las cosas al revés: primero veamos la formación en su relación con el conocimiento y después planteemos las pruebas. Porque si no, lo único que vamos a hacer es socavar la autoridad de los docentes sin poder dar una respuesta».