Tras los incidentes vandálicos que ocurrieron en 2020 en la sede académica que la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) instaló en la unidad 48 de José León Suárez, finalmente se concretó la ampliación edilicia del espacio de formación para personas detenidas. La semana pasada el gobernador Axel Kicillof, el ministro Julio Alak, el rector Carlos Greco y las autoridades del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) realizaron el acto de reinauguración.
El incendio se produjo el 1° de septiembre de 2020, durante la pandemia, cuando ocurrió un violento reclamo por parte de los detenidos. Según la denuncia que se investiga, cuando los penitenciarios retomaron el control de la situación y, con todos los presos encerrados en sus celdas, vandalizaron y prendieron fuego el espacio universitario. En diálogo con este diario, el director académico de la sede que sufrió el ataque Marcos Perearnau, cuenta lo que significa todo lo sucedido para esta comunidad educativa.
“Asumimos diariamente el desafío de superar las divisiones sociales, derribamos muros elevados por los prejuicios, pero fácilmente derivables por una conciencia universitaria que nos permite estudiar junto a personas privadas de libertad y a trabajadores del servicio penitenciario”, expresó Marcos Perearnau, director académico del la sede CUSAM ubicada en la unidad 48. Continuó relatando que “construimos un nuevo horizonte con estudiantes libres que abren centros culturales en sus barrios, así generan sus propios puestos de trabajo formando cooperativas”.
«Deconstruimos los discursos de odio y la violencia social, generamos un espacio para el diálogo a través de la reflexión», contó Perearnau. Siguió diciendo que la herramienta de transformación «es la educación que transforma a los sujetos y también a las instituciones. Porque esta formación que se da aquí interpela también a la propia universidad».
«La Universidad Nacional de San Martín se ha animado a escuchar las demandas del territorio y generar conocimiento con los saberes de las organizaciones sociales, del barrio, de las cooperativas», detalló el director. Puntualizó en que así «esta Casa de Altos Estudios construyó legitimidad y, ese valor, es lo que se produce en nuestros estudiantes».
«Esta ampliación del espacio físico de nuestra sede universitaria es una ampliación de ese horizonte y la construcción de otro futuro en este presente», describió Perearnau. Remarcó que «este presente va a tener la forma del futuro de estas aulas, para que lo que aquí ocurra transforme el afuera. Porque, como siempre decimos, la libertad se construye desde el encierro», continuó.
«Le contamos a todas las autoridades que acá se forman estudiantes, que son quienes van a recomponer el lazo social que está hecho pedazos, acá están quienes van a extender el abrazo comunitario, quienes le van a llegar a los pibes de los territorios antes de que caigan en cana», aseveró Perearnau y subrayó que esta obra educativa que realizan en la cárcel «es una responsabilidad enorme para nosotros».
«No tenemos un modelo porque nos hemos emancipado del deber abstracto o ideal, es una forma única de hacer universidad en el encierro», sostuvo Perearnau en otro tramo de su discurso. «Entendemos que somos parte de una variación de la universidad, que es capaz de integrarse y componerse con lo que antes estaba fuera de ella porque se anima a incluirlo», aseguró.
«Desde la universidad asumimos que no solo hay que garantizar el derecho a la educación como un mandato externo, sino que su darse en la cárcel implica dejar afectarse y constituirse en su relación con múltiples demandas, la salud y los cuerpos de nuestros estudiantes, su situación judicial, integrarse con las familias de les estudiantes y les trabajadores», remarcó el director académico.
Durante el 10 y 11 de noviembre se realizará el encuentro nacional de educación en contexto de encierro en el que participarán los y las estudiantes; “para nosotros, desde la universidad, es lo más importante, porque la voz de nuestras y nuestros estudiantes estarán en diálogo con distintos programas de educación en contexto de encierro de todo el país” contó Perearnau.
«Uno de los ejes es solo para pensar la categoría del trabajo, es una de las cuestiones que tenemos para reflexionar en conjunto», detalló Perearnau. Finalizó contando que en una mesa de diálogo «se debatirán distintas cuestiones sobre la educación en contexto de encierro».
Saqueo e incendio de la sede universitaria
El mediodía del sábado 31 de octubre de 2020 distintos penales bonaerenses iniciaron una serie de reclamos por las visitas de familiares y los retrasos de las causas judiciales. Durante la tarde, se desató una brutal represión con escopetazos y palazos. Hubo víctimas fatales y muchos heridos en todas las unidades que se sumaron a la protesta.
La primera toma empezó en Florencia Varela y se expandió a Campana, Melchor Romero, Lomas de Zamora y San Martín. En este último establecimiento, durante la mañana del domingo 1° de noviembre de ese año y, tras haber controlado la situación, con todos los detenidos en los pabellones y encerrados en sus celdas, se vandalizó toda la sede universitaria CUSAM.
Robaron electrodomésticos, destrozaron todo lo que había e incendiaron el lugar. La causa que investiga los hechos transita en la Fiscalía N°1 de San Martín, a cargo de Gabriela López.
Convenio marco
Desde la comunidad educativa consideran que el acuerdo implica la reafirmación del compromiso mutuo entre las instituciones que iniciaron en 2008 cuando empezó este proyecto educativo en cárceles. En el pacto se reconoce el trabajo sostenido en el tiempo y crecimiento de la sede universitaria a lo largo de los años.
El último convenio se firmó en octubre de 2020 en el Campus Miguelete entre el rector de la UNSAM, Carlos Greco; el titular del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, Julio Alak; y el jefe del SPB Xavier Areses. La semana pasada las autoridades cumplieron con el acuerdo que firmaron.