“Lamentablemente tenemos a nivel hospitalario mayor proporción de pacientes con cáncer localmente avanzado que lo que se ve en la práctica de consultorio particular. Que no se hicieron los controles por desconocimiento o por dejarse estar y que ya vienen con el tumor. Por ello es fundamental reforzar las medidas de prevención”, resalta el médico Gustavo Cortese desde el servicio de Ginecología del Hospital de Clínicas. En el mes de concientización sobre el cáncer de mama, el dato que más preocupa tiene que ver con las consultas tardías.

Según especialistas del hospital escuela de la UBA, el 30% de las personas diagnosticadas con cáncer de mama fallecen por motivos relacionados con la consulta médica demasiado tarde e inciden cuestiones relacionadas con los hábitos alimenticios y el sedentarismo.

De acuerdo a los datos del Ministerio de Salud, en la Argentina hay 24,4 muertes por cáncer de mama cada 100 mil mujeres. El riesgo crece con la edad: en mayores de 80 años, los fallecimientos ascienden a 151,6. Se trata del cáncer más frecuente en el país, con más de 22 mil nuevas detecciones anuales.

Las proyecciones son alentadoras. En las últimas dos décadas la tasa de mortalidad ajustada por edad de la enfermedad tuvo un descenso constante y significativo, a un ritmo del 1% anual. Más del 90% de los casos pueden llegar a curarse, siempre y cuando se detecten y traten a tiempo.

Cáncer de mama: mejor prevenir

“Todos pueden hacer algo en el campo de la prevención. Aparte de los estudios apropiados, hablamos fundamentalmente de buenos hábitos de salud, como una dieta adecuada, evitar el sobrepeso y realizar actividad física. Por otro lado, no existe nadie que no sea susceptible de desarrollar un cáncer de mama. Si bien hay grupos de mayor riesgo no hay ninguno sin riesgo”, plantea Francisco Terrier, presidente de la Sociedad Argentina de Mastología (SAM) y especialista de la Clínica Breast y del Hospital Italiano de La Plata.

La recomendación médica es que todas las mujeres realicen una mamografía anual a partir de los 40 años. Sin embargo, para quienes tengan antecedentes de cáncer de mama, el consejo es otro: comenzar 10 años antes de la edad en que le diagnosticaron la enfermedad al familiar más joven.

“Todos los tumores malignos, independientemente de su mayor o menor agresividad, pueden detectarse en estadios iniciales y en todos los tipos el diagnóstico precoz se relaciona con mayores porcentajes de curación. Todas las estadísticas, siempre hablando en el campo del diagnóstico temprano, se encuentran por arriba del 90%”, remarca el experto de la SAM. De acuerdo a las cifras oficiales, el cáncer de mama se presenta mayormente entre los 55 y 65 años. Sin embargo, cerca de un 10% de casos se da en menores de 40 y otro 10%, en mayores de 80.

Cuestión de hábitos

En el marco del Día contra el Cáncer de Mama, que se conmemora cada 19 de octubre, desde el Hospital de Clínicas buscan visibilizar que existen dos tipos de factores de riesgo de cáncer de mama: los modificables y los no modificables. Entre los primeros están el sobrepeso, la falta de actividad física, el alcoholismo y los tratamientos hormonales que incluyen el consumo de estrógeno por tiempos prolongados.

Los factores de riesgo no modificables abarcan los antecedentes familiares de cáncer de mama, el comienzo de la menstruación antes de los 12 años de edad y de la menopausia después de los 55 años de edad, que exponen a las mujeres a niveles de estrógenos por más tiempo, lo cual aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad.

“Diariamente estamos expuestos a factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de mama, y el estilo de vida desempeña un papel clave, particularmente en lo que respecta a las elecciones alimentarias”, plantea la licenciada en Nutrición Stefanía Giselle Lazzaro, del Departamento de Alimentación y Dietética del Clínicas.

“Es aconsejable aumentar el consumo de frutas, verduras, legumbres, aceites, frutos secos, semillas, carnes magras y cereales integrales como centeno, cebada, fideos y arroz integrales. Mientras que es importante moderar la ingesta de azúcares, bebidas azucaradas, alcohol y alimentos ultraprocesados principalmente a base de carne, “de paquete”, tales como salchichas, fiambres y hamburguesas”, agrega la nutricionista.

Entre las recomendaciones de la especialista Sabrina Barchuk, de la Sociedad Argentina de Mastología y médica de planta de la sección Mastología del Hospital Fernández, la primera tiene que ver con no fumar. Y con reducir lo máximo posible la exposición al humo.

Luego, además de la dieta saludable, apunta al alcohol y sugiere un consumo moderado: “Para las mujeres, esto equivale a una copa por día. El riesgo de sufrir diferentes tipos de cáncer (como el de mama y del hígado) parece aumentar con la cantidad de alcohol que se consume y el período durante el cual se ha consumido con regularidad”. También remarca la importancia de cuidar el peso, hacer ejercicio y “mantener a raya un mal de la vida moderna: el estrés”, por su impacto en el sistema inmunitario.

“Es importante saber que los hábitos saludables de alimentación y la actividad física no solo impactan en la enfermedad cardiovascular sino también en el riesgo de desarrollar cánceres como el de mama, colon y endometrio, entre otros. Por otra parte, la tolerancia a los tratamientos una vez diagnosticada la enfermedad también se ve afectada por los hábitos de vida”, agrega María Eugenia Azar, vicepresidenta de la Sociedad Argentina de Mastología y jefa del Departamento de Mastología del Instituto Ángel H. Roffo.

cáncer de mama
Foto: Télam (Archivo)

Autoexamen y controles

“Todas las mujeres deben autoexaminar sus mamas desde la adolescencia para aprender a conocerse y detectar alguna anomalía”, sostiene Azar. “Los signos que se deben buscar, además de un bulto, son cambios en el tamaño y/o en la forma de la mama, hoyuelos, enrojecimiento de la piel, hundimiento del pezón y presencia de secreciones”, detalla Barchuk.

El mejor momento para el autoexamen, según las especialistas, es entre el séptimo y el décimo día después de iniciado el período de menstruación, cuando las mamas están menos sensibles. Para quienes transitan la menopausia, una buena opción es elegir el mismo día de cada mes para llevar una rutina que sea fácil de recordar.

El hábito del autoexamen ayuda, pero “no reemplaza a la mamografía ni al examen mamario realizado por un médico entrenado”. Es clave la mamografía anual a partir de los 40 años.

Los expertos del Clínicas explican que se trata del único método de imágenes que en la actualidad ha demostrado reducir tanto la mortalidad por esta enfermedad (en un 30 a 40%) como la incidencia de cáncer de mama avanzado (25%). En los casos de pacientes que tengan características radiológicas de mamas densas (con más tejido fibroglandular que tejido graso), se recomienda complementar el estudio con una ecografía mamaria.