A dos semanas de un operativo ilegal en el que policías de la Bonaerense ingresaron a su casa en Burzaco, partido de Almirante Brown, y los golpearon y amenazaron, la familia Muller denuncia que aún son hostigados y vigilados y viven con miedo.
“Se nos acusa de querer usurpar un terreno que pertenece a un policía, creemos que esta situación es una represalia. El dueño del terreno no nos quiere de vecinos porque somos pobres”, expresa Leonor a Tiempo, madre de Daniel Muller, unos de los agredidos.
“Vivimos con miedo. Mi familia quedó involucrada en un hecho que fue armado. Pasan patrulleros continuamente observando la casa. A la vuelta por las mañanas siempre hay uno estacionado, está un rato y luego vuelve por la tarde. Además, un vecino nos alertó de la presencia de dos personas encapuchadas tomando fotografías”, relató la mujer y agregó que su hijo y su nuera quedaron “marcados” por un hecho que armó la policía.
El hecho ocurrió el 13 de julio por la tarde en el Barrio Esther. Personal de la Comisaría Segunda de Burzaco ingresó por la fuerza al domicilio de Daniel Muller y Carla Ortega en la calle Sapelli. Los efectivos no portaban orden de allanamiento y argumentaron que el motivo del ingreso correspondía con la supuesta usurpación de un terreno cuyo propietario era amigo de los uniformados.
Una vez dentro de la vivienda golpearon y amenazaron a todos los integrantes de la familia. Carla, decide filmar lo que estaba ocurriendo. Ante eso un oficial masculino la golpea y le sustrajo el celular.
“Al escuchar ruidos e insultos, salgo a la puerta y veo dos policías. La mujer de la fuerza le pega a mi nuera y mi hijo intercede en defensa de su esposa. Al observar la situación, intento separar para descomprimir, fue en ese momento que también fui agredida por los oficiales. En ese instante la situación de descontrola y mi hijo comienza a pelarse de puño con uno de los policías”, cuenta Leonor, quien vive al lado de la casa de su hijo.
Los policías llamaron refuerzos. “La casa de mi hijo se llenó de policías, terrible situación vivimos”, cuenta. Las decenas de efectivos que llegaron comenzaron a disparar balas de goma e ingresaron a las casas de vecinos que intercedían a favor de la familia.
La situación concluyó con ocho personas detenidas, entre familiares y vecinos del barrio. La familia denunció destrozos en la vivienda y la sustracción de dos motos, que luego fueron destrozadas por los policías. En la comisaría, continuaron las agresiones. Fueron golpeados y las mujeres amenazadas con ser violadas y obligadas a desnudarse.
Al día siguiente fueron llevados a la fiscalía, donde una persona se presentó como secretario del fiscal y sin darles el nombre y les dijo: “Les aconsejo no declarar porque se pueden quedar encerrados cuarenta y cinco días más”. La causa quedó caratulada “Usurpación y Resistencia a la autoridad”.