En la última semana, organizaciones y activistas advirtieron sobre el aumento de la violencia contra el colectivo LGBTIQ y mencionan un pico en el mes de abril. En Santiago del Estero, Micaela Catán, una chica trans de 27 años, fue asesinada en manos de su pareja; lo mismo pasó en Tucumán, con Victoria Nieva, de 33 años. En Mendoza, el activismo pide justicia para Josefina Cruceño, de quien se está investigando la muerte.
Además, en la ciudad de San Pedro, Jujuy, Yeni Mendez fue agredida a machetazos por un hombre, y en la ciudad de Río Grande, en Tierra del Fuego, otra mujer fue atacada a cuchillazos por una mujer y un cómplice. Ambas tuvieron que ser hospitalizadas y ambas se encuentran bien, pero la virulencia de las agresiones motivó expresiones de preocupación de activistas del colectivo. En ambos casos se pide que se investiguen como intentos de travesticidios.
“La violencia viene creciendo desde el inicio de la pandemia”
“La violencia va en crecimiento para las travestis y trans. Recibimos muchos casos donde las atacaban, las robaban, solo que la mayoría de las agresiones no se visibilizan”, dijo a Presentes Yohanna Cussi, del área Igualdad del Movimiento Evita en Jujuy.
También en Jujuy, la presidenta de la Fundación Damas de Hierro, Lourdes Ibarra, entendió que la violencia viene en crecimiento “desde el comienzo de la pandemia” y la vinculó con una cultura machista de doble moral que ataca todo lo diferente pero es también usuaria de los servicios sexuales de las personas trans.
En el sur de Argentina la visión no es distinta. “Esta pandemia vino a reflotar todas las vulneraciones, no solamente las de violencica física sino también la violencia institucional y este travesticidio social que vivimos todo el tiempo”, dijo a Presentes la activista trans Victoria Tavieres Castro, quien ocupa el cargo de subsecretaria de Diversidad en el gobierno de Tierra del Fuego.
“Las compañeras, sobre todo en el norte, tienen que estar esperando que les acerquen un plato de comida, esto es fatal. Que las roben con el tema de los alquileres, y siempre metidas en el ámbito prostibulario la gran mayoría”, agregó Castro.
Yenifer Mendez, atacada por un cliente en Jujuy
La agresión a Yenifer Mendez fue el 10 de este mes en horas de la madrugada, en la avenida Yrigoyen, en San Pedro, provincia de Jujuy. Un hombre que solía solicitar sus servicios sexuales la atacó luego de que ella se negara a continuar en su compañía como él pretendía. El agresor le provocó heridas en un brazo, la cabeza, los glúteos, la espalda y la pierna. Yeni tuvo que ser intervenida quirúrgicamente dos veces. Se temió que perdiera el brazo, aunque ya se encuentra en buen estado de salud y fue enviada a su casa para continuar la recuperación.
“Se vienen suscitando hechos de violencia que la verdad que para nosotras es insostenible esta situación, no salir de la casa por tener miedo de no volver, o tener que avisar a familiares que en caso de que nos pase algo vamos a tal lado, vivir en un miedo constantemente”, añadió Ibarra, de Damas de Hierro.
Ibarra destacó que “hay mucha hipocresía, un doble discurso moral. De día pasan y nos insultan, y de noche nos buscan para hacer servicios sexuales”. Me da un poco de miedo transitar la calle de noche. No solo por cualquier agresor civil, sino también a la Policía”.
Cussi aseguró que la violencia se expresa con mayor virulencia en el interior jujeño. “Es donde más foco se tiene que hacer”. Contó que en el Movimiento Evita hay chicas trans que se prostituyen y todos los días hay hechos de violencia así.
“Para gran parte del colectivo travesti y trans no hay otro camino que la prostitución porque no tienen otras oportunidades laborales”, agregó Cussi. Contó que desde el Movimiento Evita hicieron una encuesta sobre formación y experiencia laboral en la población trans de Jujuy y confirmaron que la mayoría tiene experiencia pero le falta formación. Además, señaló que muchas veces, cuando aparecen posibilidades de capacitación, les juega en contra el temor a la discriminación.
“Se busca que el estado provincial sea parte de todo esto”, dijo Cussi, para quien la actuación del Consejo de la Mujer e Igualdad de Género de Jujuy no es suficiente. También opinó que “es importante que se reglamente en Jujuy” la Ley Iara, de declaración de emergencia pública en materia de violencia de género, publicada en el Boletín Oficial jujeño en noviembre de 2020.
“El Estado tiene que responsabilizarse de que esto ya no siga pasando”, afirmó por su parte Ibarra, quien enfatizó que las personas de la diversidad no se sienten a salvo ni con los hombres en la vía pública ni con la Policía.
