Por segundo año consecutivo, la Fundación Bunge y Born presentó el Índice de Confianza y Acceso a Vacunas (ICAV) en la Argentina. Aunque la iniciativa comenzó en la era pre pandémica, la evaluación de 2020 estuvo atravesada de lleno por el Covid-19, con sus cuarentenas, noticias sobre las distintas vacunas y campañas negacionistas que –como se vio en todo el mundo- buscaron sembrar dudas sobre su importancia y seguridad. El informe reflejó que, en comparación con 2019, bajó un 7,2% el nivel de confianza en las vacunas a nivel nacional.
“Vemos la bajada en la confianza, pero sigue siendo bastante alta (86,9 sobre 100 en 2020, versus 93,7 en 2019). Quizás hoy no es extremadamente preocupante pero sí es una señal de alerta. Porque si esta tendencia a la disminución llega a consolidarse, es preocupante. Y, por lo que sabemos del resto del mundo, es importante anticiparse: cuando ya está instalada la baja de confianza es más difícil cambiar la actitud de las personas”, advirtió Guadalupe Nogués, doctora en Biología molecular, docente y comunicadora científica.
En cuanto a la confianza en los distintos grupos de edad, llamó la atención que durante 2020 bajó más marcadamente en los mayores de 65 años. Precisamente el principal grupo de riesgo ante el coronavirus. “No sabemos si esto tiene que ver con el contexto, si se va a mantener. Pero desde la política pública es una información relevante. Quizás es el momento de tratar de intervenir en estos grupos”, planteó Nogués. También se observó mayor confianza entre mujeres que entre hombres, algo señalado como “positivo” porque suelen ser ellas quienes se ocupan de la vacunación en cada familia.
El índice de acceso a las vacunas, en tanto, mostró una fuerte caída en 2020 con respecto a 2019. Pero las y los autores del estudio advirtieron que puede atribuirse en principio a la particularidad del año que pasó, atravesado por la pandemia y la cuarentena. La baja muestra una caída del 48%, pero: “No podemos dejar de considerar que fue un año atípico y debe haber influido fuertemente en el nivel de acceso. En 2020 esta caída no es totalmente atribuible a lo que definimos como ‘acceso’, pero sí marca algo que podemos considerar una señal de alerta. Lo que vamos a necesitar saber para ver si es una tendencia que se consolida es lo que pase con el relevamiento de este año y sucesivos”.
Los resultados se obtuvieron a través de una encuesta nacional a celulares, a mayores de 15 años de todas las regiones del país (NEA, NOA, Centro, Cuyo, Patagonia y GBA+CABA), de las que se tomaron 7.525 casos a partir de encuestas completas. El período de captura de los datos fue del 19/10/2020 al 30/12/2020.
A diferencia de 2019, la encuesta de 2020 estuvo atravesada por el vendaval del covid y –si bien el objetivo es medir la confianza y acceso a la vacunación en general- se incluyeron preguntas en ese sentido. Un 28% de los consultados respondió que, en caso de estar disponible la vacuna contra el coronavirus, no se la aplicaría. Al respecto, desde la fundación advirtieron que este tipo de resultado varía mucho con el tiempo, el contexto y los cambios en el discurso público, entre otras cosas. La pregunta fue hecha a fines de 2020, cuando recién comenzaba a llegar la Sputnik-V al país.
De ese porcentaje que no se vacunaría en plena pandemia, “lo que más llamó la atención es que el 43% dijo que faltaban etapas de prueba”, señaló Guillermo Bozzoli, Doctor en Economía. Y agregó: “El desarrollo de las vacunas era en general algo que solo circulaba entre personal técnico, médicos. No llegaba al público general. Ahora aparece un 43% que toma en cuenta un aspecto que era considerado técnico para alegar que no se quiere vacunar. Una pregunta es si de cara al futuro las dudas sobre las etapas de prueba van a tener un efecto derrame sobre otras vacunas”.
Sobre la incidencia de la cuarentena en la vacunación personal o de menores a cargo, un 34,5% dijo que ese factor le impidió cumplir con el plan. Según los datos desagregados, Bozzoli advirtió que “parece ser que los niveles educativos más bajos fueron los más desfavorecidos por la cuarentena en cuanto a los niveles de vacunación. La gente con nivel de educación superior tiene un porcentaje más bajo de personas afectadas por la cuarentena”. En el mismo sentido, la región más afectada fue el NOA. Y la menos afectada, la céntrica.
Sobre las conclusiones del informe, Nogués reflexionó: “Quizás el índice de acceso era más esperable que tuviera este resultado, por las dificultades que hubo durante muchos meses para ir a los vacunatorios. Respecto al índice de confianza, en líneas generales la confianza es fluctuante y depende mucho de las situaciones locales, del contexto de cada país, del discurso público predominante. Y si bien metodológicamente las preguntas tienen que ver con si las vacunas son importantes para niños, no podemos descartar que cuando una persona responde en 2020 no esté pensando en la situación covid. Somos muy prudentes en la interpretación de estos datos”. De todos modos, la especialista advirtió que “Argentina y muchos países de la región están siguiendo lo que viene pasando en Europa y Estados Unidos, donde viene cayendo la confianza en las vacunas. Para la política pública, para intervenir, posiblemente cuanto antes se haga algo al respecto mayor impacto tendrá”.