La empresa de aviación comercial Avianca llegó al país con la ambición de ser protagonista de la mentada Revolución de los Aviones, el proyecto oficial para la liberación del espacio aerocomercial argentino en favor de la entrada de jugadores extranjeros y locales y a contramano de los intereses de la firma estatal Aerolíneas Argentinas.
Sin embargo, en el arranque de 2019 los negocios de la compañía dan señales de un agotamiento que encendió todas las alertas en el sector, particularmente entre los trabajadores, que advierten que la empresa no solo está cancelando rutas que ganó en audiencia pública y adeudando los salarios de febrero sino que además está devolviendo aviones que había traído para operar en el país, con lo cual el futuro de la low cost es un misterio.
La llegada de Avianca se produjo en medio de un escándalo porque investigaciones periodísticas asociaron la empresa que preside el colombiano Germán Efromovich al grupo empresario Socma, de la familia del presidente Mauricio Macri.
En concreto Avianca compró la empresa de taxi aéreo Macair que pertenecía a Socma pero el escándalo se diluyó con el paso de los meses y a la par del avance de la Revolución de los Aviones.
En las audiencias públicas que se organizaron para la presentación de las low cost, Avianca consiguió permiso para operar rutas de cabotaje y de regionales pero la asignación quedó en stand by en 2017 por una denuncia contra el presidente Macri, el ministro de Transporte Guillermo Dietrich y otros pero la Oficina Anticorrupción terminó desvinculando al titular del Ejecutivo de los negocios de Avianca, por lo que la empresa tuvo paso libre para operar localmente.
Después restaba poner la flota de aviones y volar, lo que en principio, tratándose de un jugador con trayectoria en el mundo de la aviación, no parecía un trámite demasiado complicado. Pero dos años después la actividad perdió fuerza hasta llegar al difícil cuadro que atraviesa hoy.
En los primeros meses del año estalló la novedad de que la empresa se acercó al Ministerio de Trabajo para presentar su Proceso Preventivo de Crisis y este lunes el gremio de Aeronavegantes publicó un comunicado en el que advirtió que la empresa debe salarios de febrero, no opera rutas asignadas legalmente y como cereza del postre, está devolviendo los pocos aviones que trajo.
En el ministerio de Producción y Trabajo informaron a Tiempo que el PPC todavía está en proceso. Una fuente consultada contó que la empresa “presentó el PPC” y que “se realizó una audiencia para informar a las entidades gremiales sobre la presentación” de la compañía. También señaló que las autoridades “intimamos a la empresa a acreditar la documentación respaldatoria de la situación de crisis alegada” pero aparentemente la empresa todavía no cumplió con ese paso porque desde el gobierno se limitaron a decir que el trámite “todavía está en ese estado”.
En pocas palabras, el gobierno que alentó la llegada de los jugadores de bajo costo terminó asfixiando a una de las naves insignia de la llamada Revolución de los Aviones. La pregunta por el futuro de uno de los proyectos más simbólicos de la gestión Cambiemos se acentúa.