Anahí Benítez, la chica encontrada asesinada el 4 de agosto en una reserva natural del partido bonaerense de Lomas de Zamora, tenía en su estómago, según estudios forenses presentados esta tarde, altas dosis de Diazepam, un ansiolítico que puede inhibir la actividad física y producir un letargo en la reacción, informaron fuentes judiciales.
En tanto, Marcelo Villalba (40), cuyo ADN fue hallado en el cadáver de Anahí (16), se negó hoy a declarar ante las fiscales que investigan el caso y sólo manifestó en forma enigmática: «Yo estuve con una persona», y agregó que solicitará una nueva audiencia para ampliar sus dichos durante la semana que viene al reincorporarse su defensor oficial, informaron fuentes judiciales.
Es que su defensor, Roberto Fernández, se encuentra de licencia formal, por lo que el imputado acudió a la indagatoria de hoy acompañado de Juan Etchepare, quien obró como defensor público subrogante.
Respecto al resultado de la ampliación de dos peritajes realizados por los forenses, se estableció la presencia de Diazepam en altas dosis en el estómago de Anahí, aunque se aguardaba el estudio en la sangre de la adolescente asesinada para poder determinar la cantidad exacta que ingirió de esta droga.
El Diazepam es un ansiolítico derivado de la Benzodiazepina, que cumple funciones de miorrelajante y anticonvulsivante, pero que en altas dosis puede actuar como sedante, ya que produce una inhibición en la actividad física y un letargo en la reacción.
En tanto, la pericia histopatológica dio como resultado la «congestión de flujo en planos musculares producto de una vulvitis», lo que es compatible con actividad sexual reciente, señalaron fuentes judiciales.
A raíz de este resultado, los peritos señalaron que el abuso sexual se podría haber realizado sin mediar violencia física por el estado de sedación al que habría sido sometida Anahí.
En cuanto a Villalba, las fiscales Verónica Pérez y Fabiola Juanatey, titulares de la UFI Especializada en Violencia de Género de Lomas de Zamora, ampliaron su acusación de «encubrimiento» a la de privación ilegal de la libertad, abuso sexual agravado y homicidio agravado», luego de que los peritajes de la Policía Científica revelaran que el ADN del detenido era compatible con el patrón genético del semen hallado en los hisopados practicados en la zona anal de la víctima.
Por el mismo delito también está detenido Marcos Esteban Bazán (34), el segundo detenido por el caso, en cuya casa los investigadores creen que estuvo cautiva la joven abusada y luego asesinada, tras lo cual fue arrojado su cadáver en la Reserva Natural Santa Catalina, de Parque Barón.
Bazán que declaró en dos oportunidades para declararse inocente, desde hace cinco días se encuentra realizando una huelga de hambre en reclamo de su liberación y su situación procesal será definida por las fiscales el próximo lunes.
El primer apresado por el crimen de Anahí había sido el profesor Leonardo Agostino (44), quien fue liberado por «falta de mérito» tras declarar ante la fiscal Pérez, aunque seguía bajo investigación.
Villalba fue detenido el 16 de agosto acusado de «encubrimiento agravado» luego de que los investigadores determinaron que había tenido en su poder el celular Samsung Core de la adolescente asesinada.
En su descargo ante la fiscal Pérez, este hombre contó que en una fecha que no recordaba, él se había encontrado el teléfono «tirado en una vereda con pasto» cuando regresaba a su casa de la localidad bonaerense de Llavallol.
El acusado declaró que en ese momento le quitó el chip, el cual arrojó en la vía pública, y que una vez que arribó a su vivienda le sacó la funda y la tiró en el baldío lindero al inmueble, en el que fue recuperado posteriormente por los investigadores.
A su vez, Villalba relató que le pidió a su hermano que desbloqueara el celular y que colocara un chip nuevo, tras lo cual, le regaló el aparato a su hijo, quien fue el que finalmente lo entregó a los pesquisas cuando lo localizaron activado en su domicilio.
El 29 de julio último, Anahí salió de su casa de la localidad bonaerense de Parque Barón, en Lomas de Zamora, a caminar unas cuadras hacia el Parque Municipal Eva Perón y, al no regresar, su familia denunció su desaparición y comenzó su búsqueda.
El viernes 4 de agosto su cadáver fue encontrado desnudo, con lesiones cortantes y contusas en el rostro y la cabeza, enterrado en la Reserva Natural Santa Catalina, y la autopsia determinó que había muerto por asfixia por sofocamiento.