Para llevar adelante el proyecto de urbanización de la Villa Rodrigo Bueno, el gobierno de la Ciudad interpone la aprobación de un Convenio de la Ciudad y Solares Santa María Irsa para la construcción inmobiliaria privada frente a la villa, aduciendo que lo recaudado de ese convenio se destinaría para la urbanización.
En la última reunión conjunta de comisiones en la Legislatura Porteña para tratar estos proyectos el legislador Javier Andrade expuso la postura del bloque del FPV respecto a este tema:
El proyecto con de urbanización de la villa Rodrigo Bueno y el de IRSA de construir este emprendimiento inmobiliario están por separado, pero es un engaño. Parte del dinero que se invierta en este proyecto inmobiliario iría a la urbanización de la villa. A los vecinos ni los convocaron para que participen del proceso. Solares de Santa María, la sociedad anónima creada para hacerlo, es como un Surdelta. Quieren hacer un Nordelta en el sur de la Ciudad», dijo.
El terreno (frente la villa y donde quiere construir IRSA) fue originalmente cedido por el Estado Nacional a Boca Juniors con el cargo de construir allí su ciudad deportiva. Con el correr de los años, fue adquirido mediante actos jurídicos poco claros por IRSA, quien insiste en la construcción de un mega emprendimiento consistente en un barrio cerrado con acceso exclusivo al Río de la Plata. El proyecto prevé actualmente la construcción de un espejo de agua y embarcadero y, entre otros edificios, 16 torres de 160m de altura (PB + 52 pisos aproximadamente).
Según los fundamentos del Convenio, la Propietaria desea desarrollar un emprendimiento urbano -del que no se dan mayores detalles como tal- y propone el fraccionamiento en lotes privados de la parcela original de 716.180m², para la construcción de un denominado «nuevo barrio» de la Comuna 4.
El Frente para la Victoria presentará un Dictamen el lunes en las comisiones donde se trata este proyecto, en disidencia con el convenio y los términos negativos para la Ciudad y la urbanización de la Villa Rodrigo Bueno.
Con este proyecto el Gobierno de la Ciudad permite que Irsa construya el primer barrio cerrado de la Ciudad.
Además, que se realice una enorme transferencia de recursos a un privado, favorece la especulación inmobiliaria y exclusión. Se invierte una fortuna en construir calles, veredas, plazas, espejos de agua, es decir, ciudad de la más alta calidad, para una enorme porción de tierra vacía.
Esta infraestructura está, además, destinada a hacer súper rentable la inversión de un poderosísimo privado y este barrio de lujo se encontraría frente mismo a la Villa Rodrigo Bueno.
El Estado, que se compromete no sólo a grandes inversiones, sino a una lista interminable de obligaciones, incluidas las de realizar la apertura de calles para un negocio privado.
El dinero que aporta el privado (U$S 70 millones) parecería sumamente escaso en comparación con el costo de las obras a las que el Gobierno se compromete, debiendo destinarse casi el 15% a obras que tienen como destino posibilitar el emprendimiento. Del resto, no hay ninguna referencia ni garantía de que esté destinado o alcance para la integración socio urbana del asentamiento Rodrigo Bueno. El sometimiento de la construcción de ciudad exclusivamente a la lógica del mercado resulta el motor principal de la exclusión de sectores cada vez más amplios de la población;
Se proyectan 16 torres de 160m de altura (53 pisos) lo que constituye no sólo la multiplicación enorme de las posibilidades de construcción en m², sino un impacto ambiental desconocido, teniendo en cuenta que allí se encuentra parte de la reserva ecológica.