Los paseos del feriado del 25 de mayo en la ciudad de Neuquén generaron una postal inédita. Porque hubo caminatas donde antes había agua: un brazo del río Limay, que por primera vez quedó completamente seco. Las imágenes, que recordaron las del año pasado por la sequía sobre el Río Paraná, dan cuenta de la crisis hídrica que afecta a la región (y a otros puntos del país).
El lecho seco se veía desde el puente del cruce de Río Negro y Democracia. Y hubo quienes decidieron recorrerlo a pie. Otro punto del lecho, el sector de los clubes, también se convirtió en peatonal y permitía cruzar caminando hasta la Isla 132, según consignó el diario Río Negro.
Ese diario indicó que la “la disminución de los niveles en los cursos que se nutren del río comenzó hace unos meses, pero se hizo más visible desde que maquinaria pesada inició tareas de dragado sobre el lecho del Limay”.
Al respecto el ingeniero Julio Porrino, a cargo del monitoreo de los ríos desde la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC), había explicado a la prensa local que el río pasó “de un caudal pobre de 300 metros cúbicos por segundo, a 170 metros cúbicos por segundo, es realmente muy poca agua para el Limay”.
Se trata de valores “mínimos ecológicos”, a partir de medidas que se tomaron en el marco de la Emergencia Hídrica “para bajar los salientes de los compensadores y guardar agua en los embalses, buscando asegurar el agua de riego para la próxima temporada verano – otoño”.
Si bien hay una ola polar con importantes nevadas en el norte patagónico, la situación de crisis hídrica se mantiene. “Que hoy en día haya nieve para esquiar en el cerro Catedral no es un indicativo de nada, es sólo que entró un frente, llovió y nevó en abril. No es una señal de que va a mejorar la sequía”, explicó el meteorólogo de la AIC, Fernando Frassetto, a Noticias Neuquén.
“La falta de lluvia y las sequías reiteradas en otoño o invierno pronostican pérdida de masa forestal en el verano porque se da en condiciones que tienen que ver con un océano Pacífico frío en nuestra región. Esa marca tiene en invierno picos de temperatura muy baja de aire polar pero luego, viene con olas de calor probables en el verano”, sostuvo Frassetto y agregó que “si no cambian las condiciones, tenemos cada vez menos agua y más calor… El peor de los mundos”.
La sequía en el sur no es novedad. Durante el invierno del año pasado la falta de nieve llegó a tal punto que complicó el funcionamiento de los centros de esquí, fenómeno que también se da en las pistas más emblemáticas de Europa, ante el avance del calentamiento global.
Por entonces Fernando Curetti, presidente de la Autoridad Interjurisdiccional de las Cuencas de los ríos Limay, Neuquén y Negro, decía a Tiempo: “La situación de estrés hídrico y escasez pronunciada en la cuenca viene de hace años, pero hoy lo distinto es el fenómeno en toda la zona y toda Latinoamérica: una sequía importante que viene de la mano del cambio climático y ya no es algo cíclico, sino que se viene agravando”.