Vecinos sin cloacas. Incendios provocados por el pésimo estado del tendido eléctrico. Calles sin asfaltar y casas que se inundan ante una leve lluvia. De acuerdo a cifras oficiales, la situación habitacional de más de 40 mil vecinos y vecinas del Bajo Flores, es una de las peores de todo el distrito porteño. Si bien el gobierno local asegura en su web oficial que “actualmente, estamos trabajando junto con Aguas y Saneamientos Argentinos (AySA) para llevar agua, cloacas y pluviales a todo el barrio”; lo cierto es que, por disposición de la gestión de Rodríguez Larreta, las obras no avanzaron. Los vecinos aseguran que si bien el financiamiento de las cloacas lo ejecuta AySA, el que decide cómo y dónde invertir dentro del barrio es la Ciudad.
En junio del año 2000, la legislatura porteña sancionó la Ley 403 que habilitaba el Programa de Planeamiento y Gestión Participativo de la Villa 1-11-14, destinado a elaborar, ejecutar y verificar el Plan Integral de Urbanización de la misma en forma consensuada. De aquel hecho histórico para los vecinos y vecinas del barrio pasaron 23 años. Al principio la crisis del 2001, y más tarde la caída del gobierno de Aníbal Ibarra que en 2006 fue destituido mediante un juicio político, después de estar suspendido desde noviembre de 2005 tras la tragedia de Cromañon. En 2007 asumió Mauricio Macri como jefe de gobierno durante dos mandatos y luego hizo lo propio el actual mandatario Rodríguez Larreta, ninguno de ellos cumplió con la Ley sancionada.
“Nosotros como vecinos hicimos la presentación de un proyecto de reurbanización para el Barrio, si bien tenemos la ley 403 la realidad es que hoy por hoy no tiene efecto y es por eso la presentación de este nuevo proyecto”, contó a Tiempo María Eugenia Zelaya, vecina y referente del Barrio Padre Rodolfo Ricciardelli. El gobierno de Larreta se escuda en que la falta de cloacas depende de la empresa nacional AySA, pero la referente barrial manifestó que si bien “el financiamiento sale de Nación, es ciudad quien dentro del barrio decide como lo distribuye y la inversión que realiza. O sea no invierten como gobierno porteño en estos temas dentro del barrio”.
La presentación del nuevo proyecto se realizó este lunes a las 12 en la legislatura porteña, en el marco de los 84 años del nacimiento del Padre Rodolfo Ricciardelli, fue acompañado por el Frente de Todos y presentado por la diputada de ese espacio y militante de La Cámpora, Berenice Iañez. El mismo plantea que el proceso de urbanización del Barrio sea participativo generando consensos para que todas las familias que lo habitan puedan tener una solución habitacional digna. Además, propone que se garanticen los servicios básicos como la luz, el agua, el gas, el desagüe e Internet, entre otros; al mismo tiempo que contempla obras en los centros de salud y la construcción de nuevas instituciones educativas.
“Este nuevo proyecto nos reivindica a todos los vecinos y vecinas, las instituciones y el cuerpo de delegados del barrio que actualmente está vigente. Es un proyecto bastante completo, incluye lo que es el transporte, y pedimos también la ampliación de los centros de salud porque los que hay en el barrio no dan abasto”, agrega Zelaya. La idea de este nuevo documento regulatorio salió de un grupo de vecinos del barrio, junto a la participación de varios espacios e instituciones. “La intención es que el proyecto se vote rápidamente en la legislatura y se lleve a cabo, ya que sabemos que hay una inversión de 125 millones de dólares para la urbanización del Barrio, entonces queremos que las obras que se hagan sean en base a la mirada de los vecinos y a la integración real con la Ciudad”, concluye la referente.
Quién era el Padre Rodolfo Ricciardelli
Fue el fundador del movimiento Sacerdotes para el Tercer Mundo, quien acompañó la vida de sus vecinos y vecinas desde la parroquia Santa María Madre del Pueblo, la primera fundada en suelo villero. Fue ordenado sacerdote en Buenos Aires el 22 de septiembre de 1962 y luego se desempeñó como vicario cooperador de Santa Elena de 1962 a 1968. Junto a otros curas, Ricciardelli impulsó en 1968 el «primer piquete clerical» en Plaza de Mayo para reclamar «que se frenara la erradicación de villas». Luego fue vicario cooperador de San Francisco Solano hasta 1975, y administrador parroquial de Santa María Madre del Pueblo de 1975 a 1986. Desde el 1 de abril de 1999 hasta su deceso fue párroco de Santa María Madre del Pueblo, primera parroquia fundada en una villa por monseñor Jorge Vernazza, ubicada en la villa 1-11-14 del Bajo Flores, el lugar que eligió para vivir. Falleció el 13 de julio de 2008. El entonces arzobispo Jorge Bergoglio realizó la misa de despedida previa a la procesión popular que pasó por el comedor comunitario Monseñor Angelelli y por la FM del Bajo Flores, entre otros espacios.
En 2019, por unanimidad, la Legislatura porteña aprobó que la villa del Bajo Flores se llame barrio Padre Ricciardelli, en honor al cura querido por su pueblo que vivió junto a los vecinos y vecinas del barrio durante casi cuatro décadas.