Primero fue la detención de dos estudiantes adentro de la Facultad de Ciencias Agrarias a manos de la policía jujeña. Después, la intimidación policial a alumnos del Carlos Pellegrini cuando realizaban un abrazo al colegio. El jueves, la policía porteña se instaló en la puerta del colegio Mariano Acosta para vigilar una clase pública que se iba a dar en el interior del establecimiento. Los episodios se repiten y hay alerta en la comunidad educativa por el avance sobre la autonomía de las instituciones educativas.
La llegada de policías a la Escuela Superior Nº 2 Mariano Acosta ocurrió el jueves por la mañana. Cuatro efectivos de la policía porteña se pararon en la puerta: venían a impedir una marcha que iban a realizar los alumnos. La rectora del colegio, Raquel Papalardo, les explicó que nadie iba a cortar la calle porque lo que estaba previsto era una clase pública en apoyo a la lucha docente pero adentro, en el patio del establecimiento educativo y al mediodía, cuando coinciden los alumnos del turno mañana y turno tarde.
La vigilancia policial no terminó allí: por la tarde, otro efectivo llegó al colegio argumentando otra vez que venía a impedir que se realizara una marcha e ingresó a la escuela. La situación, que generó temor y alarma entre alumnos, padres y docentes, fue denunciada ante la Defensoría Tutelar del Menor, que a su vez envió un oficio judicial al jefe de la Policía de la Ciudad, quien debería dar una respuesta mañana lunes antes de las 12.
Repudiamos el ingreso de la policía a la escuela. No pueden ingresar a una escuela pública como pretendieron hacer. Quieren amedrentar, dijo a Tiempo la directora de la Asociación Cooperadora, Silvina Hermosa, quien remarcó que la escuela está comprometida con la educación pública y defiende el reclamo docente.
Hermosa consideró que el gobierno tiene que dar explicaciones. Hicimos una denuncia en la Procuraduría de Violencia Institucional y también enviaremos cartas tanto al Ministerio de Seguridad como al de Educación porque tienen que explicar qué pasó el jueves como responsables de la seguridad de nuestros hijos dado que no se estaba cometiendo ningún delito, acotó.
Un episodio similar ocurrió en la Escuela Superior de Comercio, Carlos Pellegrini, el miércoles 12, aunque se conoció en las últimas horas. Un grupo de estudiantes fueron intimidados por policías porteños mientras realizaban un abrazo al colegio. Mientras cantábamos a favor de la educación pública o en contra del gobierno en la puerta, llegaron dos policías y se pararon enfrente nuestro, después dos más y así hasta ser aproximadamente ocho, relató una alumna. Después de un rato, los efectivos se retiraron.
La detención de dos estudiantes de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Jujuy a manos de la policía provincial inició la saga intimidatoria. La ley de Educación prohíbe claramente el ingreso de la fuerza pública a las universidades a menos que lo ordene un juez. Esto que sucedió tiene que ver con amedrentar, con generar todo el miedo posible y con demostrar que no hay límites, señaló el decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, Glenn Postolski. Y agregó: Jujuy es como un laboratorio pero en un escenario que es nacional. Todos los días vemos como se incrementan los niveles de autoritarismo y todo el tiempo es estirar un poco más el límite.