El fiscal penal José Alfredo Blanco, a cargo de la investigación, informó a medios locales que solo hay datos “imprecisos” sobre el agresor, porque no hubo testigos. Contó que si bien hubo “algunos arrestos”, fue de personas que se sospecha que podrían tener datos sobre el atacante, que hasta ahora permanece prófugo. “Comparto la preocupación de este comunidad de mujeres en cuanto a los hechos de inseguridad que se han producido en los últimos días que las han tenido como víctimas, que ojalá que se trate de hechos aislados, pero de no ser así estamos en investigación y en comunicación con las otras áreas judiciales que están investigando este tipo de ataques contra mujeres trans en diferentes puntos de la provincia”, sostuvo.
La agresión a Gilda Acosta, en Río Grande
La agresión a la peluquera trans Gilda Acosta fue el 6 de abril, en una humilde casita del barrio Chacra XI de la ciudad de Río Grande. Una mujer conocida, Tania Pilgún, le citó en su vivienda para que le hiciera un trabajo de peluquería pero ni bien entró fue sujetada por un hombre con la cara cubierta y Pilgún la atacó con un cuchillo provocándole cortes en la cara, la oreja, el cuero cabelludo y le hizo tajos a la campera, que evitó daños mayores en su cuerpo.
En conversación con Presentes, Gilda contó que ya se imaginaba muerta. En medio del forcejeo, mientras trataba de frenar las acometidas con el cuchillo, Gilda logró abrir la puerta y salió al patio y, entre patadas y piñas, huyó hacia su casa, distante unas cuatro cuadras. Les agresores se quedaron con sus pertenencias.
El ataque provocó agitación en el colectivo trans y en el entorno de la víctima. Organizaciones de la diversidad sexual y vecinos participaron de una manifestación para reclamar el esclarecimiento del hecho y que sea caratulado como una tentativa de travesticidio, en lugar de la calificación de “hurto y lesiones” que le atribuyó el Ministerio Público Fiscal de Tierra del Fuego.
“Violencia corporal y violencia en las redes”
“Qué hubiese pasado si esto hubiera sido al revés, que hubiese sido Gilda quien cometiera esta atrocidad con alguna persona, de que la acuchille, que le corte la cara, que le corte la oreja, la boca, que intente apuñalarla y que la campera no permita que pase la punta del cuchillo, qué hubiese pasado si hubiesen encontrado la campera de alguien, puesta, con todas esas puñaladas en la espalda, en la panza. Y, yo estoy segura de que Gilda estaría presa”, cuestionó Tavieres Castro.
La activista trans Emita Bejarano, que ocupa el cargo de coordinadora provincial de Producción y Difusión Cultural en Tierra del Fuego, contó a Presentes que en esa provincia “no son comunes los hechos de violencia en la vía pública”. Pero señaló que en esta ocasión sí se vieron expresiones de violencia en las redes sociales y en medios de comunicación tradicionales.
Tanto ella como Tavieres Castro recordaron el travesticidio de Laura Aguilar, la primera mujer trans en conseguir que su DNI reflejara su identidad de género, quien fue asesinada en mayo de 2013 en esa provincia.
Tras ese hecho pasaron muchos años en los que no hubo actos de violencia, señaló Tavieres Castro, quien coincidió con Bejarano en que ahora los agravios se expresan “con las redes, el trato de los medios, ahí es cuando decimos qué lejos que estamos todavía”.
“A esas diferencias hay que agregarle el ser trans, a cualquier diferencia, de etnia, color de piel, discapacidad porque la persona trans tiene sobre sí la mirada de rechazo de la sociedad”.
La subsecretaria de Diversidad fueguina puso el eje en los prejuicios y en la maledicencia, que provocan daño a las personas objetos de esa mirada. “Tenemos que vivir capacitando a las personas para que puedan tener un trato digno hacia nosotres”, señaló. “En cambio nunca hice una capacitación para ver como trato al hombre y a la mujer cisgénero. A mí nadie me capacitó, no necesité, ¿entonces por qué tendría que ser al revés, no?”, cuestionó.
La agresora de Gilda está en libertad, porque la acusación leve le permite seguir en esa condición. Se supo que también ella denunció a la peluquera, por intento de abuso sexual en perjuicio de su hijito aún pequeño, una acusación que para los vecinos de Gilda es falsa. El Ministerio Público Fiscal no consideró necesario investigar esta acusación.
*La nota fue publicada originalmente en Presentes como parte de la alianza entre Tiempo y la agencia de comunicación feminista con base legal en Argentina y alcance regional.