Dos datos para dimensionar el fenómeno. El primero: según una encuesta realizada por Unicef y la organización Bienestar Digital, ocho de cada diez adolescentes accedieron o conocen a alguien que ingresó a páginas o aplicaciones de apuestas online en el último año. El segundo: durante 2023 la AFIP recaudó unos 7300 millones de pesos por el gravamen del 5% sobre las apuestas legales (a lo que hay que sumar el gran espectro de las ilegales).

Ambos exponen el alcance de una práctica que cada vez da más lugar a la adicción y engorda un negocio multimillonario que la envuelve, ante la vista de todas y todos menos del gobierno que, por inacción o connivencia, elige jugar para las empresas.

La media sanción esta semana en Diputados del proyecto de ley que busca prevenir la ludopatía y regular el universo de las apuestas es celebrada, pero con cautela. Porque el lobby que asomó en la Cámara Baja promete potenciarse en la Alta. Y porque el Gobierno ya dejó trascender que si la iniciativa impulsada por la oposición en el Congreso llega a sancionarse, el presidente optará por el veto.

Un anticipo que no sorprende, bajo una gestión que descree del rol del Estado nacional en materia social, sanitaria y educativa y que puso al frente de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia a Juan Bautista Ordóñez, sin experiencia en el área y con paso previo por diferentes empresas, entre ellas Codere, un gigante de las apuestas.

La actitud de La Libertad Avanza (LLA) en Diputados evidenció esa impronta. Primero al no dar quórum y luego al rechazar el proyecto final (tras haber participado de uno con dictamen de minoría menos restrictivo para las empresas).

Una excusa para no entrometerse en el negocio la dio Lilia Lemoine: “un menor de edad generalmente no puede conseguir fondos, ¿de dónde los saca? Es una responsabilidad de las familias, más que del Estado. Otra vez, es el Estado interviniendo en las decisiones personales del individuo. Y nuestro gobierno no está a favor de eso”.

Los nombres y apellidos detrás de las apuestas

Al presentar el proyecto, la diputada Mónica Frade (Coalición Cívica) aludió al otorgamiento de las primeras licencias de juego en línea en el país en 2018 y a su pertenencia a “zares del juego”, a los que mencionó con nombre y apellido: “son Federico de Achával, dueño del Hipódromo de Palermo; Antonio Tabanelli, dueño de Boldt; Daniel Angelici y su socio Daniel Mautone, dueños de Casino Victoria. Hay un personaje menos conocido, pero no menos importante, que es el doctor Marcelo Rocchetti, accionista y socio del operador judicial ‘Freddy’ Lijo en Caledonia Seguros. Menciono esto para que vayamos haciendo el cuadro de cómo se va conectando la mafia del juego con el Poder Judicial y con la política”.

Nombres y apellidos detrás de plataformas como BetPlay, BetWarrior, Betsson, Bet365, Betano y Sportsbet. Algunas de ellas lograron en muy poco tiempo un enorme avance en la sociedad, por ejemplo publicitando en camisetas de equipos como River, Boca y Racing. Muchas ofrecen dinero gratis en las primeras apuestas a nuevos usuarios. Incentivos y negocios, en una población adicta a las pantallas y con un Estado que deja de controlar. Un combo explosivo.

En diálogo con Tiempo, Frade considera que se pudo avanzar porque “se durmieron los lobbys y cuando se dieron cuenta, sobre todo Angelici, llegó tarde. Sé que hizo lobby sobre diputados, me viene de distintas fuentes. Hay nombres y apellidos, vasos comunicantes con este Congreso. Esto hay que ponerlo también en el plano de lo que propone el Gobierno para que las campañas sean financiadas por empresarios. Esto es lo que viene. Todo está relacionado”.

Y subraya la presencia de Karina Milei, secretaria general de la Presidencia y hermana del mandatario, en el recinto durante la sesión: “a nadie se le ocurre pensar que era porque le interesa el tema. Están negociando todo”.

El avance de la normativa queda en medio de la incertidumbre sobre qué pasará con las sesiones extraordinarias, la posibilidad de que se cajonee tras el inicio de las ordinarias en 2025 y eventualmente el veto si se aprueba, como dejó entrever el entorno de Milei.

En medio de este panorama, Frade tildó de “provocación” el nombramiento de un ex Codere al frente de Niñez, por lo que su espacio presentó un proyecto de repudio: “es decirnos en la cara ‘no nos importa nada este tema y estamos del otro lado’. Por eso en la sesión se ausentaban, votaban en contra. Fue elocuente”.

Estado en deuda y gobierno cómplice

Desde LLA y el PRO justificaron su rechazo a la normativa propuesta porque no todo jugador es ludópata (como dijo Sabrina Ajmechet), por exceso de reglamentarismo (lo planteó Silvana Giudici) y porque no se le puede decir a un adulto qué tipo de vida debe llevar (lo señaló Nadia Márquez). Lejos de esas miradas, especialistas en ludopatía y salud mental adolescente advierten sobre la imperiosa necesidad de que el Estado intervenga ante un drama transversal y en ascenso.

“Múltiples estudios y encuestas nacionales e internacionales revelan que la problemática aumenta y cada vez son más los adolescentes que tienen un patrón persistente y recurrente de juego y de apuestas que desencadena graves consecuencias”, resalta la médica Silvina Pedrouzo, presidenta de la Subcomisión de TICs de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).

“El Estado tiene la responsabilidad de implementar y reforzar medidas que apoyen activamente la salud y el bienestar psicológico, físico y emocional de los niños y adolescentes. Las campañas educativas y de concienciación son clave”, remarca Pedrouzo, y habla de “fortalecer los servicios de salud mental accesibles para niños y adolescentes, con centros de rehabilitación en caso de ser necesario. Esto incluye la creación de programas de promoción y prevención que colaboren con la detección temprana”.

Es una cuestión de salud mental, área no prioritaria para el Gobierno. Pese a que por ley el Estado debe destinarle como mínimo el 10% de los recursos que invierte en salud, según datos de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) para fines de 2024 la inversión será del 1,82%. El presupuesto 2025 prevé aún menos: 1,60%.

Para Lucía Fainboim, de Bienestar Digital, uno de los aspectos destacables del proyecto de ley es el uso de datos biométricos para prohibir el ingreso de menores a sitios de apuestas: “hoy los chicos están pudiendo ingresar a sitios legales e ilegales. El control biométrico es para que la prohibición -que ya existía– sea real. Y cambia la lógica entendiendo que los chicos no pueden autorregular el uso, sino que la regulación tiene que ser externa: no pedirles que no ingresen sino prohibirles».

Los propios adolescentes están pidiendo ayuda. Un relevamiento de Unicef lo refleja: más del 70% cree que apostar online puede generar problemas de adicción y un 94% considera que deberían tomarse medidas para regular los sitios de apuestas. «

«En todas las aulas hay por lo menos un chico que apuesta»

“Cada vez que entramos a un aula este año, en todas había por lo menos un chico que apostaba. Y en todas la mayoría conocía a alguien que apostaba”, advirtió Milagros Schroder, de Faro Digital. De hecho, fue en las aulas donde comenzó a emerger el problema y los docentes encendieron la alarma.

“Es una práctica que se vienen naturalizando. No se muestra como algo vergonzoso. Abiertamente te dicen que apuestan, sin ningún tipo de tabú. En esa naturalización la práctica se repite y en esa reiteración nos preocupa que se instale el consumo problemático que puede terminar en una adicción”, alertó.

La especialista señaló que en el último tiempo se logró más percepción del problema entre las familias, porque circula más información, pero que “se necesitan campañas, que se refuercen los equipos de atención, los números a los que llamar sobre esta problemática, los lugares adónde ir, eso se puede hacer a nivel nacional, provincial y municipal”.

“Desde Faro siempre decimos que la ludopatía es una problemática transversal. No la inventa Internet, pero sí está encontrando en el entorno virtual un montón de factores que la condimentan y generan esta caja de resonancia”, plantea Schroder.

Que el casino online esté al alcance de la mano y que adolescentes pasen más de cinco horas diarias con su celular –según datos del gobierno bonaerense- son una combinación que sólo puede empeorar el panorama si no se toman medidas.

Sin influencer ni «bono» de bienvenida

Lucía Fainboim, una de las autoras de Apuestas online. La tormenta perfecta señala que dos de los puntos fuertes del proyecto que el oficialismo no acompaña tienen que ver con restringir al máximo la publicidad y con eliminar el llamado ‘bono de bienvenida’ o dinero que ofrecen las casas de apuestas a quien ingresa por primera vez.

“Son anzuelos para el ingreso de los chicos, que por ahí no estaban pensando en apostar y ese estímulo invita a hacerlo”, cuestiona la especialista. “Hoy con este contexto de influencers dando ‘consejos’ de éxito asegurado, con el ‘bono de bienvenida’, con el bombardeo publicitario, es una excepción que el chico no apueste”, lamentó.

Advirtió además que ese bono tiene un efecto grave porque esquiva el control: “Cuando las familias revisan las transacciones en billeteras virtuales no ven ninguna, porque no están usando plata propia. Entonces ese bono genera un punto ciego para que las familias no se enteren cuando los chicos empiezan a apostar y lo sepan cuando ya está muy avanzada la conducta. Su eliminación es clave”.

Francos se diferencia de su gobierno: «si fuera por mí, suprimiría todo»

El mismo día que se debatía en Diputados el proyecto para frenar la ludopatía, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, presentó su primer informe de gestión ante el Senado. Allí aseguró no saber que había sido designado en Niñez un exCEO del gigante de apuestas Codere. Pero mientras su espacio político rechazaba el proyecto para restringir el accionar de las casas de apuestas, dijo: “Si me preguntan a mí, creo que es un cáncer. Si fuera por mí, suprimiría todo lo que es juegos, casinos, juego online”. Pese al intento del Gobierno por provincializar el tema, admitió que “la ludopatía es un problema nacional y de las provincias en su conjunto”.